La curiosidad salvó a las rosas

  Claudia Arzuaga Pacheco 
Programa Interdisciplinario con Concentración en Escritura Creativa 
Facultad de Humanidades, UPRRP 

Recibido: 19/09/2025; Revisado: 24/11/2025; Aceptado: 24/11/2025 

Desde hace unos meses, Doña Clara vivía atemorizada de que sus preciadas rosas murieran. Sofía, su inquilina favorita, la única que entendía la pura belleza de sus flores, se mudó a sabrá-Dios-donde, dejando atrás a dos jovencitas que no podían cuidar ni a un cactus. Por tal razón, cada vez que caían tres chispas de agua, Doña Clara bajaba al primer piso de su edificio a verificar que sus magníficas rosas estuviesen bien. (Si se llegaba a acordar, también saludaba a sus inquilinas). 

Esa mañana, el sol no se preocupó por dar la cara. En vez, un diluvio decidió cubrir el barrio con su tono grisáceo húmedo.  Doña Clara, como de costumbre, bajó las escaleras agradecida de tener una excusa para atender a sus bellas y deslumbrantes flores. Doña Clara se aferró a su sombrilla mientras caminaba. No le importó que el borde de la carretera se había convertido en un río o que la grama era ahora un gigantesco charco de fango. Solo quería ver a sus hermosas rosas. Doña Clara llegó a la puerta de sus inquilinas, Isabella y Vanesa e, impacientemente, golpeó la puerta. 

—¡Isabella! — gritó doña Clara. —¡Vanesa! — 

El calor de la humedad se adhería a su piel mientras los segundos pasaban. Bajo la incesante lluvia, Doña Clara se comenzó a cuestionar. ¿Les habrá pasado algo a las chicas? O peor, ¿le habrá pasado algo a sus rosas? La luz se había ido hace unas horas. Quizás las chicas se fueron en busca de algo que hacer. 

Bueno, si ese es el caso, pensó Doña Clara, no tengo más remedio que entrar y verificar que todo esté bien. Doña Clara buscó su llave de reserva, su llavero tintineando con el peso de su gran cantidad de llaves, y entró al apartamento llamando con voz alzada a Isabella y Vanesa. Una vez más no hubo respuesta. 

La casa ya se podía considerar antigua con sus losetas desgastadas y puertas que de vez en cuando se cerraban solas. Doña Clara no se quedó a observar el apartamento ni se preocupó por las dos muchachitas que vivían en él. Simplemente, dirigió sus pasos hacia el patio donde residían sus rosas.  

Antes de que pudiera llegar hasta la puerta mosquitera, vio a Isabella. Su pelo castaño lizo por la lluvia y sus manos cubiertas en fango. Doña Clara sentía el corazón en la garganta. Le pasó algo a mis rosas. 

—Doña Clara—Isabella bloqueó la puerta. —No la escuchamos, ¿está todo bien? — La sonrisa de Isabella no llegaba a sus ojos y mientras hablaba continuaba girando su cabeza hacia el patio. 

—Sí, todo bien. Venía a ver que no se hubiese inundado su apartamento. —Doña Clara respondió. Y verificar que mis rosas están bien. Aunque no añadió esa última parte.  

—Bueno, el apartamento no, pero el patio sí. Vanesa y yo estamos tratando de sacar el agua.  

—¡¿Se inundó el patio?! — Doña Clara preguntó, mientras trataba de mirar sobre el hombro de Isabella. ¡Sus pobres rosas se estaban ahogando! 

—Sí. — Isabella suspiró, —por eso el desastre.  

—Pues no hay problema, yo las ayudo.  

—No, Doña Clara, nosotras estamos bien...  

Un fuerte golpe en el patio sobresaltó a Isabella. El ruido fue la distracción perfecta para que Doña Clara pudiera empujar a la chica y por fin entrar al patio, sombrilla olvidada en el suelo. No le importó que sus zapatos se llenaban de fango con cada paso, ni que sus canas se mojaran con la lluvia. Sus ojos solo se enfocaron en sus preciadas flores, que, por algún milagro, estaban en plena floración. Sus pétalos rojos brillaban en el jardín inundado. Jamás se habían visto tan hermosas. Doña Clara llevó sus palmas a su corazón. Toda su preocupación se esfumó. Las rosas estaban bien.  

Una vez que se encontró satisfecha con el estado de sus rosas, Doña Clara miró hacia sus inquilinas. Estaban de pie, con sus cuerpos inclinados hacia la puerta. Sus hombros llenos de tensión y sus manos cerradas en puños. Casi como si fuesen a correr. Doña Clara estuvo a punto de cuestionar el aire tenso que había sobrecogido el patio hasta que siguió la mirada intensa de Vanesa. En el suelo, ahora se encontraba un enorme agujero, mucho más grande que Doña Clara, como seis pies de largo. 

Vanesa rápidamente se acercó a ella y no tan sutilmente trató de llevarla a la puerta. 

—Estamos tratando de drenar el patio trasero para salvar las rosas. Sabemos cuánto las amas. — Isabella dijo. 

Doña Clara sonrió. Ella, que estaba tan preocupada, cuando Isabella y Vanesa solo estaban tratando de cuidar sus rosas. Con ninguna otra preocupación, decidió regresar a su casa. Las chicas claramente podían encargarse de esto; no había razón para quedarse aquí.  

Doña Clara comenzó a caminar hacia la puerta. Pero su curiosidad la hizo detenerse cuando pasó por el agujero en el suelo. Sus ojos rápido encontraron una piedra blanca. Excepto que era demasiado alargada para ser una piedra. Se veía como... —¿Eso es un hueso? — Doña Clara escuchó la brusca inhalación de Vanesa. Sin pensarlo se acercó más, casi eñangotándose al lado del hoyo. Las gotas de lluvia parecían caer más lento. 

No, no era un hoyo, era una tumba. 

—¡Ay Dios mío!  

Doña Clara trató de alejarse. Pero el brusco movimiento causó que se cayera en el fango, sobre su costado, mirando directamente a los restos que se encontraban en su patio. Un esqueleto vestido con un traje amarillo. Uno que Doña Clara había visto antes, la última vez que vio a Sofía, la chica que antes vivía aquí. La que siempre cuidó sus rosas. Doña Clara brincó, ignorando cómo sus músculos protestaban.

—Doña Clara, podemos explicarlo. — Isabella intentó. —Cuando se inundó el patio, los restos aparecieron. Usted sabe que esta propiedad es muy vieja. ¿Quién sabe hace cuánto están aquí? 

—Sofía está muerta. — Doña Clara dio un paso atrás, directamente hacia el rosal. Las espinas pincharon su piel arrugada, recordándole que las flores que tanto amaba no solo eran hermosas.  ¡Tenía que salir de allí!  Habían matado a Sofía. Miró hacia la puerta, pero antes de que siquiera pudiera pensar en moverse, Isabella agarró su brazo. 

—¡No! No es Sofía. — La fuerza de su agarre es suficiente para dejar marcas. —¡Sofía se mudó hace unos meses!  

—Si se va, llamará a la policía. — Vanesa bloqueó la puerta.  

—No, no lo haré. Ni siquiera debería estar aquí. Solo quería ver mis rosas y están bien. Yo solo… 

Doña Clara miró a Isabella tratando de suplicar, pero podía ver las ruedas de su mente girando. Doña Clara sintió la adrenalina en sus venas; podía ser vieja, pero aún podía sobrevivir.  

Corrió tan rápido como pudo. Empujando a Isabella en el proceso. Pero ni siquiera logró entrar a la casa antes de sentir un dolor punzante en la cabeza. Doña Clara miró a sus rosas. Sintió sus lágrimas caer de sus mejillas arrugadas hasta llegar a la grama enfangada. Cerró sus ojos, sabiendo que ya no tendría que inventar excusas para bajar al patio. Estaría aquí para siempre, sin poder escapar.  

Un año más tarde, Isabella y Vanesa tenían otro rosal perfectamente crecido. Frondosas y saludables, que contaban con una gran cantidad de nutrientes que aseguraban su subsistencia. Aun en la muerte, Doña Clara cuidaba a sus rosas. 


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Posted on December 12, 2025 .

Toni

Andrés-Edgardo Godoy Torres 
Departamento de Ciencias Políticas 
Facultad de Ciencias Sociales, UPRRP 

Recibido: 17/09/2025; Revisado: 24/11/2025; Aceptado: 24/11/2025 

Se siente bien por fin encontrarme en las memorias de tus brazos calurosos nuevamente, aunque no debería tener el derecho.  
Fueron largas las noches incesantes que anhelaba verte otra vez.  
Solo en mis peores pesadillas deseando lo imposible pensaba en todo lo que te diría al verte nuevamente.  
Sin embargo, ahora mismo con la garganta atragantada de culpa solamente me salen cinco pobres palabras de las millones que anhelo susurrarte al oído.  
Perdóname, por favor, por todos mis pecados hacia ti.   
Permíteme relatarte, por favor, nuevamente nuestra historia juntos como forma de arrepentimiento.  

Apenas éramos dos semillas germinando del suelo en el que nos tocó arbitrariamente.  
Siempre nos encontramos persiguiendo la atención de nuestro mismo padre sol, buscando el amor afectivamente atentivo de nuestra madre agua y prosperando hacia ser robles hermosamente altos nutriéndonos de nuestro entorno tierra.  
Crecimos, como todo niño, llenos de ambición, aspiraciones y sueños inimaginables sobre lo que guardaría el futuro.  
Éramos como raíces de un mismo árbol hecho de titanio, no había tormenta ni hacha que nos separara.  
No importaba la adversidad, estaba seguro de que siempre ganaríamos.  
Nunca tomé en consideración el cómo los peores enemigos no son aquellos externos a uno, sino los demonios que uno guarda en el mismísimo corazón escondidos.
Perdóname, por favor, por mi ignorancia  

Vivimos las mismas cuatro estaciones cíclicas.   
Todo empezó con la primavera, en la que nacimos rodeados de otras numerosas flores.  
Sin embargo, apenas habías abierto tus ojos y ya eras la estrella favorita de todo un pueblo entre todas las otras flores.   
Nunca salía de mi cabeza el hecho de que eras especial, pero no sabía qué, en particular, hacía que tú fueras así, pero no yo.  
De forma que, tales días de alabanza como un dios no daban indicios de nunca acabar en mi entender.  
Luego nos arropó el verano caluroso con el cual la única salvación del pueblo del calor eran tus refrescantes sonrisas ante la adversidad.  
Todo el mundo las consideraba especiales, hasta yo.  
Verdaderamente, eras una flor ejemplar entre todas debido a tu cara deslumbrante.  
¿Se me hará posible en algún momento replicar tu actitud fogosa ante el mundo?  
No obstante, con la llegada del otoño tu cara tomó un tono más sombrío y apagado como la llama que era antes.   
Te notaba más pensativo y enredado en el laberinto de cuatro paredes que era tu mente.  
Tus ambiciones habían crecido demasiado, tanto así que empezaste a hablar sobre cosas que para mí eran sin sentido.   
Hablabas sobre transformar tus raíces en patas y caminar en dirección hacia donde nuestro padre sol se nos despedía.  
Soñabas espaciado mientras comentabas sobre cómo tus hojas renacerán en alas estrechas que acompañarán a las aves sin duda.  
Declaradas tus intenciones, no pude parar el veneno más peligroso en existencia que se me esparció sobre todo mi tallo, la envidia por fin prospera.  
Empecé a detestar tus sonrisas que tan alegres me hacían antes y me alejé de tus amorosos abrazos.  
Ya para cuando finalmente llegó el invierno, lo único que había entre tú y yo era un espacio vacío frío de lo que antes era una hoguera viva de amor.  
Perdóname, por favor, por haberme alejado.  

Yo no fui el único que se distanció, pero definitivamente fui el más traidor, un Judas hecho carne y sangre.  
Algunos pocos al escuchar de tus puras fantasías te empezaron a divisar con indiferencia misericordiosa, pero otros crueles te observaban llenos de disgusto, odio y puro rechazo.  
Eventualmente nuestro padre sol y madre agua se enteraron de las blasfemias que pregonaba tu boca en contra del “orden natural".  
Se presentaron ante ti llenos de furia y tú los miraste sin ningún indicio de miedo, adentrándote en el ojo del huracán.  
No existía un mundo en donde logras convencerlos y tú lo sabías, pero te mantuviste igual de firme que un carvallo.  
Con tu sentencia tallada en piedra lo próximo que siguió fue tu condena.  
Fuiste destripado de toda humanidad, teniendo que vivir el resto de tu vida aislado.  
La gran estrella divina ahora una caída sin nadie quien la vislumbre.  
Todo por el mero hecho de soñar y querer ser más de lo que la vida te propone.  
Perdóname, por favor, por no haberte comprendido.   

Un día en que el mundo me proveyó con una oportunidad para remediar todos los males hechos, te presentaste nuevamente ante mí.  
Tus pétalos estaban caídos, tu tallo doblado y tus hojas amarillentas repletas de mordidas por orugas.  
Eras lejos de ser la flor que eras al principio.  
Lo que parecía ser tu armadura ideológica impenetrable empezó a dejarse denotar de huecos gigantescos.  
Te sentías solo, feo, estúpido, triste, vacío, sin propósito, sin amor, todo lo que originalmente eras tú ya no lo tenías y no veías camino claro de como encontrarlo nuevamente.  
Me duele admitirlo, pero seguía odiando cada parte de tu ser.  
El escuchar tu alma romperse en pedazos era como música para mis oídos.  
El ver tus intentos de pegar lo poco que quedaba de tu ser era mejor que cualquier teatro existente.  
El sentir tu cuerpo agarrarse desesperadamente de mí mientras expulsaba la poca agua dentro de tu cuerpo por medio de lágrimas me llenaba de una sensación divina.  
Todo seguía su curso natural, quienes se aventuran a controlar el fuego inevitablemente serán consumidos por el mismo, necesitabas aprender.  
Todo esto para poder justificar los sentimientos de inferioridad y mediocridad que sentía hacia ti.  
Lleno de agrios venenos te dije: “tú siembras lo que cosechas, y tú lo único que sembraste fue hierba, así que cosechaste hierba”.  
Al escuchar esas palabras vi la poca esperanza en tus ojos ser asesinada, ya el fuego había sido extinguido y fui yo quien lo hizo.  
Ya no había más que envidiar.  
Perdóname, por favor, por haber disfrutado de tu miseria.    

Te lastimé tanto, sin embargo mi verdadera pena apenas ha comenzado a vislumbrarse, nunca olvidaré ese día.    
Pensé que te había visto en tu peor momento, pero estaba extremadamente equivocado.  

Cuando te vi colapsado en el suelo.  
Tus ojos sin ninguna luz reflejada en ellos.  
Tu sonrisa caída.  
Tu rostro de horror plasmado.   
En tus manos una jeringuilla.  
Tu cuerpo inyectado de herbicida.  
Sin aire que saliera ni entrara.  
Tu corazón detenido.  
Tu dolor finalmente ha adormecido.  
Con tu sangre en mis manos.  
Perdóname, por favor, por haberte matado.  

¿Qué he hecho?  
No poseo salvación, no merezco perdón.  
Por mi culpa el mundo ya no volverá a ver tu cautivadora sonrisa.  
Apagué un fuego capaz de traer luz al mundo entero.  
Merezco solamente el peor castigo posible en el mundo.  
Por eso, me comprometo a nunca olvidarme de mis faltas y continuamente revivir los peores momentos que yo he sido como ser humano.    

Se siente bien por fin encontrarme en las memorias de tus brazos calurosos nuevamente, aunque no debería tener el derecho.  
Fueron largas las noches incesantes que anhelaba verte otra vez.  
Solo en mis peores pesadillas deseando lo imposible pensaba en todo lo que te diría al verte nuevamente.  
Sin embargo, ahora mismo con la garganta atragantada de culpa solamente me salen cinco pobres palabras de las millones que anhelo susurrarte al oído.  
Perdóname, por favor, por todos mis pecados hacia ti. 
Permíteme relatarte por favor nuevamente nuestra historia juntos como forma de arrepentimiento. 

(Toda esta historia narrada desde la parte más baja del infierno)  


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Posted on December 12, 2025 .

Correlation Between Prejudiced Terms and Hate Crimes Towards East and Southeast Asian Americans During COVID-19

La correlación entre términos prejuiciados y crímenes de odio hacia este y sureste asiáticos americanos durante la pandemia del COVID-19   

Mariely S. Gómez Vázquez 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

Recibido: 17/09/2025; Revisado: 21/11/2025; Aceptado: 25/11/2025  

Abstract 
The COVID-19 pandemic highlighted the role of media in shaping perceptions and fueling prejudice. This study explored the relationship between prejudiced terms in news headlines and the rise of hate crimes against East and Southeast Asian American communities during the pandemic’s early months. Guided by psychological frameworks including selective attention, confirmation bias, and social identity theory, the research examined monthly headline data alongside hate crime reports. Results indicated a strong correlation among the selected variables. At the same time, limitations include the lack of detailed ethnic categorization in the FBI Crime Data Explorer, highlighting the need for greater accuracy and transparency. 

Keywords: COVID-19, prejudice, framing theory, confirmation bias, hate crimes 

Resumen 
La pandemia de covid-19 evidenció un énfasis en el cambio de percepción y en el aumento del prejuicio, especialmente en poblaciones del este y del sudeste asiáticos. Utilizando un marco teórico psicológico —atención selectiva, sesgo de confirmación e identidad social—, se realizó un estudio de correlación entre los términos prejuiciosos empleados en los titulares de noticias en línea y la totalidad de los crímenes de odio reportados entre marzo y julio de 2020. Los resultados evidenciaron una correlación significativa, aunque las limitaciones indican una falta de diferenciación entre los grupos étnicos que componen la categoría ‘Anti-Asiático’ en el ‘Crime Data Explorer’ del FBI. 

Palabras clave: covid-19, prejuicio, teoría del marco, sesgo de confirmación, crímenes de odio 

Introduction 

The COVID-19 pandemic served as a historical event that demonstrated the rapid spread of coronavirus, the representation of the spread through news media outlets, and a significant increase in hate crimes toward different communities that make up the Asian American population in the United States. With more than 2.5 million confirmed cases worldwide in April 2020 (Stechemesser et. al., 2020), national news outlets became the primary source of information for 56% of U.S. adults (Mitchell et al., 2020). The said article conducted, where about 61% of U.S. Adults were paying equal attention to local and national news, 40% were staying up to date with national health organizations, like the Centers for Disease Control and Prevention (CDC), while a third of the participants were following the actions and statements of federal government officials. Taking this into consideration, it is likely that they have followed not only the words and opinions of politicians and government officials, but also those of President Donald J. Trump. By contradicting the World Health Organization’s (WHO) statement (Walters et al., 2020) on COVID-19 mortality rates (Keith & Romo, 2020), Trump gained traction through his presidential position, which positioned him as a significant figure of authority. Furthermore, the Trump administration was adamant that the virus originated in Wuhan, China, and insisted that the Chinese government was to blame for its spread (Lederman, 2020). Mike Pompeo, then Secretary of State, also emphasized the importance of remembering COVID-19’s origins in China, referring to the pandemic as “the Wuhan virus”.  Naming a disease by its place of origin is nothing new; Ittefaq et. al. (2022) state that said strategies are meant to justify racist behavior against minorities, referring to the COVID-19 pandemic as a threat, unlike the Chinese media. By March 24, 2020, Chinese Americans were facing a rise in verbal and physical attacks, along with other Asian Americans with families from Korea, the Philippines, and Myanmar, among others, being lumped together under a prejudiced perspective (Tavernise & Oppel, 2020). Sungil et al. (2023) also highlighted the spike in hate crimes toward Asian Americans after March 16, 2020, exploring their connections to the “blaming labels” made by government officials. Although there was a confirmed rise in these incidents, President Trump doubled down on the term ‘Chinese virus’, emphasizing the fact that “the virus comes from China”; even though he has great love for all of the people in the United States, he stated he wanted to “be accurate” when talking about the coronavirus pandemic (Yam, 2020). The article stated that the president justified his new label for the virus as a means of preventing misinformation, even though reports on racist incidents were on the rise soon after. 

Hate crimes are often violent crimes committed under a biased perspective against people or groups with specific characteristics (U.S. Department of Justice, 2024). The biases presented in said crimes are based on race, color, religion, national origin, sexual orientation, gender, and disability, among others. According to the U.S. Department of Justice, hate crime victims include the victim’s immediate target and others like them, meaning they affect families and entire communities. Under the scope of this study, hate crimes towards two groups that make up the Asian American population (East and Southeast Asians) will be examined in the context of the COVID-19 pandemic. 

According to the American Psychological Association (n.d.), prejudice is a negative attitude toward another person or group formed before any experience with that person or group; it can include an affective component — such as anger and hatred — that can manifest in discriminatory behavior. An example of said behaviors can be using the terms used for the COVID-19 pandemic that imply a distortion of information and target the Asian American population in the U.S. due to the spread of the virus. 

Incidents like this led to an important question: Is there a direct connection between these prejudiced terms used to name the COVID-19 pandemic and the spike in hate crimes toward East and Southeast Asian Americans? This study aims to determine if there is a correlation between prejudiced terms seen in news headlines and hate crime incidents toward the East and Southeast Asian American communities. This project hypothesizes that, if a correlation exists between the chosen variables, it will be positive. Three terms were chosen to serve as variables for this project and will be discussed in the following sections. 

Existing Literature 

The literature explored in the University of North Carolina (UNC) Libraries database demonstrated a rise in hate speech and hate crimes as well as their ties to the spread of COVID-19, utilizing social media and news outlets as sources. The representation of the illness as a threat through online news outlets, combined with the spread of social media threads promoting prejudiced behavior, emphasized the alleged origin of the virus: Wuhan, China. With different approaches and objects of study, hate crimes, racist behavior in media sources, and discrimination toward Asian Americans were present consistently throughout the sources, illustrating the possibility of these dimensions being connected. However, there were no studies that emphasized the use of prejudiced terms that referred to the COVID-19 pandemic and their association with hate crime incidents, at least not with the ones that were chosen for this project. Furthermore, the representation of the pandemic through media sources and hate crime incidents, as well as prejudiced behavior and discrimination, were explored through a causal relationship. One study explored the potential connection between the “blaming labels” issued by government officials and the significant surge in hate crimes that occurred on and after March 16, 2020, but did not produce evidence through a correlational method (Sungil et al., 2023). Most of the literature revealed hate crime incidents toward Chinese Americans or Asian Americans in general, which granted an incomplete scope for the chosen object of study. 

Theoretical Framework 

The conceptual framework for this study relies strongly on the framing theory (Pan & Kosicki, 1993), which emphasizes the correlational relationship between the chosen variables. Said theory can be observed through sociological and psychological conceptions, which imply cognitive processes, perceptions, and “frames” that enable individuals “to locate, perceive, identify and label” (Goffman, 1974 in Pan and Kosicki, 1993, p. 56). This theory posits that the creation of such frames serves as a strategy for processing news discourse and is significant in evaluating social groups different from one’s own. Different themes that frame a particular event give it meaning and develop a structure, intertwined with an individual’s own thoughts. That being said, it is essential to emphasize that the prejudiced terms are not being observed as the cause for the hate crime count that was extracted from this study, instead that they interact with one another during the same period of time because of how public reaction is tied to how different events are framed through the media and vice versa.  

The conceptual framework of this study also relies on the branch of cognitive psychology, specifically, the phenomenon of selective attention. Selective attention involves focusing our mental resources on a single task rather than multiple tasks (Galotti, 2018). In the context of this study, one task can be the key term used when news sources refer to the COVID-19 pandemic. During the pandemic, the most searched terms were related to COVID-19, especially in countries with higher case numbers (Rovetta & Srikanth Bhagavathula, 2020). The phenomenon of selective attention can be applied to the ‘keywords’ found in the selected news media headlines because it raises the possibility of the reader focusing their attentiveness on a key term instead of the headline as a whole, and, therefore, could lose context of the article in general. Additionally, key terms represent the main concepts of the topic in question (University of Houston Libraries, n.d.). Meyer (2022) states that keywords are useful as a media tool to reach as many consumers as possible and to “create buzz,” demonstrating their usefulness — positively and negatively, as shown in this project — when explaining an event as significant as the COVID-19 pandemic.  

Confirmation bias can play a key role when intertwined with the framing theory, if the individual already feels prejudice towards a certain population, deeming them inferior or the ‘out-group’ (Stets & Burke, 2000, p. 120), and observing them in a negative light. Because of the nature of this project, observing the association of the selected variables is essential, specifically hate crimes, given that, in extreme cases, prejudice could lead to an ‘us-versus-them’ mentality (McWhorter, 2025).  

To tie these concepts together, the framing theory and confirmation bias present a reality created by the individual, in which different representations of events can play a role in shaping it. Selective attention amplifies the perception of and focus on some frames, which become subject to the preexisting beliefs of those who see them. When media sources — in this case, online newspapers — present prejudiced frames when referring to the COVID-19 pandemic, individuals could demonstrate their own prejudice violently, leading to a higher number of hate crimes. 

Methods 

The methodology for this study was a quantitative approach, focused on the correlation of the variables. The variables in question were the following: a) the total frequency of prejudiced terms found in American news outlets that were extracted from three UNC Libraries databases between March 2020 and June 2020, and b) the total frequency of hate crimes toward the Asian population between March 2020 and June 2020 from the FBI Crime Data Explorer. The prejudiced terms used in this study were “China virus,” “Wuhan virus,” and “Kung flu.” The terms “China virus” and “Wuhan virus” were widely used during the pandemic, appearing in popular posts on news outlets and social media apps, specifically Twitter (now known as X) (Stechemesser et al., 2020). The term “Kung flu” was popularized by the then-president of the United States, Donald Trump, at a rally in Tulsa, Oklahoma, on June 20, 2020 (Los Angeles Times, 2020) and at a youth rally in Phoenix, Arizona, on June 24, 2020 (BBC, 2020b). The term was created as a suggestion that was well received by the audience (BBC, 2020b), along with his insistence on referring to COVID-19 as the “Chinese virus,” on the grounds that China was its place of origin. The mentioned events create a specific frame during the first few months of the pandemic, highlighting the importance of key terms as variables because they are used in news headlines and spark public attention. 

Data Collection 
The data on hate crime incidents toward the Asian American community was extracted from the Federal Bureau of Investigation’s (FBI) Crime Data Explorer. This website aims to facilitate access to law enforcement data sharing by providing downloads of various files in different formats. Additionally, as a website created by the federal government, its purpose is to expand awareness and accountability in law enforcement, making it an ideal source for data extraction. The charts and visualizations for hate crimes in the United States Incident Analysis on this website provide an organized overview of hate crimes committed in this time range as a whole and by month (March, April, May, and June of 2020). The time range was chosen to provide specific insight into the first months of the pandemic in the United States, starting in March, when confirmed cases spiked, as mentioned previously. 

The data on prejudiced terms found in American news headlines was extracted from the NexisUni database (n = 57), ProQuest database (n = 114), and America’s News database (n = 28) and inserted into a ProQuest TDM Studio database, following a systematic count of the terms and providing a total frequency of said terms. Only three databases were selected to ensure precise extraction and data analysis, given the selected time range — ten weeks — for this project and the chosen method for the variables examined. NexisUni, ProQuest, and America’s News database were utilized for their straightforward source extraction and for facilitating searches for news headlines. A total of 199 articles were extracted in the search with the chosen terms found in their headlines. 

Data Analysis  
For statistical analysis, the IBM SPSS Statistics package, version 31.0.0, was used to conduct descriptive analyses and correlation analyses between the frequency of prejudiced terms in the extracted news headlines and hate crime incidents targeting the Asian population. Given the previously specified time limit for this study, the package provided a precise, immediate format for the results and an accessible management of the coded data to be presented. A correlation coefficient is used to find a numerical connection based on continuous data (anything that can be measured) by observing if both variables are in opposite directions (negative correlation) or the same direction (positive correlation) (Schober et al., 2018). This study utilized the Pearson scale for its correlation coefficient because of its bivariate (two variables) nature. A Pearson product-moment correlation, also known as r, is a linear relationship between variables. Said correlation measures the degree of the relationship between the selected variables and exposes how they move together continuously because of its numeric nature. A covariance (an association found in the variability between two variables) is measured through this kind of correlation, scaled between -1 and +1. Figure 1 provides a conventional approach to interpreting a correlation coefficient; this chart is essential to the results of this study and its possible explanations.  

Figure 1: Example of a Conventional Approach to Interpreting a Correlation Coefficient 
Source: Schober et. al., 2018 

Additional data were provided in this research project to serve as statistical evidence for discussion, such as the number of hate crime incidents per month, which were included in the results section to provide a broader scope of the phenomenon in question. The FBI Crime Data Explorer was used to provide the numerical data. The number of news articles per month from the extracted sources was also presented. 

Results 

Hate Crimes 
The FBI Crime Data Explorer presented 189 reported hate crimes that were defined as ‘Anti-Asian’ between March 2020 and June 2020. Hate crimes toward the Asian community were the fourth-highest amount during this span of time, following hate crimes toward Black or African Americans (n = 1284), White people (n = 347), and Hispanics or Latinos (n = 222). The database presented the Additionally, it did not include the ethnicities that make up the Asian category. This limited the possibility of presenting hate crime reports regarding a specific community within the totality of the Asian population, like West Asians (Arabs, Persians, Greeks, Turks, among others), Central Asians (Kazakhstani, Kyrgyztani, Tajikistani, Turkmenistani, and Uzbekistani), South Asians (Nepali, Pakistani, among others) and Southeast Asians, the last two being the selected communities of study (Chinese, Japanese, Filipino, South Koreans Vietnamese, among others).  

Additional data showed the total number of hate crimes committed per month from March 2020 to June 2020. The total number of hate crimes reported in March was 55 (29%), presenting the highest number in the selected range. There was a slight decrease in April, with 51 incidents (27%), while May saw 44 hate crimes reported (23%). June had the fewest reported hate crimes, with a total of 39 incidents (21%).  

News Headlines 
The news headlines extracted from the selected databases (ProQuest, America’s News, and NexisUni) showed repetition when exported and converted to an Excel spreadsheet. Upon further examination, the duplicate articles were exported because the same articles were published in different media outlets and were counted as individual news articles. A total of 177 headlines were utilized for this study. March has the greatest number of published articles (n = 104), leading to a noticeable decrease in April (n = 32), gradually declining in May (n = 28), and having its lowest  number in June (n = 13). 

Graph 1: Frequency of news headlines from March 1 to June 30 of 2020 
Source: University of  North Carolina Libraries, 2025 

Correlation of the Variables 
The correlation analysis conducted by SPSS determined a positive correlation through a coefficient of r = 0.836. According to the conventional approach to interpreting a correlation coefficient (Schober et al., 2018), this result indicates a strong correlation between the selected variables and supports the previously stated hypothesis. 

Discussion 

News Headlines and Hate Crime Incidents 
Regarding the positive correlation of the variables, the results grant partial answers on reported hate crimes toward the East and Southeast Asian populations; partial because of the lack of sub-categorization of their ethnic groups shown in the Crime Data Explorer. This could mean that the ‘Asian’ category could include populations that could be assumed were not at risk of victimization under the context of the COVID-19 pandemic, like West Asians (Arabs, Persians, Greeks, Turks, among others), Central Asians (Kazakhstani, Kyrgyzstani, Tajikistani, Turkmen, and Uzbekistani), and some populations from South Asia (Asian Pacific Institute, 2019). 

The results of this study demonstrate the need to explore numerous concepts and phenomena: the racialization of a minority during the spread of a disease and/or a pandemic; the notion of scapegoating and blame toward a marginalized group (Bae et al., 2022); and the search for empirical evidence regarding the relationship of headlines, prejudiced terms, and marginalized communities, going beyond the East and Southeast Asian population.  

Given the nature of this project, the focus on finding a connection between the chosen variables can prompt others to explore it from a different perspective. The positive correlation leads to the possibility of exploring the chosen variables through a causal relationship, organized in the following way: prejudiced terms in news media headlines impact the number of hate crimes toward the East Asian and Southeast Asian population during the COVID-19 pandemic. Although social media use, COVID-19, and prejudice have been explored through a causal manner in previous studies (Croucher et. al., 2020; Stechemesser et. al., 2020; Piatkowska & Wittington, 2024), it is imperative that these variables are explored through other interdisciplinary theories — from social psychology, sociology, media, and American studies — for a rich analysis on this topic, which presents numerous dimensions and intriguing complexity. 

Hate Crimes 
For this study, the total number of hate crime incidents exported from the FBI Crime Data Explorer was lower than expected (n = 189) when compared to the Stop AAPI Hate National Report (Yellow et al., 2022), which gathered 4,632 hate incidents in 2020 alone, from March 19 to December 31, demonstrating a drastic gap between these organizations. The Stop AAPI Hate National Report was not used for this study due to its broad scope, which could not be narrowed to the selected time range for this project (March to June 2020).  

A possible explanation for the low number of hate crime incidents found in the Crime Data Explorer could be the fact that not all law enforcement agencies are required to submit their data collection on bias-motivated crimes (Krishnakumar, 2021). States like South Carolina, Arkansas, and Wyoming do not have hate crime laws (Lieberman, 2025) nor require data collection on these incidents, leading to an unreliable and underreported number of incidents included in the FBI's annual report, known as the Hate Crime Statistics Act. The Southern Poverty Law Center (SPLC, 2022) states that about 3,500 agencies did not report their data to the FBI for the national hate crimes count and declares that, although the federal agency has been willing to provide support as well as technical assistance for this data collection, many jurisdictions were unable and/or unwilling to take part in the report. Another explanation that should be explored further regarding the low number of crimes reported by the FBI is the complicated dimensions that define a hate crime. Not all crimes are clear-cut and easy to prosecute, as not all perpetrators are overt in demonstrating their racial bias and prejudice. Deep searches into the personal lives of the perpetrators are necessary steps to take when looking for evidence that confirms racial identity and ethnicity as the purpose of the offense (Alfonseca, 2021).  

News Headlines 
The findings demonstrate that March 2020 had the highest count of prejudiced terms in news articles (n = 104), which suggests that the novelty that coronavirus posed in the United States, declaring a nationwide emergency on March 13 (Centers for Disease Control and Prevention, 2024), could have led to a ‘blame game’ towards East and Southeast Asian American populations and amplified the likelihood of expressing prejudice towards them as well. Anti-Asian hate has been apparent since the 1800s, specifically over concerns in workplace competition andoverall xenophobia, where the Chinese Exclusion Act of 1882 perpetuated the label of all Asian Americans as ‘forever foreigners’ (Zhou, 2021). Taking its complex history into consideration, the pandemic exacerbated the preexisting prejudice toward not just the East and Southeast Asian populations, but also the Western, South, and Central Asian populations; this being clear evidence of confirmation bias taking place during the pandemic, as well as complex frames that have been refined throughout history. 

Regarding the significant decrease observed between March (n = 104) and April (n = 32), this decline could signal a decision made by the president to use the term ‘coronavirus’ when speaking about the pandemic. Evidence that backs up this claim is an article published by CNN Politics on March 24, 2020 (Vazquez, 2020), stating that Donald Trump “decided to pull back from associating the novel coronavirus with China”, later tweeting that the spread of COVID-19 was not the fault of Asian-Americans (Vazquez, 2020). Another article, published by the BBC on March 23, 2020, supports the argument regarding Trump’s attempt to shift the blame away from Asian Americans, stating that they are “amazing people” and that they will “prevail together” to get rid of the virus (BBC, 2020a).  

The findings of this study underscore the importance of examining the entirety of a news headline and its ties to readers' beliefs for future research, as well as observing these variables across other social media apps and through deeper examination of news outlets. Another dimension to consider is the possibility that preexisting beliefs are challenged or modified by what a headline says and promotes, potentially shifting the frame and amplifying the role of the headline's context as a confounding variable. The said variable has been previously overlooked and could influence the independent and dependent variables (Penn State University, n. d.), which could change the outcome of a phenomenon that has been looked into for this project. 

Lastly, the duplicate articles further demonstrate the complexity of the findings, revealing the depths of media exposure and engagement through news outlets. Additionally, highlighting the lack of desire to modify controversial headlines, in this case, those involving prejudiced terms, which run the risk of sharing the wrong message with consumers and perpetuating prejudice to create “buzz.” 

Limitations and Directions for Future Research 
This study focuses on the terms in news headlines rather than the headlines or articles themselves, thereby excluding a significant amount of information that should be examined. The context of the extracted news articles was set aside to obtain precise results on the correlation between the variables. Discourse and content analysis should be conducted in future studies to identify patterns and themes that may emerge. Furthermore, a suggestion for future studies could be a close and comparative reading of articles published from January to December 2020 — the first year with confirmed coronavirus cases in the U.S. — about the COVID-19 pandemic, which could provide a more in-depth exploration of how the pandemic was framed and its impact on the East and Southeast Asian populations. Yu et. al. (2020) explored the connection between different media sources and experiences with discrimination in Asian Americans, making comparative studies even more necessary if they were to be examined with prejudiced terms in news headlines and hate crime incidents. Both of these designs should be elaborated for future endeavors to collect reliable data and provide evidence-based analysis. 

The FBI Crime Data Explorer poses another significant limitation to this study, as its counts are less reliable than those in the Stop AAPI Hate National Report, making the desired sample — the East and Southeast Asian population — unattainable for the search for a correlation. The low number of incidents could be explored in future research, which could compare the FBI Crime Data Explorer and the Stop AAPI Hate National Report to assess the trustworthiness of both sources in terms of reporting and their purpose in enhancing visibility for victims. 

The chosen headlines are presented as another limitation in this project because a small number of databases were used, meaning the extracted data does not represent the full range of the variable being explored. For future studies, systematic article extraction should include a larger number of news headlines and sources to yield reliable, trustworthy conclusions. 

The selected time range poses a significant limitation for this study, as it does not capture the full impact of this phenomenon during the pandemic. The national report by Stop AAPI Hate demonstrated a total of 10,905 hate crime incidents between March 19, 2020, and December 31, 2021. Although the said report does not demonstrate the entirety of the pandemic either, its significant data grants an amplified scope of these incidents. If similar studies were to be conducted in the future, amplifying the time range — from the start of the pandemic in the U.S in 2020 until the World Health Organization’ declaration of ending the public health emergency regarding COVID-19 in 2023 (Centers for Disease Control and Prevention, 2024) — could lead to rich results that could then be compared to previous findings and conclusions, along with their explorations through different methodologies, as mentioned previously. 

Lastly, the frequency and concentration of hate crimes by state should be examined, as they were not considered in this study. States with larger Asian and Asian American populations — like New York, California, and Washington D.C. — tended to report a larger number of hate crimes toward said population during the COVID-19 pandemic (Han et. al., 2023 Although this article does not take on the entirety of what makes up the ‘Asian’ population, it elaborates on the geographical ‘hot zones’ of these criminal offenses, how these communities are targets on a larger scale to fall into bias-based incidents, and the increased risk of victimization. Future endeavors could study these elements with other dimensions that contribute to these bias-based incidents, like their locations — rural or urban areas — and the activity of hate groups. 

Conclusion 

The objective of this study is to determine if there was a correlation between prejudiced terms found in news media headlines and hate crime incidents toward the East and Southeast Asian American populations during the COVID-19 pandemic. The stated objective is partially accomplished. As shown in the results, the lack of ethnic differentiation in the ‘Asian’ category poses a worrisome future regarding the truthfulness and reliability of hate crime counts toward a certain community. The difference in counts between Stop AAPI Hate and the FBI Crime Data Explorer makes the situation more alarming, as it raises more questions about accuracy and the ethnicities included in the federal agency’s results. The observed data presents a clear need for more specificity on the victims as well as the perpetrators, considering it would grant a clearer idea of the realities that different ethnic communities go through, as well as highlight the visibility and transparency of this data collection, so that it can ensure an accurate representation of the affected communities. The Stop AAPI Hate organization is gradually pushing for accessibility to accurate statistics regarding hate crime incidents to increase trustworthiness for future reports and correct representation of Asian Americans (Chan et al., 2024). 

Prioritizing the victims' detailed experiences will be vital to a comprehensive understanding of these incidents as well. Knowing their voices are being heard and that there is an ongoing, overt, and real effort to keep them safe will amplify the effect of gradually eradicating hate crime incidents toward these populations and how they are framed through different media outlets.  

News headlines have proved to have a greater influence than one might think, demonstrating that their wording determines how individuals approach different events, how they treat the communities assumed to be involved, and how statements made by figures of authority shape their understanding of a significant event. Therefore, these results call for more causal-comparative studies that could explore the effects of news media outlets and provide more insight into how different communities were impacted by their portrayal through these sources during the pandemic, not just East and Southeast Asian populations. 

The limitations of this study demonstrate the limitations of using news media outlets as the sole source of data to understand the effects of prejudiced terms. Other media sources, such as social media, newspapers, posters, and billboards, among others, will be essential for future research, especially comparative and discourse analysis studies. The limitations also demonstrate new variables to explore: the examination of hate crime incident cases could grant a greater understanding of the perpetrators’ actions and the psychological dimensions behind them. 

The importance of this study lies in the need to explore this model, as well as other methodologies mentioned previously, through other epidemics and realistic counts on hate crimes to investigate trends and elements that could lead to resolutions through public policy and more social awareness of the relationship — and possible impact — of prejudiced terms seen in news media outlets. The COVID-19 pandemic was chosen for this project because it was a global event that affected different communities in numerous ways, making it ideal to explore the correlation among the chosen variables under recent, explicit circumstances. Hate crimes are becoming harder to detect because of covert prejudice and discreet discourse, observed not just in civilians, but in political officials as well. Results and interpretations from studies like this highlight the necessity of utilizing objective words when talking about an epidemic because it could affect anyone, not just through headlines, but in every media outlet. Framing a specific community as the ‘guilty’ one could have devastating effects, especially because of the risk of victimization that comes with it, amplifying the scope of problems at hand. The COVID-19 pandemic, like other epidemics in the past, does not discriminate on the basis of race, socioeconomic status, or ethnicity (Ogolla, 2020); therefore, the limitations presented in this study should be taken into consideration to amplify the ethical dimensions that are addressed when the chosen variables are explored independently or jointly. 

References 

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Posted on December 12, 2025 .

Análisis del impacto de la pandemia de COVID-19 en el desempleo en Puerto Rico: un enfoque de minería de datos

Analysis of the Impact of the Covid-19 Pandemic on Unemployment in Puerto Rico: A Data Mining Approach 

Ángel G. Crespo Báez 
Departamento de Contabilidad  
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP 

 Yeliany M. Colón Rodríguez 
Departamento de Gerencia 
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP 

 Natalie N. Ruiz Cabrera 
Instituto de Estadística y Sistemas Computadorizados de Información 
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP 

 Recibido: 19/09/2025; Revisado: 06/11/2025; Aceptado: 26/11/2025

Resumen 
Este análisis examina el impacto del covid-19 en el desempleo de los municipios de Puerto Rico entre 2019 y 2024, utilizando técnicas de minería de datos, como la limpieza de datos y la clasificación supervisada y no supervisada. Se construyen nuevas variables, incluidas clasificaciones por regiones, para identificar patrones de desempleo antes, durante y después de la pandemia. El estudio compara la magnitud del impacto regional, evalúa el progreso pos-covid y determina qué zonas requieren mayor atención. Los hallazgos permiten detectar desigualdades en la recuperación laboral y ofrecer recomendaciones basadas en evidencia para fomentar una recuperación económica equitativa. 

Palabras clave: covid-19, desempleo, minería de datos, clasificación, regiones   

Abstract 
This analysis examines the impact of COVID-19 on unemployment across municipalities in Puerto Rico from 2019 to 2024, using data mining techniques, including data cleaning and supervised and unsupervised classification. New variables, including regional classifications, are constructed to identify unemployment patterns before, during, and after the pandemic. The study compares regional impacts, evaluates post-COVID recovery, and identifies which areas require greater support. The findings highlight inequalities in labor recovery and offer evidence-based recommendations to promote an equitable economic recovery.  

Keywords: COVID-19, unemployment, data mining, classification, regions   

Introducción  

En los últimos años, la tasa de desempleo en Puerto Rico ha experimentado variaciones significativas. Durante 2020 y 2021, en plena pandemia, Puerto Rico enfrentó un aumento del desempleo, acompañado de una reducción de la fuerza laboral, lo que reflejó el impacto económico de las restricciones y el cierre de negocios. Según NotiCel (2021), en diciembre de 2020 se registró un incremento en la tasa de desempleo, mientras que el grupo trabajador se redujo, lo que evidencia una salida considerable de personas del mercado laboral. Este comportamiento coincide con tendencias observadas tanto a nivel mundial como en Estados Unidos, donde múltiples investigaciones reportaron aumentos significativos del desempleo durante los primeros meses de la pandemia (Longdom, 2023; U.S. Bureau of Labor Statistics, 2023). Sin embargo, para el 2023 y comienzos de 2024, Puerto Rico logró alcanzar un mínimo histórico de desempleo de 5.5%, según datos del Departamento del Trabajo (citado en Intelligent Economics, 2023). Este cambio plantea preguntas importantes sobre las dinámicas del mercado laboral, la calidad del empleo generado y la sostenibilidad de esta aparente recuperación. En esta investigación se analizan las tasas de desempleo por municipio y región, comparando datos del 2019 al 2024, con el fin de identificar patrones y evaluar la efectividad de las políticas económicas implementadas. 

En el presente análisis, se agruparon los municipios de Puerto Rico en cinco regiones geográficas principales — Este, Norte Central, Noroeste, Suroeste y Sureste (ver Tabla 1) — con base en la distribución territorial utilizada por el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (2021). Esta división responde a criterios tanto geográficos como socioeconómicos, lo que permite observar patrones regionales en la evolución del desempleo. Esta clasificación permite realizar comparaciones más pertinentes sobre las disparidades regionales en la tasa de desempleo a lo largo del periodo 2019–2024. 

Tabla 1: División regional de municipios 
Fuente: Elaborado por los autores a partir del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (2021) 

Problema de Investigación 

A pesar de que la tasa de desempleo en Puerto Rico ha alcanzado niveles históricamente bajos en los últimos años, especialmente tras la pandemia del covid-19, persisten dudas sobre si esta recuperación ha sido uniforme en todas las regiones del país y qué factores han influido en estos cambios. No está claro si los municipios que presentaban altas tasas de desempleo antes de la pandemia lograron mejorar, ni si existe un patrón territorial o temporal que permita anticipar el comportamiento del desempleo en años posteriores. Esto plantea la necesidad de analizar cómo ha variado la tasa de desempleo por municipio desde 2019 hasta 2024 y qué tendencias o desigualdades se pueden identificar para entender mejor el estado actual del mercado laboral. 

Metodología 

El objetivo de esta investigación es analizar la evolución de las tasas de desempleo en Puerto Rico, tomando como punto de referencia el año 2019, considerado como periodo pre-covid. A partir de ese año base, se examina cómo estas tasas han cambiado, aumentado, disminuido o estabilizado durante los años posteriores (2020 a 2024), en respuesta al impacto de la pandemia y el proceso de recuperación económica. 

Para este análisis se utilizaron tanto métodos de aprendizaje supervisado como no supervisado. En cuanto a la clasificación supervisada, se aplicaron dos modelos: el Clasificador de Vecinos más Cercanos (K-Nearest Neighbors, KNN) y la Máquina de Vectores de Soporte (Support Vector Machine, SVM). Estos modelos permiten predecir si un municipio presentará una tasa de desempleo alta en 2024, basándose en sus tasas anteriores y en sus características territoriales. Su principal ventaja es que capturan relaciones complejas entre las variables sin requerir supuestos estrictos, lo que mejora su precisión en escenarios con datos variados entre los municipios.  Por otro lado, se empleó el método de clustering como técnica no supervisada para identificar grupos de municipios con patrones similares de comportamiento del desempleo a lo largo del tiempo. Esta técnica complementa los modelos supervisados, ya que nos ayuda a descubrir estructuras ocultas y segmentaciones naturales entre los municipios.  

Los datos utilizados en esta investigación fueron recopilados del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (2020-2024) e incluyen información de todos los municipios desde el año 2019 hasta el 2024. Se trabajaron variables relacionadas con la fuerza laboral, el empleo, el desempleo y la tasa de desempleo en diciembre de cada año, así como una clasificación binaria del desempleo y la región geográfica de cada municipio. Estas variables permiten observar cómo ha cambiado el desempleo a lo largo del tiempo, especialmente antes, durante y después del impacto de la pandemia de covid-19. Se presentan las variables con mayor detalle en la Tabla 2 a continuación. 

Tabla 2: Descripción de las variables 
Fuente: Elaborado por los autores a partir de los datos del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, 2025

Las variables utilizadas en esta investigación corresponden a datos laborales recopilados para cada municipio de Puerto Rico durante los años 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024. El año 2019 se considera como periodo pre-covid, el 2020 como el año en que se sintieron directamente los efectos de la pandemia, y los años 2021 en adelante como el periodo de recuperación pos-covid. Cada año se incluyen cuatro variables principales: Fuerza Laboral, Empleo, Desempleo y Tasa de Desempleo. La variable Fuerza_Laboral_DicXXXX representa el total de personas disponibles para trabajar en diciembre de cada año, incluyendo tanto a los empleados como a quienes buscan trabajo activamente. La variable Empleo_DicXXXX indica el número de personas empleadas en ese mismo periodo, mientras que Desempleo_DicXXXX refleja el número de personas desempleadas activas. Por último, la Tasa_Desempleo_DicXXXX expresa el porcentaje de personas desempleadas respecto de la fuerza laboral total y se calcula como: (Desempleo / Fuerza Laboral) × 100. Estas variables permiten observar la evolución del mercado laboral en Puerto Rico antes, durante y después del impacto de la pandemia. 

Comenzando con el método del Clasificador de Vecinos más Cercanos (KNN, por sus siglas en inglés), se estableció preliminarmente una variable binaria que clasifica si la tasa de desempleo es alta o baja. Para este análisis, se consideró una tasa de desempleo alta cuando supera el 6.5% (valor asignado como 1) y baja cuando está por debajo de ese umbral (valor asignado como 0). Este valor intermedio se seleccionó tomando como referencia un artículo de CEUPE European Business School (s.f.), que clasifica una tasa de desempleo alta cuando supera el 8% y baja cuando es menor al 5%. Así, el 6.5% se consideró como un punto medio representativo para nuestro estudio. Adicionalmente, se incluyó una variable que clasifica los municipios según su región geográfica, con el objetivo de analizar qué regiones se han visto más afectadas por el desempleo en el contexto del covid-19. En cuanto al análisis con KNN, se generó una gráfica de barras y una matriz de confusión utilizando los años 2019 y 2020, con el propósito de identificar los municipios más afectados tras el inicio de la pandemia. Posteriormente, se realizaron gráficas KNN para los años subsiguientes, utilizando como referencia la tasa de desempleo de 2019 (pre-covid), con el fin de observar si dicha tasa se estabilizó, aumentó o disminuyó con el paso del tiempo. 

Continuando con el segundo clasificador supervisado, se aplicó la metodología de la Máquina de Vectores de Soporte (SVM, por sus siglas en inglés). El propósito de este análisis fue visualizar cómo se han comportado las diferentes regiones de Puerto Rico en cuanto a su tasa de desempleo, tomando como referencia el año 2019 (pre-covid) y comparándolo con el último año disponible, 2024. Para ello, se construyó un gráfico tridimensional en el que el eje X representa la tasa de desempleo en 2019, el eje Y la tasa de desempleo en 2024, y el eje Z las regiones, codificadas numéricamente para que el modelo pudiera procesarlas. En esta gráfica, los puntos están representados por diferentes formas y colores: las "X" indican que el modelo clasificó el municipio con una tasa de desempleo alta (valor 1), mientras que los círculos representan una tasa baja (valor 0). Los colores de los puntos corresponden a la región geográfica del municipio: rojo para la región Este, azul para el Sureste, verde para el Norte Central, amarillo para el Noroeste y púrpura para el Suroeste. Este gráfico permitió interpretar visualmente cómo se distribuyen los municipios según su comportamiento en el desempleo y cómo estas diferencias se agrupan por región, facilitando la identificación de patrones espaciales en la evolución del desempleo tras la pandemia. 

En la metodología de clasificación no supervisada, seguimos una serie de pasos utilizando las tasas de desempleo entre 2019 y 2024 como variables principales. Primero, seleccionamos estas variables por su capacidad para reflejar la evolución del desempleo antes, durante y después del impacto del covid-19, y las estandarizamos para asegurar su comparabilidad entre municipios. Luego, aplicamos diferentes métodos para determinar el número óptimo de clústeres: silueta, codo y brecha. Aunque los resultados variaron, se optó por una partición en cuatro grupos, ya que ofrecía una segmentación más equilibrada y significativa. Finalmente, visualizamos el dendrograma correspondiente y asignamos los municipios a sus respectivos grupos, lo que nos permitió identificar patrones comunes en sus trayectorias de desempleo. A continuación, discutimos con más detalle los perfiles de cada clúster. 

Resultados 

Como análisis preliminar de los métodos de clasificación seleccionados, se visualizó la evolución de la tasa de desempleo a lo largo de los años del estudio. Posteriormente, se identificaron los municipios que experimentaron el mayor incremento en su tasa de desempleo al inicio de la pandemia de covid-19, en particular entre 2019 y 2020. Este paso permitió tener una comprensión inicial del impacto de la pandemia en el empleo por municipio y sirvió como base para aplicar los modelos de clasificación supervisada de manera más informada.

Figura 1: Evolución de la tasa de desempleo por región (2019-2024) 
Fuente: Elaborado por los autores a partir de  R studio, 2025 

La Figura 1 muestra la evolución de la tasa de desempleo promedio por región en Puerto Rico desde 2019 hasta 2024. En él se observa un gran aumento de la tasa de desempleo en 2020, debido al impacto inicial de la pandemia de covid-19. A partir de 2021, la mayoría de las regiones muestran una tendencia a la baja, lo que sugiere un proceso de recuperación económica progresiva. 

Algo a destacar es la región Suroeste, que comenzó con una de las tasas más altas en 2019. Esta región mostró una disminución constante hasta 2022, pero presenta una leve alza en 2024. Por otro lado, la región Este registró un aumento muy marcado en 2020, probablemente debido al impacto inicial de la pandemia, pero logró mantener una de las tasas más bajas en los años siguientes, siendo una de las regiones con mejor recuperación en 2022 y 2023. La región Noroeste se mantuvo por encima del promedio durante casi todo el periodo, aunque también refleja una disminución constante. Las regiones Sureste y Norte Central mostraron una recuperación más estable, con tasas cercanas o inferiores al 7% en los años más recientes. Este análisis permite observar no solo el impacto inmediato de la pandemia en el desempleo regional, sino también cómo algunas regiones lograron estabilizarse más rápidamente que otras, lo que puede estar relacionado con factores económicos, estructurales o poblacionales propios de cada zona. 

Al comenzar la clasificación con el método KNN, se realizó un análisis inicial para identificar los municipios que registraron el mayor aumento de la tasa de desempleo entre 2019 (pre-covid) y 2020 (durante el covid). Este análisis se visualizó mediante una gráfica de barras, en la que se destacó que los municipios más afectados fueron Vieques y Culebra, ambos con un aumento del 5.2% en la tasa de desempleo. En el caso de Vieques, la tasa pasó de 6.9% en 2019 a 12.1% en 2020, mientras que en Culebra aumentó de 3.9% en 2019 a 9.1% en 2020. Le sigue el municipio de Naranjito, con un incremento del 5%, pasando de 9.6% en 2019 al 14.6% en 2020. Adicionalmente, se construyó una matriz de confusión artificial con el propósito de observar cómo el modelo clasifica cada municipio según si presenta una tasa de desempleo alta o baja en el año 2020. Para esta clasificación, se utilizó una variable binaria en la que una tasa superior al 6.5% se considera "desempleo alto" (valor 1) y una tasa igual o inferior a ese umbral se clasifica como "desempleo bajo" (valor 0). Los resultados de la matriz indicaron que los 78 municipios fueron clasificados como municipios con desempleo alto. Esto sugiere que el impacto de la pandemia fue generalizado en toda la isla, aunque algunos municipios se vieron más afectados que otros. Este análisis servirá como punto de referencia para las comparaciones que se realizarán a continuación utilizando el modelo KNN para los años posteriores. 

Figura 2: Clasificadores KNN últimos 4 años 
Fuente: Elaborado por los autores a partir de R Studio, 2025 

Luego del análisis inicial de 2020, se aplicó el modelo KNN a los años 2022, 2023 y 2024 (ver Figura 2) con el propósito de observar cómo ha cambiado la clasificación de los municipios en cuanto al desempleo alto o bajo, tomando como referencia la tasa de desempleo de 2019. En 2022, municipios como Las Marías, Rincón y Guayanilla fueron clasificados como zonas de desempleo alto, reflejando que, aunque muchas regiones comenzaron a estabilizarse, aún había focos de desempleo elevado. En 2023, el modelo identificó un nuevo conjunto de municipios, como Guánica, Guayanilla y Patillas, lo que indica una variabilidad regional en la recuperación económica. Para 2024, se mantuvieron municipios del Suroeste como Adjuntas, Yauco y Coamo dentro del grupo con desempleo alto, mientras que otros, como Trujillo Alto, Gurabo y Bayamón, fueron clasificados con desempleo bajo, evidenciando una mejora sostenida. Los resultados del modelo fueron consistentes, con una precisión de 97.4% en 2022, 96.2% en 2023 y 88.5% en 2024, con sensibilidades superiores al 83% en todos los casos. Estos resultados respaldan el uso del modelo KNN como herramienta para identificar patrones, monitorear cambios y apoyar la toma de decisiones de política pública enfocadas en las regiones más afectadas. 

El segundo método de clasificación supervisada utilizado fue el SVM. Este modelo fue de gran utilidad para visualizar con mayor profundidad las divisiones regionales y el comportamiento individual de los municipios. La comparación se realizó utilizando como referencia el año 2019, correspondiente al periodo pre-covid, y el año 2024, que representa los datos más recientes disponibles. Esto nos permitió observar qué municipios lograron recuperarse y cuáles continúan presentando tasas elevadas de desempleo, así como identificar patrones según la región geográfica (ver Figura 3).

Figura 3: Máquina Vector Soporte Tres Dimensiones 
Fuente: Elaborado por los autores a partir de R studio, 2025 

Mediante el modelo SVM en 3D, pudimos observar el comportamiento individual de los municipios entre 2019 y 2024, considerando su región y la clasificación de desempleo alto o bajo. En un análisis previo, identificamos que Vieques, Culebra y Naranjito fueron los municipios con el mayor aumento de la tasa de desempleo entre 2019 y 2020, justo al inicio de la pandemia. Sin embargo, al observar los datos de 2024, notamos trayectorias distintas. Naranjito, por ejemplo, logró una recuperación significativa, pasando de una tasa de desempleo del 9.6% en 2019 a 5.9% en 2024, siendo clasificado como municipio de desempleo bajo. En contraste, Vieques y Culebra, ambos de la región Este, no han logrado reducir su tasa. Vieques pasó de 6.9% a 10.4%, y Culebra de 3.9% a 7.2%, manteniéndose ambos con una clasificación de desempleo alta. Esto resalta cómo, aunque algunos municipios han mejorado con el tiempo, otros han enfrentado mayores dificultades para recuperarse, lo que refleja desigualdades regionales en el impacto y la recuperación económica pospandémica. 

El método de clasificación no supervisada aplicado, el análisis de clúster jerárquico permitió explorar cómo se agrupan los municipios según la similitud de sus tasas de desempleo entre 2019 y 2024. Una vez estandarizadas estas variables, se utilizaron los métodos de silueta, codo y brecha para estimar el número óptimo de clústeres. El método de silueta sugería una agrupación en dos, mientras que los métodos de codo y brecha señalaron que k = 4 ofrecía una mejor segmentación sin caer en divisiones excesivas. Por esta razón, se decidió dividir los municipios en cuatro grupos, lo que   permitió capturar diferencias relevantes en las trayectorias laborales (ver Figura 4). 

Figura 4: Dendrograma jerárquico con k = 4 
Fuente: Elaborado por los autores a partir de  R studio, 2025 

Al visualizar el dendrograma con k = 4, observamos cómo el modelo agrupa los municipios según su evolución del desempleo. El grupo 1 incluye municipios semiurbanos y costeros con comportamiento intermedio; el grupo 2 está compuesto por municipios rurales con desempleo relativamente alto y estable; el grupo 3 agrupa municipios del área metropolitana con tasas más bajas y consistentes; y el grupo 4, el más reducido, reúne municipios con trayectorias atípicas o con vulnerabilidad estructural. Esta segmentación refleja distintas realidades locales y permite identificar patrones comunes y excepcionales en la recuperación económica tras la pandemia. La distribución municipal por clúster puede observarse en la Figura 4, que muestra el dendrograma jerárquico resultante. 

Conclusión  

Estos resultados indican que, aunque la tasa de desempleo de Puerto Rico se ha recuperado en general tras el impacto inicial de la pandemia en 2020, dicho recobro ha variado entre regiones y municipios. Las herramientas de análisis de datos utilizadas en esta investigación ofrecieron una visión más amplia del comportamiento del desempleo a nivel municipal antes y después de la pandemia. El análisis de series temporales demostró que regiones como el Este y el Norte Central estabilizaron raudamente las tasas de desempleo, mientras que el Suroeste experimentó un retraso persistente hasta el 2024. El análisis de clúster jerárquico segmentó los municipios según sus similitudes en las trayectorias de empleo. Además, las técnicas de clasificación supervisada, como KNN y SVM, identificaron patrones consistentes entre los municipios con tasas de desempleo elevadas tras la pandemia, especialmente en Vieques, Culebra y Adjuntas. 

Estos hallazgos sugieren la necesidad de políticas públicas diferenciadas que consideren las condiciones económicas de cada región y refuerzan la utilidad de la minería de datos como herramienta para la planificación económica y social. Sin embargo, una limitación importante del estudio es la disponibilidad de datos anuales, en particular para el mes de diciembre, lo que limitó el análisis de las variaciones estacionales y a corto plazo. Con suerte, futuras investigaciones identificarán factores socioeconómicos adicionales, como el nivel educativo, la categoría de empleo o el ingreso promedio, para comprender mejor las causas subyacentes de las desproporciones regionales y los efectos a largo plazo de la pandemia en el mercado laboral. En conjunto, este estudio no solo aporta evidencia empírica sobre los efectos territoriales del desempleo en la isla, sino que también destaca la importancia de aplicar enfoques analíticos modernos para comprender las desigualdades estructurales y promover una recuperación económica más equitativa y sostenible. 

Referencias 

Benet, Chantal. (2023). La tasa de desempleo en Puerto Rico alcanza un nuevo mínimo histórico de 5.5%. Recuperado el 16 de mayo de 2025, de https://intelligenteconomics.com/la-tasa-de-desempleo-en-puerto-rico-alcanza-un-nuevo-minimo-historico-de-5-5/ 

CEUPE. (s.f.). ¿Qué es la tasa de desempleo? Cálculo, fórmula y ejemplo. Recuperado el 19 de mayo de 2025, de https://www.ceupe.com/blog/tasa-de-desempleo.html 

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2020). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2019 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 16 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2020-02-10/DTRH_LAUS_201912.pdf 

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2021). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2020 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 10 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2021-04-15/DTRH_LAUS_202012.pdf 

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2022). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2021 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 10 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2022-02-03/DTRH-LAUS-2021-12.pdf 

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2023). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2022 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 10 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2023-02-02/DTRH-LAUS-2022-12.pdf  

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2024). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2023 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 10 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2024-02-07/DTRH-LAUS-2023-12.pdf  

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (2025). Tasa de desempleo por municipio – diciembre 2024 (PDF) [Data set]. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. Recuperado el 10 de mayo de 2025, de https://estadisticas.pr/files/inventario/desempleo_por_municipio/2025-03-24/DTRH-LAUS-2024-12.pdf  

NotiCel. (2021, 8 de febrero). Aumentó la tasa de desempleo en diciembre mientras se redujo el grupo trabajador. Recuperado el 16 de mayo de 2025, de https://www.noticel.com/gobierno/ahora/economia/top-stories/20210208/aumento-la-tasa-de-desempleo-en-diciembre-mientras-se-redujo-el-grupo-trabajador/ 

U.S. Bureau of Labor Statistics. (2023). Employment and wages annual averages, 2023. Recuperado el 1 de diciembre de 2025, de https://www.bls.gov/cew/publications/employment-and-wages-annual-averages/2023/ 


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Posted on December 12, 2025 .

Análisis de las ayudas para mitigar los problemas de salud mental causados por la pandemia del covid-19 entre los estudiantes del Recinto de Río Piedras UPR

Analysis of Interventions to Mitigate Mental Health Problems Caused by the COVID-19 Pandemic among UPR Río Piedras Students

Camilla E. García Rivero
Departamento de Ciencias Interdisciplinarias
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP

Recibido: 31/08/2023; Revisado: 20/10/2025; Aceptado: 05/11/2025 

Resumen 
Este estudio transversal (n=109) evaluó el impacto psicológico en la pandemia de COVID-19 (febrero-abril 2021) en estudiantes del Recinto de Río Piedras, UPR. Determinó deterioro de salud mental, estrategias de adaptación y efectividad de intervenciones terapéuticas. El 82.5 % reportó deterioro del bienestar, con síntomas psicológicos que afectaron al 78-94 % de los participantes. Las mujeres mostraron mayor impacto (86.9 % vs 68 %, p=0.01) y mayor uso de alguna ayuda (79 % vs 68 %, p=0.004). Las intervenciones no-biopsiquiátricas (ejercicio, mindfulness) presentaron mayor efectividad percibida (96.1 %) que las biopsiquiátricas (85.7 %). Estos hallazgos tienen implicaciones críticas para políticas universitarias post-pandemia.  

Palabras clave: COVID-19, salud mental, intervenciones no-biopsiquiátricas, estudiantes universitarios, Puerto Rico  

Abstract 
This cross-sectional study (n=109) evaluated the psychological impact of the COVID-19 pandemic (February-April 2021) on students at the University of Puerto Rico, Río Piedras Campus. It assessed mental health deterioration, coping strategies, and the effectiveness of interventions. 82.5 % reported wellbeing deterioration, with psychological symptoms affecting 78-94 % of participants. Women showed greater impact (86.9 % vs 68 %, p=0.01) and higher use of any help (79.0 % vs 68.0 %). Non‑biopsychiatric interventions (exercise, mindfulness) were perceived as more effective (96.1 %) than biopsychiatric ones (85.7 %). These findings have critical implications for post-pandemic university policies.  

Keywords: COVID-19, mental health, non-biopsychiatric interventions, university students, Puerto Rico 

Introducción  

La pandemia de covid-19, declarada en marzo de 2020 (Organización Mundial de la Salud, 2020), obligó a implementar medidas de distanciamiento social para mitigar la propagación viral. Estas medidas confinaron a la población en sus hogares durante períodos prolongados. Investigaciones previas sobre desastres naturales han documentado que el aislamiento social impacta negativamente en la salud mental, incrementando la depresión, la ansiedad, el trastorno por estrés postraumático y el abuso de sustancias (Banerjee & Rai, 2020; Bromet et al., 2016; Essadek & Rabeyron, 2020; Goldmann & Galea, 2014; Hernández‑Torres et al., 2023; Hwang et al., 2020; Smith & Lim, 2020). Factores adicionales como pérdida de seres queridos, desempleo, dificultades económicas y violencia doméstica también contribuyen al deterioro mental (Goldmann & Galea, 2014).  

En estudiantes universitarios, la transición abrupta hacia la educación remota, pérdida de hitos académicos e incertidumbre laboral amplificaron estos efectos (Browning et al., 2021; Cao et al., 2020; Son et al., 2020;). Estudios internacionales han documentado prevalencias de depresión (31-34 %), ansiedad (28-35 %) y estrés (56-62 %) durante la pandemia (Aristovnik et al., 2020; Pérez-Pedrogo et al., 2020; Wang et al., 2020). En Puerto Rico, la vulnerabilidad preexistente sugiere impactos potencialmente mayores.  

Puerto Rico ya enfrentaba una crisis de salud mental antes de la pandemia, que afectaba aproximadamente a uno de cada cuatro adultos (Sánchez, 2024). Esta situación se intensificó debido a desastres naturales y crisis económicas (Rivera et al., 2024). El huracán María (2017) exacerbó esta crisis, elevando suicidios en un 55 % y generando prevalencias post-desastre de 33 % en depresión y 44 % en trastorno por estrés post-traumático (López Mercado, 2025; Rivera et al., 2024; Scaramutti et al., 2019). La capacidad de respuesta continuó limitada: al menos 75 regiones geográficas, grupos poblacionales o instalaciones fueron designados como áreas de escasez de profesionales de la salud para servicios de salud mental, lo que refleja déficits estructurales en la disponibilidad y accesibilidad de servicios, con demoras sustanciales, particularmente en zonas rurales (Rivera et al., 2024; Sánchez, 2024).   

La pandemia de covid-19 generó un cuerpo sustancial de investigación sobre su impacto en la salud mental estudiantil (Aristovnik et al., 2020; Wang et al., 2020). No obstante, persisten brechas en la comprensión de la efectividad comparativa de las intervenciones en contextos de recursos limitados y de trauma acumulativo. El National Institute of Mental Health (2023) ha destacado, durante más de una década, la importancia de identificar intervenciones no-biopsiquiátricas efectivas, especialmente en poblaciones vulnerables. En este contexto, estudios recientes en Puerto Rico respaldan el uso preferencial de intervenciones psicosociales culturalmente adaptadas, dado el acceso limitado a tratamientos farmacológicos, lo que convierte el estudio de riesgos, factores protectores e intervenciones en la población estudiantil puertorriqueña en una prioridad (Giraldo-Santiago et al., 2025; Rivera et al., 2024). Este estudio, realizado durante el período crítico inicial de la pandemia (febrero-abril 2021), aporta evidencia sobre la respuesta estudiantil en Puerto Rico—una población con vulnerabilidad preexistente por el huracán María—generando lecciones para políticas de preparación ante futuras crisis.  

Este estudio tuvo tres objetivos: (1) evaluar el impacto psicológico de la pandemia de COVID-19 en estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, (2) identificar las estrategias de afrontamiento empleadas y (3) evaluar la efectividad de diferentes modalidades de intervención. Se definieron como intervenciones biopsiquiátricas aquellas basadas en medicamentos psicotrópicos que actúan sobre la bioquímica cerebral, mientras que las no-biopsiquiátricas incluyen intervenciones psicológicas, conductuales y de estilo de vida (como consultas psicológicas/psiquiátricas, ejercicio, mindfulness y ajustes dietéticos) que promueven el bienestar mental sin alterar primariamente los procesos biológicos subyacentes. Se hipotetizó que la pandemia generaría un deterioro significativo de la salud mental, lo que motivaría una mayor búsqueda de ayuda y que las intervenciones no-biopsiquiátricas demostrarían efectividad comparable o superior a la de las biopsiquiátricas. 

Metodología 

Diseño y participantes 
Se realizó un estudio observacional transversal cuantitativo mediante una encuesta electrónica entre febrero y abril de 2021. La muestra estuvo compuestapor 109 estudiantes universitarios matriculados durante el período académico 2020-2021 en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Los criterios de inclusión fueron: (1) matrícula activa durante la pandemia y (2) edad igual o mayor a 18 años. El muestreo fue no probabilístico por conveniencia, con reclutamiento a través de plataformas institucionales y redes estudiantiles.  

Instrumento  
Se adaptó la Encuesta de Impacto del Coronavirus en la Salud (Coronavirus Health Impact Survey [CRISIS]) desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health [NIH]) (2020). La versión original fue traducida al español y adaptada al contexto local, evaluando cuatro dimensiones: (1) información demográfica y académica (edad, género, facultad), (2) síntomas de salud mental (nerviosismo, fatiga, irritabilidad, tristeza/felicidad, soledad) evaluados mediante la escala Likert de 5 puntos en dos periodos temporales (tres meses pre-pandemia y dos semanas durante pandemia), (3) factores de riesgo psicosocial (dificultades financieras, inseguridad alimentaria, cambios en relaciones, pérdida de seres queridos, educación a distancia, confinamiento, violencia doméstica), e (4) intervenciones terapéuticas y búsqueda de ayuda con percepción de efectividad. El instrumento completo se presenta en el Apéndice A.  

Análisis de datos 
Se realizaron análisis descriptivos (frecuencias, porcentajes, medias estadísticas, desviaciones estándar) para caracterizar la muestra y las prevalencias. Las diferencias por género se evaluaron mediante pruebas chi-cuadrado (χ²) para variables categóricas, estableciendo un nivel de significancia de p < 0.05. Se aplicó corrección de Bonferroni para comparaciones múltiples. Los análisis se realizaron utilizando XLSTAT en Microsoft Excel. 

 Resultados y discusión 

Características de la muestra 
Un total de 109 estudiantes completaron la encuesta entre febrero y abril de 2021. La muestra presentó predominancia de mujeres (n=84, 77.1%; hombres n=25, 22.9%), con edad media de 22.5 años (DE=3.2, rango=18-35). La distribución académica fue: Ciencias Naturales (33.9%), Ciencias Sociales (27.5%), Humanidades (19.3%), Administración de Empresas (11.0%) y otras facultades (8.3%). Este perfil contextualiza las diferencias observadas por género y los patrones de síntomas presentados a continuación (véase Tabla 1).  

Impacto en la salud mental y disparidades de género  
Este estudio, realizado durante la fase inicial de la pandemia de covid-19 en Puerto Rico, documenta el impacto psicológico en un contexto de trauma acumulado único. Los hallazgos tienen relevancia tanto histórica como prospectiva: histórica, al capturar la respuesta estudiantil durante el período más crítico de la pandemia; prospectiva, al generar evidencia sobre efectividad de intervenciones no-farmacológicas aplicable a futuras crisis de salud pública en contextos de recursos limitados.  

El 82.5 % de participantes reportó deterioro en el bienestar mental, significativamente mayor en mujeres (86.9 %) que en hombres (68 %; χ²=6.48, p=0.01, φ=0.24). Específicamente, 73 mujeres reportaron deterioro (28 mucho, 45 un poco) comparado con 17 hombres (2 mucho, 15 un poco) (véaseTabla 1). Esta prevalencia excedió sustancialmente las tasas internacionales típicas (38-48 %; Wang et al., 2020), lo que sugiere que Puerto Rico experimentó un impacto desproporcionado, probablemente debido a vulnerabilidades preexistentes—secuelas de los huracanes Irma y María, crisis fiscal e infraestructura limitada de salud mental—que generaron un "efecto sinérgico de trauma" (Orengo-Aguayo et al., 2019). A continuación, se describen los perfiles de síntomas que acompañaron este deterioro. 

Tabla 1: Cambios en la salud mental por la pandemia del COVID-19 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos recolectados por la autora en 2021  

 Nuestros hallazgos muestran que los síntomas emocionales más frecuentes fueron nerviosismo (93.5 %), irritabilidad (89.9 %) y fatiga (88.0 %). La soledad afectó al 78.8 % y la tristeza al 32.1 %. Las mujeres experimentaron tasas consistentemente más altas: fatiga (91.6 % vs 76 %), soledad (82.1 % vs 68 %) y tristeza (36.9 % vs 16 %). La transición emocional fue notable: la felicidad disminuyó de 54 % pre-pandemia a 29% durante la crisis, mientras el estado neutral aumentó de 29 % a 39 %, revelando aplanamiento afectivo característico del agotamiento traumático. Estas disparidades de género reflejan la "sindemia de género", en la que factores biológicos, sociales y estructurales convergieron para amplificar el impacto en las mujeres, posiblemente debido a cargas adicionales de cuidado y al estrés socioeconómico (Díaz-Pérez et al., 2024; Eugene et al., 2025; Xiong et al., 2020). Para explorar mecanismos potenciales de estas diferencias se examinaron estresores psicosociales. 

Factores estresores psicosociales 
Los estresores emergieron con prevalencia casi universal (véase Tabla 2). La educación a distancia fue el estresor más severo (98.1 %), afectando al 100% de las mujeres versus 92 % de los hombres. Los cambios en las relaciones sociales/familiares (97.2 %) y restricciones en interacciones sociales (94.4%) fueron prácticamente universales. Las dificultades financieras afectaron al 71.5 %, mientras la inseguridad alimentaria impactó desproporcionadamente a las mujeres (34.5 % vs 20 %). Críticamente, la violencia doméstica fue reportada exclusivamente por las mujeres (8.3 %), evidenciando vulnerabilidades específicas de género durante la pandemia. Estos patrones orientan la selección de apoyos e intervenciones y ayudan a explicar su efectividad percibida en la muestra. 

Tabla 2: Factores contribuyentes al deterioro de salud mental durante la pandemia
Fuente: Elaboración propia a partir de datos recolectados por la autora en 2021  

Estrategias de afrontamiento y efectividad de intervenciones 
Las intervenciones no-biopsiquiátricas demostraron efectividad superior (96.1 %) comparadas con biopsiquiátricas (85.7 %) (Tabla 3). Específicamente, el ejercicio fue efectivo para 97.1 % de quienes lo utilizaron, la meditación para 97.2 %, y el mindfulness para 100 % (véase la Figura 1). Este patrón sugiere que estrategias accesibles y de bajo costo pueden rivalizar con tratamientos farmacológicos en contextos de crisis, ofreciendo una vía esperanzadora para contextos de recursos limitados como Puerto Rico (Giraldo-Santiago et al., 2025). En contraste, solo el 40.7 % de quienes no buscaron ayuda consideraron esta estrategia efectiva (p<0.001 vs ambas intervenciones), destacando el costo de la inacción. Estos porcentajes se calcularon sobre los usuarios de cada categoría (biopsiquiátrica: 28; no‑biopsiquiátrica: 77; ninguna: 27). 

Tabla 3: Efectividad entre ayudas biopsiquiátricas y no-biosiquiátricas 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos recolectados por la autora en 2021  

Figura 1: Efectividad percibida de las intervenciones
Fuente: Elaboración propia a partir de datos recolectados por la autora en 2021

Pese a la alta prevalencia de síntomas, la brecha de tratamiento fue evidente: solo 30.3 % buscó ayuda profesional (psicológico o psiquiátrico), 23.9 % específicamente apoyo psicológico y 11.9 % apoyo psiquiátrico; además, 5.5 % recibió intervención psiquiátrica reciente. Adicionalmente, 15.6 % utilizó alcohol como afrontamiento y 82.4 % de quienes lo usaron lo percibieron efectivo (14/17), señalando automedicación desadaptativa asociada al riesgo de trastorno por uso de sustancias (Goldmann & Galea, 2014). Las mujeres reportaron un mayor uso de ayuda (79.0 % vs 68.0 %) y de apoyo psicológico (25.9 % vs 8.0 %). 

Las mujeres buscaron significativamente más apoyo (79 % vs 68.0 %; χ²=8.51, p=0.004) pese a experimentar peor salud mental, lo que sugiere que las intervenciones actuales no abordan adecuadamente sus necesidades específicas. Ello resalta la necesidad de intervenciones diferenciadas por género, con componentes adaptados para mujeres y para hombres (por ejemplo, rutas de referido y modalidades flexibles en mujeres; reducción de estigma, opciones anónimas y facilitación por pares en hombres).  

Implicaciones y limitaciones  
Las implicaciones prácticas de este estudio son significativas, especialmente para las instituciones educativas y los proveedores de atención médica en Puerto Rico. Es interesante notar que nuestros hallazgos son consistentes con estudios realizados en otros países, que también han mostrado un aumento en los problemas de salud mental entre los estudiantes universitarios durante la pandemia (Cohen, 2020; Smith, 2020). Sin embargo, los hallazgos sugieren que las intervenciones no-biopsiquiátricas, como el ejercicio y el mindfulness, podrían ser más efectivas para mitigar el impacto psicológico de la pandemia (Giraldo-Santiago et al., 2025). Esto podría influir en cómo se asignan los recursos para la atención de la salud mental en entornos académicos. Además, nuestros resultados son consistentes con estudios anteriores que han mostrado un deterioro de la salud mental tras eventos catastróficos (Pérez-Pedrogo et al., 2020), lo que refuerza la necesidad de intervenciones efectivas.  

Las limitaciones del estudio incluyen: (1) diseño transversal que impidió establecer inferencias causales, (2) muestreo no probabilístico por conveniencia con desbalance de género (77 % mujeres, n=25 hombres) que redujo representatividad y generalizabilidad, (3) sesgos de autorreporte que introdujeron deseabilidad social y variabilidad interpretativa, especialmente en temas sensibles como violencia doméstica o consumo de alcohol, y (4) variables confusas no medidas (estatus socioeconómico, historial de trauma previo, comorbilidades) que podrían explicar parcialmente las asociaciones observadas. Pese a estas restricciones, la consistencia de los hallazgos con la literatura internacional (Wang et al., 2020; Xiong et al., 2020) respaldó las conclusiones principales, aunque la validación mediante estudios longitudinales con muestras balanceadas sería esencial para explorar trayectorias a largo plazo.  

Conclusión  

Este estudio destaca la importancia de abordar el deterioro de la salud mental entre los estudiantes universitarios en el contexto de la pandemia de covid-19. En nuestra muestra, 82.5 % reportó deterioro del bienestar; los síntomas más frecuentes fueron nerviosismo (93.5 %) y fatiga (88.0 %). Basándonos en nuestros hallazgos, recomendamos que las instituciones educativas y los proveedores de atención médica consideren implementarprogramas de bienestar que incluyan estrategias no-biopsiquiátricas, como el ejercicio y el mindfulness. Adicionalmente recomendamos facilitar el acceso a apoyo profesional (psicológico o psiquiátrico), dada la baja utilización relativa (30.3 %) en un contexto de alta sintomatología. Además, ya que el mayordeterioro de la salud mental se observó entre las mujeres en nuestra muestra (86.9 % vs 68 % en hombres), sería beneficioso diseñar intervenciones diferenciadas por género. Las futuras políticas públicas también podrían enfocarse en proporcionar recursos adicionales para la atención de la salud mental en entornos académicos, especialmente en tiempos de crisis. Futuras investigaciones podrían centrarse en explorar la eficacia de intervenciones específicas en diferentes subgrupos de la población estudiantil o en evaluar el impacto a largo plazo de la pandemia en la salud mental.  

La pandemia de covid-19 generó un cuerpo sustancial de investigación sobre su impacto en la salud mental estudiantil (Aristovnik et al., 2020; Wang et al., 2020). No obstante, persisten brechas en la comprensión de efectividad comparativa de intervenciones en contextos de recursos limitados y trauma acumulativo. Este estudio representa un avance crucial en la comprensión de los riesgos y factores de protección para el bienestar psicológico durante y después de eventos catastróficos, como la pandemia de covid-19.  

Agradecimientos  

A la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, por el apoyo institucional. A los Drs. Gabriel Moreno-Viqueira y Edwin Hernández Delgado por su mentoría y supervisión, y a la Dra. Maribel Campos, Dr. Chris Pierret y Dra. Karen Martínez por sus valiosas sugerencias. A los 109 estudiantes que participaron voluntariamente en este estudio. 

Referencias 

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Posted on December 12, 2025 .

Al divino tesoro puertorriqueño: la juventud en el proceso político de 1934 y 2024 

 To the Divine Puerto Rican Treasure: Youth in the Political Process of 1934 and 2024  

Sael A. López Machuca 
Programa de Educación Secundaria en Español 
Facultad de Educación, UPR RP  

Recibido: 21/02/2025; Revisado: 26/09/2025; Aceptado: 01/11/2025  

Resumen 
Esta investigación examina la evolución de la participación juvenil en el proceso político puertorriqueño, comparando los contextos históricos y sociopolíticos de 1934 y 2024. A partir de un análisis crítico del ensayo “Juventud, divino tesoro” de Antonio S. Pedreira, se contrastan las visiones de la juventud insular con discursos y registros contemporáneos a través de noticias, artículos y medios periodísticos. La metodología empleada es de carácter cualitativo, documental y comparativo. Los hallazgos destacan similitudes en los retos de inserción política juvenil y diferencias en los escenarios históricos. Esto permite reflexionar sobre la vigencia del pensamiento de Pedreira en el Puerto Rico actual. 

Palabras clave: Proceso político, juventud, activismo estudiantil, Insularismo 

Abstract 
This study examines the evolution of youth participation in Puerto Rico’s political process, comparing the historical and sociopolitical contexts of 1934 and 2024. Drawing on a critical reading of Antonio S. Pedreira’s essay “Juventud, divino tesoro,” the analysis contrasts his views on insular youth with contemporary discourses drawn from news outlets, articles, and journalistic sources. The methodology follows a qualitative, documentary, and comparative approach. Findings highlight both continuities in the challenges of youth political engagement and differences in the historical settings, offering a reflection on the relevance of Pedreira’s thought in present-day Puerto Rico. 

Keywords: Political process, youth, student activism, Insularismo  

Introducción 

Este estudio se centra en el análisis de la juventud puertorriqueña en los contextos sociopolíticos e históricos de 1934 y 2024. Para ello, se toma como base el ensayo “Juventud, divino tesoro” de la obra ensayística Insularismo: Ensayos de interpretación puertorriqueña del escritor Antonio S. Pedreira(1968). Conmemorando el nonagésimo aniversario de este escrito, se examinan las similitudes y diferencias en las actitudes y acciones de la juventud, así como su rol en el proceso político. Más allá de la comparación histórica, el análisis busca reflexionar sobre el espíritu de participación, diálogo y disidencia que Pedreira atribuye a la mocedad, y cómo estas nociones encuentran resonancia en la juventud actual, particularmente a la luz de las elecciones generales de 2024. Al considerar tanto los sueños truncados como las posibilidades abiertas en el discurso de Pedreira, se plantea una discusión crítica sobre la vigencia y el potencial de la juventud en la vida política puertorriqueña. 

Pedreira (1968) comienza el ensayo afirmando un despertamiento juvenil que, aun con “actitudes esporádicas”, augura una nueva floración de la conciencia. Este establece una diferencia entre la juventud a la que él pertenece y la que le sigue. Esta última la enmarca en las “revelaciones germinales, cual flor de futuro, que son precisas alentar” (p. 137). La perspectiva de Pedreira está cargada de “atontamiento”, incertidumbre y pesimismo de aquellas generaciones que vivieron intensamente el cambio de soberanía en 1898. De ahí que afirmara: “somos una generación fronteriza, batida entre un final y un comienzo, sin saber a dónde dirigir las requisiciones necesarias para habilitar nuestra responsabilidad” (p. 138).  

Durante la década de 1930 en Puerto Rico se enfrentaron grandes complicaciones. Como bien señala el académico José Luis Méndez, en su libro Las ciencias sociales y el proceso político puertorriqueño (2005), el fracaso del monocultivo de la caña que sostenía el modelo económico vigente, el absolutismo burocrático colonial y la campaña asimilista de la política cultural y educativa fueron algunas de las circunstancias que acaecían en el archipiélago borincano.  

De igual forma, la escritora, profesora y crítica literaria Mercedes López-Baralt (2001) resalta el contexto de la época que sirvió de fundamento para lo que llama: un “renacimiento intelectual en la isla” (p. 47). A saber, a nivel mundial surgían el nazismo y el fascismo en Europa, se desataron las purgas estalinistas, rompió la Guerra Civil española y la Gran Depresión de 1929. Esta última tuvo un impacto directo y devastador en Puerto Rico para la industria cafetalera, entre otras áreas. 

El periodo aproximadamente de 1929 a 1936 fue uno de convulsiones históricas que resultaron de estímulo oportuno para el pensamiento. La educadora y escritora Margot Arce de Vázquez, considera que se pudiera “retomar el hilo de nuestra expresión rota” (1950, p. 108) por la Guerra Hispanoamericana. Esta indica que el esfuerzo estuvo azuzado en el ámbito cultural por la labor del Ateneo Puertorriqueño, el Partido Nacionalista y el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, del que, de hecho, Pedreira fue miembro fundador, para sacudir y animar la conciencia de pueblo . 

El análisis de Pedreira se cimenta en el estudio de las circunstancias que le rodeaban. Mientras anima sus esperanzas “cuasi-frustradas” con la generación que le sucede, añade severamente y sin vacilación que pareciera ser una generación de inválidos con raíces de decepción y fracaso. Una cepa atada al resentimiento y quimeras que no le permiten hallar un camino más corto para redescubrir a Puerto Rico. Hace, pues, un comentario contundente: “… [la juventud] delega demasiado y hay responsabilidades que no se pueden delegar” (Pedreira, 1968, p. 139). 

Frente a este panorama, Pedreira propone dicho análisis, no obstante, de carácter nacional y dirigido a entender por qué y cómo somos los puertorriqueños. En su último ensayo de interpretación se dirige a la juventud: a aquellos que cargaban la responsabilidad y también con el reto de trabajar en la construcción de un proyecto de país. Sobre la importante encomienda que hiciera Pedreira a la juventud en su tiempo, por su parte, el profesor de Estudios Hispánicos, Félix Córdova Iturregui (2024), articula esta idea como un proyecto de formación y establece que la referencia a la juventud va más allá de una sucesión lineal o cronológica: 

Insularismo no es un momento destacado e incrustado en una línea de movimiento hacia el frente. No fue concebido de esta forma. Su pertinencia estriba en el terreno específico que ayuda abrir: el espacio del debate con un intercambio dialógico duradero. Los jóvenes como nueva y más enérgica generación no recogen simplemente un batón. Por el contrario, se instalan en el interior del terreno multidireccional, propio de la cultura, para pensar los problemas con su criterio independiente, profundizando el proceso de creación de país. (p. 231-232) 

Visto desde esta perspectiva, parece haberse concertado con exactitud un perfil definitorio e identitario entre las dos juventudes — la del 30’ y la actual —aludidas en este escrito. Es decir, la noción de la generación joven se sitúa en una posición activa, marcada por el diálogo y el análisis reflexivo. También, en una toma constante de decisiones y en la ejecución de acciones concretas y atrevidas de impacto trascendental. Este concepto alentador no estriba en la utopía, por el contrario, desde una mirada realista y consiente parece ser posible. No por emoción sino por la capacidad connatural e inherente que las nuevas generaciones manifiestan—sensibilidad y adhesión—en los esbozos del “hogar-país-nación” que sueñan tener.  

Los jóvenes de este tiempo, lejos del sentimentalismo, son el resultado de grandes generaciones de intelectuales, docentes, filósofos y filósofas, funcionarios públicos que surcaron pensamientos y conciencias. Les caracteriza una diligencia imperante que rechaza la evasión o, peor aún, la inercia para abrirse paso a la gestión en cualquier ámbito. 

Pedreira, por su parte, hace un comentario que recoge, en gran medida, la tesis de esta investigación y retrata con precisión el sólido levantamiento de la juventud puertorriqueña actual:   

Yo no creo que la juventud debe desentenderse de la política, mucho menos en nuestra época en que el fino arte está desorbitado. ¡No! La juventud no puede ni debe inhibirse de ayudar a buscar el ritmo perdido en nuestras luchas y su obligación primera es acompasar ese ritmo a la armonía de los demás intereses que forman la síntesis de nuestro pueblo. (1968, p.145) 

El autor ataja la languidez y el marasmo de la juventud con una sugerencia directa y coercitiva. La narrativa, que fácilmente se extiende hasta estos días, es la señal para enfilar las voluntades y responder en afirmativo ejerciendo con alta estima y rigurosidad el arte de gobernar. De este modo, sugiere la inserción de mentes jóvenes — enérgicas y con nuevos bríos — en todos los puestos de gobierno, en las discusiones sobre política pública y desde cualquier escenario posible. Este llamado, sin embargo, para nada se refiere a rellenar escaños de manera decorativa ni a los extremos de la perdición: la improductividad o el caudillismo posmoderno.  

Ahora bien, los comicios del 2024 estuvieron marcados por una amplia participación. A pesar de los tropiezos y desaciertos de la Comisión Estatal de Elecciones y de la Junta de Comisionados Electorales, el proceso de inscripción continuó. Por supuesto, los servicios se brindaron y garantizaron, en gran parte, debido a la resistencia que los ciudadanos ejercieron: entiéndase protestas, la presión mediática y permaneciendo en las filas de inscripción. Esto también es Política y allí estuvo la juventud presente. Ya lo decía Pedreira (1968): “La juventud tiene que […] crear las resistencias obligatorias y poner bajo un martillo de justicia social las ideas torcidas que han declarado la guerra a la conciencia” (p. 146).  

Según Irizarry (2024), líderes de organizaciones para la movilización del voto reconocieron que esta población joven (entre 18 y 35 años) no solo abrió espacios para insertarse en los procesos, sino que participó activamente antes, durante y después del 5 de noviembre de 2024. También, Danisamuel Soto (como se cita en Irrizary, 2024), fundador del blog “Política en arroz y habichuelas”, indicó que un aspecto clave en la reciente movilización fue promovido por el interés en conocer quiénes eran los candidatos y cuáles eran sus propuestas. De esta manera, se demostró una participación crítica en la elección. La juventud puertorriqueña aprovechó herramientas tecnológicas como las redes sociales y los diarios digitales para sostener un activismo político constante. También, ocuparon los escenarios necesarios para educar y movilizar desde ambos flancos, es decir, tanto en el bipartidismo tradicionalcomo en el fenómeno de la Alianza de País (Irizarry, 2024). 

Como si fuera poco, muy similar al tercer decenio del siglo XX, la juventud del siglo XXI se encuentra en medio de un complejo entramado de problemas. De hecho, el profesor de Ciencias Políticas, Javier Colón Morera, establece que: 

Aunque durante la primera mitad del siglo pasado la isla experimentó un desarrollo económico significativo, que mejoró la calidad de vida de sus habitantes, en años más recientes los políticos que se alternaron el poder han estado marcados por la corrupción y una cuestionable administración del gasto público (como se cita en Ávila-Claudio, 2024). 

Es decir, como se esboza al principio de la narración de Pedreira (1968), pareciera que se ha superado la orfandad de la “madre histórica” y la desdicha del “padrastro rico emprendedor” (p. 138). En adición, se ha aprendido, con convicción y coraje, a “redirigir nuestras requisiciones” (p.138). Es que, con las demandas de los tiempos recientes y las exigencias éticas y morales — más bien, de sentido común —, se espera que se construya el país querido. La juventud puertorriqueña actual se ha mostrado decidida a establecer sin vacilación los nuevos términos y condiciones para tener una vida digna. De hecho, la exsenadora y abogada Zoé Laboy Alvarado (2025) comentó en una columna para el periódico El Nuevo Día

Por la cantidad y calidad de comentarios y por sus preguntas, confirmé que estos jóvenes serán los héroes y heroínas que no permitirán que generaciones nacidas después de ellos tengas menos derechos. Muchos expresaron su interés de participar activamente en los asuntos que impactan a Puerto Rico y escucharlos fue una experiencia gratificante. (párr. 9-10) 

La senadora, luego de dar una charla sobre su experiencia en el ruedo político, reaccionó con complacencia al percibir un entusiasmo alentador entre sus oyentes universitarios. Ante el complejo panorama emergente, les sugirió mantenerse vigilantes ante las acciones del gobierno y, sobre todo, “emitir mensajes exigiendo las acciones que consideren correctas y denunciar aquello que es injusto” (Laboy, 2025). 

En la actualidad, con las mejores intenciones y deseos, constantemente y cada vez con mayor dificultad, la generación ascendente defiende los espacios que le corresponden. La cancelación o exclusión son algunos de los obstáculos que se podrían resaltar y son, en efecto, algunos de los causantes del frecuente desinterés entre la juventud hacia el proceso político de Puerto Rico. No muy lejos de esta realidad contemporánea, Méndez (2005) comenta que la juventud del 30’ estuvo cautiva por el sistema colonial, la actitud errática de los partidos existentes y paralizada por el tribalismo imperante. Los jóvenes profesionales e intelectuales puertorriqueños de entonces fueron marginados, ya sea por el modelo económico sin futuro o la falta de calidad de vida, y excluidos del proceso sociopolítico.  

Como contrarresto, la generación más joven actual lidera un movimiento filosófico, político y social que rechaza dicha exclusión y reconoce losescenarios educativos como piezas fundamentales para la creación de la conciencia colectiva. Un aspecto ineludible de la sociedad. La juventud se ha mostrado dispuesta, en servicio genuino, para asumir la administración y la discusión pública. Bay (1969), en su artículo “El activismo político estudiantil”, estableció una hipótesis sobre la relación entre la educación y la participación en el proceso político del país. Explica que el futuro de la protesta estudiantil se deriva en parte de las tensiones crecientes entre las necesidades de la juventud y las estructuras educativas. No es secreto que distintos intereses económicos, políticos e ideológicos asedian constantemente a la Universidad de Puerto Rico. Dicha institución se ha enfrentado a un sinnúmero de retos, derivados de diversos factores que van desde recortes presupuestarios y la intromisión político-partidista en detrimento de la autonomía universitaria hasta la merma de la matrícula. No obstante, entre los reclamos de la juventud universitaria, la vasta mayoría coincide en la defensa de las instituciones educativas que constantemente son asechadas; específicamente, la universidad pública y “accesible”. 

Por otro lado, Pedreira (1968) continúa exaltando la juventud e invitándola a “abrir la carpa del entusiasmo” (p. 143) propio de la misión, para inyectar alegría en el cuerpo desgastado de la sociedad y encender las luces del ánimo en lo más recóndito del espíritu puertorriqueño. Esa invitación se hace avenida franca para los jóvenes de este tiempo ante el menosprecio y la censura por parte de sectores que resultan aprensivos — como señaló Pedreira — a la sangre nueva, el optimismo y la sanidad. Entonces, resulta preciso recuperar las palabras que compartió Hostos (1939) al apelar a la perseverancia: “Vosotros los que, en vez de vivir, peregrináis, seguid con paso firme: la desdicha que os espera es tan gloriosa que no la trocaréis por la inútil felicidad de los felices” (p. 33). La juventud puertorriqueña actual ha demostrado aplicar con excelencia el peregrinaje esperanzador, afirmada en el deseo del bien colectivo; avanzar con tesón y esmero, pero con el coraje y la entereza para señalar lo que debe corregirse; denunciar lo que debe condenarse y vaciar los brazos llenos de individualismo para ponerlos a la disposición en el quehacer del país. Eso, bien lo dice Hostos, producirá desdicha, mas nunca insatisfacción, sino gloria y honra a las manos humildes de una generación fronteriza y laboriosa. Parece que falta confianza entre los jóvenes de este tiempo y estos la pueden hallar en la unión y reconocimiento de su valía. 

Es apropiado aclarar que esta investigación no pretende emitir juicio sobre el resultado de las elecciones — aunque histórico —, sino reflexionar en la participación y el rol de la juventud en el proceso político a la luz del retrato que Pedreira hiciera. Luego de los comicios del 2024, fue evidente la contundente manifestación del voto joven. A lo largo del terruño, personas entre los 23 y 35 años se presentaron como opciones encaminadas a ocupar distintos escaños. Fiel ejemplo de esto pueden ser los casos de José Rivera Santiago en el municipio de Cayey; Adriana Gutiérrez Colón, representante por acumulación e, incluso, Wilmer Reyes Berríos, senador por el Distrito de Guayama (Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico, 2024). Igualmente, legisladores municipales en todos los pueblos y muchos otros que se hicieron disponibles para el servicio público.  

En otras palabras, este momento histórico fue marcado por un interés diligente de la juventud que no es, en lo absoluto, un “síndrome situacional” sino una ventana de posibilidades reales, cercanas y evidentes abierta de par en par. 

Pedreira (1968) culmina con un párrafo estremecedor que sacude la conciencia y el corazón de cualquier lector. El ensayista afirma: 

Podéis pensar, jóvenes de mi tiempo, que la historia empieza ahora, que sois vosotros los llamados a llenarla, a darle el contenido que todo hombre puro quisiera para su patria. Si queréis ser leales con vosotros mismos y leales con las demandas del momento en que vivimos tenéis que maniobrar por todos los caminos de la historia y cifrar con esmero vuestra conducta, para que algún día caiga satisfecha en sus anales. De lo contrario seréis siempre una juventud cronológica, cargando sin remedio con vuestras arcas vacías. Atended al divino tesoro, pues el título más alto se puede convertir en mote. (p. 148) 

La juventud puertorriqueña actual parece rehusarse al estancamiento y la indiferencia. Ha quedado en evidencia que la criticidad, el análisis y, sin dejar en el olvido, la combatividad son características propias. El pase de batón de los entuertos generacionales sin resolver no es una cualidad de estos hombres y mujeres que, en la sucesión de los tiempos, han preferido hacer un alto y dar un paso al frente.  

Conclusión 

Pedreira (1968) plantea una pregunta que no admite una única respuesta, sino diversas interpretaciones: “¿Han pensado los jóvenes virtuosos contemporáneos en la fecunda cooperación que todos esperamos de ellos?” (p. 147). En el contexto histórico actual, se reconoce que los jóvenes tienen un compromiso con la patria y que la sociedad puertorriqueña espera que se cumpla con responsabilidad este deber. La pregunta de Pedreira invita a reflexionar sobre si se están aprovechando las capacidades y los talentos individuales en beneficio del colectivo. 

Se observa que la generación actual de jóvenes debe desarrollar fortaleza y responsabilidad desde cualquier espacio en el que se encuentre. Lejos de actitudes de altanería, se reconoce la responsabilidad de ser la generación fronteriza a la que se refería Pedreira, pero con un enfoque en los ideales de justicia social. Se reconoce, además, que aún existen desafíos por enfrentar y caminos por recorrer. En una entrevista, Eduardo Galeano indicó —mientras recordaba las palabras del cineasta Fernando Birri — que “la utopía está en el horizonte” (Decrecimiento, 2012, 1:07) y puede adelantarse cada vez que se persigue. Sin embargo, es necesario avanzar con perseverancia y colaboración. 

Se considera el momento oportuno para asumir el compromiso de servir. Es necesario preparar las capacidades individuales para cumplir con las demandas de la patria. La juventud puertorriqueña ha demostrado estar a la altura de este deber, tal como lo planteó Pedreira (1968): “…el momento es propicio y hay que aprovecharlo […] creer en nosotros para crearnos” (p. 148). Finalmente, corresponde honrar estos valores promoviendo la esperanza y el compromiso ciudadano, contribuyendo activamente al desarrollo de la sociedad. 

Referencias 

Arce de Vázquez, M. (1950).  Impresiones: Notas puertorriqueñas (Ensayos). Editorial Yaurel. 

Ávila-Claudio, R. A. (2024, octubre). Puerto Rico: las razones del masivo e histórico apoyo en la isla a un candidato independentista que quiere ser el nuevo gobernador. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/ckgrykk9yl9o  

Bay, C. (1969). El activismo político estudiantil. Revista de Ciencias Sociales, 13(4), 499-528.https://revistas.upr.edu/index.php/rcs/article/view/9191/7584 

Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico. (2024). Escrutinio general de las elecciones generales 2024. https://elecciones2024.ceepur.org/ 

Córdova Iturregui, F. (2024). Insularismo de Antonio S. Pedreira: el investigador y el artista. Centro de Investigaciones Folklóricas de Puerto Rico, Inc. (Casa Paoli); Publicaciones Gaviota.  

Decrecimiento. (2012). Eduardo Galeano: ¿Para qué sirve la utopía? [Video].  

YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=GaRpIBj5xho&t=4s  

Hostos, E. M. (1939). La peregrinación de Bayoán. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-peregrinacion-de-bayoan/  

Irizarry, M. A. (2024, noviembre). Jóvenes en Puerto Rico se insertaron en los procesos electorales desde mucho antes del 5 de noviembre, aseguran activistas del voto. El Diario NY. https://eldiariony.com/2024/11/26/jovenes-en-puerto-rico-se-insertaron-en-los-procesos-electorales-desde-mucho-antes-del-5-de-noviembre-aseguran-promotores-del-voto/

Laboy, Z. (2025, febrero). Firme compromiso de esperanza. El Nuevo Día. https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/firme-compromiso-de-esperanza/ 

López-Baralt, M. (2001). Sobre ínsulas extrañas: el clásico de Pedreira anotado por Tomás Blanco. Editorial de la Universidad de Puerto Rico.  

Méndez, J. L. (2005). Las ciencias sociales y el proceso político puertorriqueño. Ediciones Puerto. 

Pedreira, A. S. (1968). Juventud, divino tesoro. En Insularismo: Ensayos de interpretación puertorriqueña. (p. 137-148). Editorial Edil. Recuperado de https://archive.org/details/Insularismo 


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Posted on December 12, 2025 .

Psicología del dinero y economía del comportamiento en la población latinoamericana

Psychology of Money and Behavioral Economics in the Latin American Population  

Niwdeyris Soto Caro 
Departamento de Biología 
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP

Recibido: 25/09/2025; Revisado: 17/11/2025; Aceptado: 23/11/2025 

Resumen 
En la siguiente investigación bibliográfica se examina la psicología del dinero y la economía del comportamiento en la población latinoamericana. Se analiza cómo los factores psicológicos, sociales, culturales y cognitivos influyen en las decisiones financieras, destacando el significado simbólico del dinero y su impacto en las emociones, las actitudes y las conductas económicas. En la región, la falta de salud y de educación financiera suele generar endeudamiento, estrés económico y desigualdad. También se consideran factores como la cultura, las creencias y la clase social en la percepción y el uso del dinero. Finalmente, se proponen estrategias de educación e inclusión financiera para fortalecer la estabilidad económica y la calidad de vida. 

Palabras clave: alfabetización financiera, salud financiera, desigualdad económica, actitudes económicas 

Abstract 
In the following bibliographic research, the psychology of money and behavioral economics in the Latin American population are examined. The analysis explores how psychological, social, cultural, and cognitive factors influence financial decisions, highlighting the symbolic meaning of money and its impact on emotions, attitudes, and economic behaviors. In the region, the lack of financial health and education often leads to indebtedness, economic stress, and social inequality. The study also considers elements such as culture, beliefs, and social class in shaping how people perceive and use money. Finally, it proposes financial education and inclusion strategies to strengthen economic stability and overall quality of life. 

Keywords: financial literacy, financial health, economic inequality, economic attitudes  

Justificación  

La psicología del dinero se refiere al estudio de la conducta de un individuo respecto al dinero, mientras que la economía del comportamiento estudia cómo los factores psicológicos, sociales y cognitivos afectan nuestras decisiones económicas (Housel, 2021). El dinero no solo posee un valor material, sino que también tiene un significado simbólico que se expresa a través de afectos, emociones, deseos y actitudes (Redondo, 2009). Algunas de las emociones negativas vinculadas al dinero son el miedo, la culpa, la vergüenza y la envidia (Housel, 2021). Por lo tanto, es fundamental reconocer y ser conscientes de los factores que influyen en nuestro comportamiento económico y en cómo manejamos el dinero, pues de ello depende nuestra salud financiera. Comprender la función del dinero es importante, pues nuestra sociedad gira en torno a él. El dinero permite adquirir bienes y servicios y, de este modo, poseerlos. En la actualidad, la adquisición y posesión de bienes suelen asociarse a la valía personal y social (Redondo, 2009). De esto depende que una persona pueda cubrir sus necesidades vitales; por lo tanto, define su calidad de vida y estatus social.   

La salud financiera es fundamental, ya que se relaciona con la estabilidad y el bienestar económico de una persona. Entre las consecuencias más frecuentes de una mala salud financiera, especialmente en la población latinoamericana, se encuentran el endeudamiento excesivo, la falta de ahorros y el estrés financiero. Es un hecho que la comunidad latina tiene niveles muy bajos de educación financiera. Por ello, decidí realizar este trabajo para comprender factores como la desigualdad y la cultura que influyen en las decisiones financieras de la población latinoamericana, con el fin de promover el desarrollo económico y mejorar la inclusión financiera (García et al., 2013). Además, este análisis permitirá identificar los elementos de la cultura familiar latina que pueden afectar el comportamiento económico. 

Objetivos 

Este trabajo tiene como propósito definir la psicología del dinero y su relación con la economía del comportamiento, evaluar las consecuencias de la falta de educación y salud financiera en Latinoamérica, identificar los factores psicológicos, sociales, culturales, cognitivos y otros que influyen en el comportamiento frente al dinero y en la toma de decisiones económicas de los latinoamericanos, así como reconocer estrategias efectivas para promover la educación financiera y económica en la región. 

Psicología del dinero 

La psicología del dinero es el estudio de cómo una persona se comporta en relación con el dinero, considerando su actitud, comportamiento y decisiones respecto a él (Redondo, 2009). Su enfoque consiste en entender cómo el dinero influye en las decisiones financieras y económicas de un individuo, considerando al mismo tiempo el valor simbólico y el material del dinero (Burgoyne & Lea, 2006). Es decir, esta ciencia evalúa la relación de las personas con el dinero respecto de deudas, gastos y ahorros, y cómo esto puede afectar la satisfacción social del individuo y la forma en que se percibe a sí mismo.  

Según la psicología, cualquier comportamiento está mediado por factores físicos y procesos neurológicos (Burgoyne & Lea, 2006).  El comportamiento hacia el dinero y el placer que proviene de las personas al obtenerlo se da de dos maneras: mediante procesos cerebrales que evolucionaron para tratar con cosas que pueden ser intercambiadas por dinero, donde el dinero es utilizado como “herramienta”; o mediante procesos cerebrales en los que el dinero adquiere un rol similar al de una “droga”, generando respuestas que pueden ser desadaptativas (Burgoyne & Lea, 2006). Esto se debe en parte a que el dinero puede engañar el cerebro provocando un deseo, aunque no sea una necesidad. En este sentido, la forma en que una persona percibe el dinero determina su conducta o su comportamiento económico. 

La economía del comportamiento depende también de los factores psicológicos, sociales, culturales y económicos que pueden influir en la toma de decisiones financieras de una persona (Redondo, 2009). Gran parte del comportamiento económico está orientada al futuro, ya que las personas entienden que muchos gastos requieren tiempo para generar resultados (Redondo, 2009).  

Ambas partes se relacionan ya que la psicología del dinero ayuda a comprender por qué las personas toman ciertas decisiones financieras, mientras que la economía del comportamiento estudia los factores que influyen en la gestión de gastos. Estos dos campos resaltan la importancia de comprender y estudiar las creencias y emociones que subyacen a la toma de decisiones económicas, a fin de promover la salud financiera y una economía estable.  

Consecuencias de la falta de educación y salud financiera en Latinoamérica  

La educación financiera es esencial para que las personas puedan administrar adecuadamente sus recursos y las finanzas de sus familias. Algunos beneficios de la educación financiera son promover la toma de decisiones informadas y apropiadas, así como brindar herramientas para que las personas puedan defender sus derechos como consumidores financieros. Esto quiere decir que las personas con mayor nivel de educación e información financiera tomarán mejores decisiones sobre finanzas y, a su vez, favorecerán la estabilidad y el desarrollo del sistema financiero (García et al., 2013).  

América Latina y el Caribe son la región más desigual del mundo, como lo evidencian indicadores como el ingreso per cápita y el acceso a infraestructura y a los servicios básicos. (García et al., 2013). Esto refleja que los beneficios económicos no se distribuyen de manera equitativa. Sin embargo, según García et al. (2013), en la mayoría de los países de la región las tasas de inflación han disminuido, lo que ha favorecido la estabilidad macroeconómica y facilitado la compra de las personas. A pesar de estos avances, la pobreza y la desigualdad, según el Índice de Gini, siguen siendo elevadas: un tercio de la población latinoamericana vive en la pobreza (García et al.). En los países de Latinoamérica, las personas con menor nivel de educación financiera son las de bajos ingresos y las que viven en sectores financieramente excluidos (García et al.).  El acceso a los servicios financieros en la región es bajo, especialmente en lo que respecta al crédito, debido a la falta de promoción de la competencia y al desarrollo insuficiente del sistema financiero. Muchos bancos tradicionales no son eficientes, ya que cobran altas comisiones, lo que desincentiva su oferta de servicios a personas con bajos ingresos (García et al., 2013). Según los autores, en la tabla presentada en su investigación titulada “La educación financiera en América Latina y el Caribe”, solo el 39% de los adultos en esta región tienen una cuenta bancaria formal. Esto refleja el desconocimiento de las personas sobre las ventajas de tener una cuenta bancaria y sus requisitos, así como la percepción de no contar con ingresos suficientes ni con un empleo estable, y la desconfianza hacia las instituciones financieras. Además, el acceso financiero puede variar según grupos poblacionales como el género, el nivel educativo y la ubicación geográfica.   

La encuesta del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (citada en Grifoni et al., 2020), realizada en el 2011 en 16 países de la región, tuvo como objetivo investigar el acceso de las familias a servicios financieros como el crédito y el ahorro. Los resultados mostraron que más del 53% de los hogares realizan algún tipo de ahorro. Sin embargo, más del 80% de estas familias utilizan mecanismos alternativos a las cuentas bancarias, como el dinero en efectivo, bienes duraderos o planes de ahorro informales. Esta investigación reveló que, en promedio, solo un 19% de los encuestados hace uso del crédito. Muestra también que muchos hogares informaron haber recibido financiación de familiares y amigos, prestamistas y casas de empeño. Aproximadamente un 64% de estos hogares nunca han solicitado un préstamo, lo que puede ser un factor limitante de riqueza e ingreso, y un 70% de ellos nunca han solicitado crédito porque no quieren endeudarse, mientras que un 23% no conoce los requisitos para hacerlo (García et al., 2013).  

En Latinoamérica, la escasa educación financiera genera ignorancia sobre el funcionamiento del mercado de capitales y sobre términos financieros básicos como la tasa de interés, la inflación, el riesgo y la rentabilidad. La mayoría de la población no ahorra para su jubilación; las personas con ingresos menores solicitan dinero prestado a familiares y amigos (García et al., 2013). Como consecuencia de la exclusión financiera, las personas con mayores ingresos tienen mayor conocimiento sobre finanzas. Aunque las mujeres tienen menos conocimientos financieros que los hombres, son las responsables de gestionar el presupuesto del hogar (García et al., 2013).  

Factores que afectan el comportamiento económico de los latinoamericanos

El comportamiento respecto al dinero y la toma de decisiones financieras pueden verse afectados por varios factores, como la cultura, estatus social, educación financiera, factores cognitivos y psicológicos. La actitud financiera de un individuo abarca sus creencias, preferencias y respuestas emocionales ante asuntos financieros. El conocimiento financiero se asocia con resultados financieros más favorables (Singh & Katoch, 2024). Factores psicológicos, como el exceso de confianza, el miedo a la pérdida o al riesgo, pueden tener un impacto significativo en las decisiones económicas, como la inversión. El comportamiento financiero en la inversión se refiere a las complejas acciones, decisiones y patrones que exhiben las personas cuando interactúan con los mercados financieros y las oportunidades de inversión (Singh & Katoch, 2024). Varios factores, como la tolerancia al riesgo, la educación financiera, las condiciones del mercado y los sesgos psicológicos, influyen en este comportamiento. Singh y Katoch identificaron que las personas con una actitud proactiva y positiva hacia la gestión del dinero tenían más probabilidades de adquirir y retener conocimientos financieros, lo que refuerza la noción de que la mentalidad desempeña un papel crucial en la búsqueda de la educación financiera. Los hallazgos del estudio muestran un fuerte vínculo entre las actitudes financieras optimistas y las prudentes, lo que apoya la idea de que el pensamiento financiero de un individuo influye en su comportamiento. Las personas con actitudes financieras positivas tenían más probabilidades de participar en actividades financieras proactivas, como el presupuesto, el ahorro y la inversión.    

Kreuzbauer y Chiu (2008) señalan que “cuando las personas son pobres, desearían un aumento mayor del apoyo social para compensar el dolor psicológico de una mayor pérdida monetaria” (p. 149). Esto se relaciona con la observación de que el colectivismo y la armonía social se valoran más en países de bajos ingresos (Kreuzbauer & Chiu, 2008). El dinero y el apoyo social ofrecen comodidad y relajación, de modo que algunas personas los perciben como un recurso ilimitado, mientras que otras solo los utilizan para satisfacer sus necesidades, lo que afecta el uso que se les da. La perspectiva hacia el dinero y su uso puede ser afectada o influenciada por la creencia espiritual. Un ejemplo de esto lo menciona Redondo (2019), quien afirma que “muchas religiones encontraron en el desprendimiento un estilo de vida más sublime” (p. 5), lo que demuestra que las personas que piensen de esta manera perciben el dinero como algo negativo y provocan desinterés por la educación financiera. La procedencia del dinero influye en la perspectiva y valoración de este por parte de cada individuo. La edad de cada individuo también influye, ya que dependiendo de la etapa vital en la que se encuentre, será el significado que le dé al dinero (Redondo, 2019). El autor propone que “El psicoanálisis establece la conexión entre la adquisición de dinero y la búsqueda de seguridad” (p. 9). Además, menciona que las mujeres y las personas mayores utilizan el dinero con cuidado. Las personas de clase social alta están convencidas de que el dinero representa logro y, por lo tanto, no es malo, mientras que los jóvenes tienen un concepto negativo del dinero (Redondo, 2019). 

Estrategias para la educación financiera y económica de los latinoamericanos

Algunas estrategias para una mejor educación financiera y económica son las siguientes: un mercado laboral más inclusivo, que promovería la equidad, la estabilidad económica y la reducción de la pobreza; alfabetización financiera, para fomentar un vocabulario amplio y relevante; y la implementación de programas orientados a las necesidades y desconocimientos de su pueblo. Reconocer estas necesidades específicas de la población permitirá desarrollar programas y estrategias de educación financiera eficaces. Otras estrategias podrían ser: canales de educación financiera, charlas, seminarios, distribución de material educativo, sitios web, concursos y programas de formación. Los programas educativos y las intervenciones deben enfatizar no solo la transmisión de conocimientos, sino también la inculcación de habilidades y hábitos financieros prácticos. Las actitudes, los comportamientos y la alfabetización pueden mejorar significativamente el desarrollo de intervenciones específicas y de programas educativos, lo cual es crucial porque la educación financiera es un componente importante del bienestar personal y social (García et al., 2013). 

En Latinoamérica y el Caribe, las estrategias nacionales de educación y alfabetización financiera se han reafirmado como políticas públicas clave para fortalecer la estabilidad económica, reducir la pobreza y fomentar la alfabetización financiera de la población. Dichas estrategias buscan unir los esfuerzos de diversas instituciones, como la gubernamental, la educativa y la privada, con el fin de mejorar las capacidades financieras y el acceso equitativo a los servicios financieros (Grifoni et al., 2020). Los gobiernos tienen la responsabilidad de crear, financiar y coordinar estas políticas, siendo apoyados por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Banco Mundial y la CAF, que formulan normas y estrategias de implementación. De la misma manera, las instituciones educativas, como las universidades, los ministerios y los bancos centrales, contribuyen a la creación de programas de enseñanza, integrando la educación financiera en los currículos escolares y fomentando el aprendizaje desde edades tempranas (Grifoni et al., 2020). Además, Cordero y Pedraja (2018) destacan que la población escolar (niños y adolescentes) debe ser la prioridad de las políticas públicas de educación financiera, ya que es la etapa más efectiva para formar competencias duraderas y prevenir errores financieros futuros. Por otro lado, el sector privado colabora mediante alianzas que aportan recursos financieros, conocimientos técnicos y apoyo para promover la educación financiera. Es importante destacar que la participación del sector privado requiere una regulación clara para evitar conflictos de intereses (Grifoni et al., 2020). Al mismo tiempo, Cordero y Pedraja (2018) destacan que países como España han desarrollado estrategias nacionales lideradas por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en colaboración con instituciones privadas y educativas, con el fin de promover una cultura financiera más sólida entre la ciudadanía. 

En América Latina, las estrategias nacionales de inclusión y educación financiera han surgido en los últimos años como herramientas para fortalecer la estabilidad económica, reducir la pobreza y promover la alfabetización financiera mediante la cooperación entre gobiernos, instituciones educativas y el sector privado. Sin embargo, estas políticas aún enfrentan desafíos de coordinación entre instituciones, financiamiento y continuidad, debido a la diversidad de estructuras gubernamentales y a su reciente implementación (Grifoni et al., 2020). Por otro lado, países como el Reino Unido han desarrollado modelos más avanzados y estables de educación financiera. En este país, la enseñanza de competencias financieras se incorporó de manera obligatoria al currículo escolar en 2014, abarcando contenidos como ahorro, impuestos, crédito y planificación del gasto, con el objetivo de preparar a los estudiantes para la toma de decisiones económicas responsables (Cordero & Pedraja, 2018). En América Latina las estrategias aún dependen en gran medida de la cooperación interinstitucional y del apoyo de organismos internacionales. Por el contrario, el Reino Unido presenta una política más institucionalizada y sostenible, basada en la integración de la educación financiera en todos los niveles educativos y en la colaboración constante entre el Estado y el sistema escolar. En resumen, aunque América Latina continúa fortaleciendo el desarrollo de sus políticas de educación financiera, el Reino Unido representa un ejemplo más avanzado y organizado que puede servir de guía para mejorar la alfabetización financiera en los países latinoamericanos. 

Conclusión  

Esta investigación aborda la psicología del dinero y la economía del comportamiento en la población latinoamericana y busca destacar la complejidad de las decisiones financieras y descubrir cómo estas son influenciadas por actitudes, emociones y comportamientos. En América Latina hay mucha desigualdad económica, así como falta de educación financiera. Esto lleva a los latinoamericanos al endeudamiento excesivo, al límite de los accesos a los servicios formales y al estrés financiero. Estas dificultades reflejan barreras culturales y de sistema, desde desconfiar de las instituciones financieras, como los bancos y las cooperativas, hasta el desconocimiento de conceptos básicos e importantes, como el ahorro formal y las tasas de interés. Comprender de qué manera las emociones y los pensamientos influyen en las decisiones económicas ayuda a promover estrategias que fomenten la salud financiera, mejorando así la estabilidad económica del individuo y, a su vez, contribuyendo al desarrollo económico de la región.  

Los objetivos de esta investigación han permitido identificar los factores que influyen o afectan en la toma de decisiones económicas y proponer posibles soluciones, como programas de alfabetización financiera diseñados específicamente para solucionar las necesidades específicas de la población; la integración de herramientas educativas prácticas, promoviendo la inclusión financiera, reduciendo la desigualdad y fortaleciendo la economía; promover un cambio positivo en las actitudes hacia el dinero y educación financiera, a través de iniciativas culturales y educativas, lo que resulta esencial para sobrepasar las limitaciones actuales y abordar el comportamiento económico. Todas estas acciones mejorarían la calidad de vida de las personas latinoamericanas y, más allá de eso, impulsarían un futuro equitativo para la sociedad y fomentarían una economía resiliente. 

Referencias 

Burgoyne, C. B., & Lea, S. E. G. (2006). Money is material. Science, 314(5802), 1091–1092. https://www.jstor.org/stable/20032820 

Cordero, J. M., & Pedraja, F. (2018). La educación financiera en el contexto internacional. Cuadernos Económicos de ICE, 95(1), 239–258. https://digital.casalini.it/4457065  

García, N., Grifoni, A., López, J. C., & Mejía, D. (2013). La educación financiera en América Latina y el Caribe: situación actual y perspectivas (Serie Políticas Públicas y Transformación Productiva, N.º 12). CAF – Banco de Desarrollo de América Latina. https://scioteca.caf.com/handle/123456789/379  

Grifoni, A., Mejía, D., Morais, S., Ortega, S., & Roa, M. J. (2020). Estrategias nacionales de inclusión y educación financiera en América Latina y el Caribe: retos de implementación. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y CAF – Banco de Desarrollo de América Latina. https://scioteca.caf.com/handle/123456789/1605 

Housel, M. (2023). La psicología del dinero: cómo piensan los ricos: 18 lecciones sobre riqueza y felicidad (A. Figueras Deulofeu, Trad.). Editorial Planeta. (Obra publicada originalmente en 2020) 

https://pdlibroschl.cdnstatics2.com/usuaris/libros_contenido/arxius/61/60739_La_psicologia_del_dinero.pdf  

Kreuzbauer, R., & Chiu, C. yue. (2008). The psycho-economics of money and social support. Psychological Inquiry, 19(3–4), 148–152. https://doi.org/10.1080/10478400802608822 

Redondo, A. (2019). Conducta económica y psicología del dinero. II Congreso Internacional de Investigación, 2 al 14 de noviembre de 2019, La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/17371  

Singh, P., & Katoch, R. (2024). The dynamic trio: Investigating the impact of financial attitude and behavior on the development of financial literacy. Library Progress International, 44(3), 9591–9604. https://doi.org/10.48165/bapas.2024.44.2.1 


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Posted on December 12, 2025 .

Percepciones sobre la salud mental durante el retiro deportivo en atletas universitarios

Perceptions of Mental Health During Retirement from Sports in University Athletes 

Jesús A. Morales Casillas 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP  

Amy Lee Febres Ortiz 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

Mayté Latalladi Oliveras 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP  

Gabriel Rodríguez Zayas 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

Osvaldo Rodríguez Torres 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP  

José Anca Franquiz 
Juris Doctor Candidate  
Facultad de Derecho, Universidad Interamericana  

Recibido: 19/09/2025; Revisado: 14/11/2025; Aceptado: 21/11/2025 

Resumen 
El retiro deportivo representa una etapa de cambio que puede impactar la salud mental de los atletas. Esta investigación cualitativa exploró las experiencias de 10 atletas retirados del deporte a nivel LAI mediante entrevistas semiestructuradas. El objetivo fue identificar los factores que facilitan una transición saludable tras el retiro. Los hallazgos revelaron que las redes de apoyo y las estrategias de afrontamiento positivas favorecen una adaptación satisfactoria, mientras que la falta de apoyo institucional dificulta el proceso. Se resalta la necesidad de fortalecer los recursos preventivos para promover el bienestar psicológico.  

Palabras clave: retiro deportivo, estudiantes atletas, salud mental, identidad atlética 

Abstract 
Sports retirement represents a significant life transition that can impact athletes’ mental health. This qualitative study explored the experiences of 10 former LAI athletes through semi-structured interviews. The aim was to identify factors that facilitate a healthy transition after retirement. Findings revealed that strong support networks and positive coping strategies contributed to successful adaptation, while the lack of institutional support hindered the process. The study highlights the need to strengthen preventive resources to promote psychological well-being during athletic retirement. 

Keywords: sport retirement, student-athletes, mental health, athletic identity  

Introducción  

La salud mental de los atletas universitarios es un tema cada vez más relevante, especialmente en relación con la identidad atlética y su impacto en la transición posdeportiva. El fenómeno de esta transición resalta la necesidad de abordar la salud mental de los atletas universitarios. La "identidad atlética" es una variable clave que impacta la transición de los estudiantes-atletas hacia la vida laboral tras culminar la universidad e influye en el propósito, la autoestima y la adaptación del atleta al retiro (Cosh et al., 2012). En la National Collegiate Athletic Association (NCAA), menos del 1% de los atletas universitarios logran pasar a una carrera profesional, y este porcentaje es aún más bajo entre las mujeres (Bercza-Renner et al., 2020). Esto resalta la importancia de preparar a los atletas universitarios para el retiro del deporte y las nuevas etapas que enfrentarán.  

Los exdeportistas suelen enfrentar problemas físicos y emocionales tras su retiro, lo que puede llevarlos a desarrollar estrategias de afrontamiento desadaptativas (Stellefson et al., 2019). Estas estrategias, como la negación, el aislamiento social y la desconexión emocional o conductual, dificultan la adaptación a una nueva rutina y pueden intensificar sentimientos de ansiedad, depresión y pérdida de propósito. Según Glandorf et al. (2023), los atletas universitarios tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad, depresión y burnout que la población general, lo que resalta la necesidad de un mayor apoyo psicológico. La falta de una preparación adecuada dificulta que estos atletas redefinan su identidad fuera del deporte.   

Ante esta problemática, esta investigación buscó responder varias preguntas: ¿Cómo es la transición de un estudiante atleta al retiro? ¿Cómo influye su identidad atlética en este proceso de cambio? Mediante entrevistas cualitativas se exploraron los cambios en el bienestar y las estrategias de adaptación. Comprender estos aspectos permitió identificar los desafíos que enfrentan los estudiantes atletas y resaltar la importancia de establecer programas de apoyo que faciliten una transición al retiro más saludable y exitosa. 

Identidad atlética 

Stokowski et al. (2019) han explicado que la identidad que asume el atleta juega un papel crucial en el retiro, ya que si esta está muy arraigada en el deporte, dedicará una gran parte de su tiempo y esfuerzo a mantener este rol, limitando su desarrollo en otros aspectos de sus vidas. Este fenómeno puede resultar en un “cierre de identidad” o foreclosure, en el que los atletas dependen en exceso de su identidad deportiva para su sentido de propósito (Cosh et al., 2012, p. 2). Además, Menke y Germany (2019) han planteado que esta solidificación de la identidad atlética, junto con una falta de planificación y reestructuración social durante la universidad, hace que el retiro del deporte se perciba más como una pérdida que como una transición natural.  

Al contrario, Aybar-Soltero et al. (2020) evidencian que la mayoría de los estudiantes-atletas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Río Piedras (UPRRP) otorga mayor valor a su formación académica que a su desarrollo deportivo. El 96% de los participantes indicó haber seleccionado la universidad principalmente por su oferta académica, mientras que un 89% lo hizo por la posibilidad de participar como atleta y un 83% por las oportunidades de becas, exenciones o dietas para costear sus estudios. Asimismo, los datos reflejan que, tras graduarse, un 54% de los estudiantes-atletas planifica dedicarse a una carrera profesional no deportiva y solo un 17% contempla dedicarse total o prioritariamente al deporte. 

Redes de apoyo 

Como posibles redes de apoyo para facilitar el retiro deportivo, Barcza-Renner et al. (2020) han destacado que el respaldo de familiares, amigos, compañeros de equipo, entrenadores y personal universitario es clave para afrontar los cambios que conlleva dicho retiro. Además, Shander et al. (2024) han señalado que gran parte de los atletas enfrenta dificultades para establecer y mantener una rutina saludable tras el retiro, por lo que proponen una planificación anticipada de actividades nuevas. Dicha preparación permitía una transición del retiro deportivo más fluida y, a su vez, el atleta adquiría herramientas importantes para manejarlo adecuadamente. Esto evidencia que la promoción de redes de apoyo institucionales y las consultas con psicólogos deportivos pueden transformar la experiencia del retiro en un proceso positivo, permitiendo a los atletas visualizarlo como el inicio de una nueva etapa (Barcza-Renner et al., 2020).  

La investigación de Francia Pérez et al. (2021) evidencia la falta de conciencia de los estudiantes atletas sobre los recursos médicos, de salud mental y nutricionales que ofrece la universidad. Asimismo, enfatiza que no solo es necesario promover con mayor eficacia los servicios disponibles, sino también coordinarlos de tal manera que respondan a las necesidades específicas de los estudiantes atletas y sus respectivas disciplinas deportivas dado a que los horarios y exigencias difieren a la de otros estudiantes universitarios. 

Objetivos 

El objetivo fue conocer cómo los atletas manejan los efectos del retiro y el proceso de transición hacia una vida sin el deporte en niveles competitivos. Además, espera dar a conocer las experiencias de los estudiantes atletas de la UPRRP y resaltar la necesidad de un sistema de acompañamiento en la transición al retiro. De esta forma, se espera que esta investigación propicie la implementación de nuevas redes de apoyo para los atletas, a fin de mitigar los sentimientos negativos asociados al proceso. 

Métodos 

Diseño de investigación 
Este estudio empleó un enfoque cualitativo fenomenológico, que buscaba recopilar y explorar las experiencias subjetivas y los significados que los individuos asignan a su transición fuera del deporte universitario. El método cualitativo se basa en la recolección de datos sin medición numérica, lo que crea un enfoque flexible que considera los eventos y su interpretación (Vega-Malagón et al., 2014). El enfoque fenomenológico busca recopilar las experiencias de los sujetos, en este caso, la vida luego de retirarse del deporte universitario, y describir colectivamente dichas vivencias (Hernández-Sampieri & Mendoza-Torres, 2018). Este diseño se consideró el óptimo para esta investigación, ya que nos permitía analizar las experiencias colectivas y observar cómo difieren ciertas experiencias individuales.  

Participantes 
Como criterios de inclusión los participantes debían ser atletas de la UPRRP entre las edades de 21 a 26 años que hubiesen recién terminado sus años de elegibilidad con la Liga Atlética Interuniversitaria de Puerto Rico (LAI) o estudiantes ya graduados que cayeran dentro de un marco de 5 años desde su último año elegible para competir a nivel universitario. Además, los participantes debían haber completado dos o más años de competencia en LAI, ya que esta representa la entidad que más se asemeja a la NCAA en organización, reglamentación y alcance competitivo.  

Instrumentos 
El instrumento principal fue la entrevista semiestructurada; de esta manera, se mantuvo el énfasis en el estudio de los fenómenos sociales en el entorno del atleta y en cómo este les da significado. Algunas de las preguntas centrales abordaron las experiencias de los atletas a lo largo de las siguientes premisas: experiencias de transición, tipos de apoyo, retiro deportivo en la vida cotidiana y técnicas de afrontamiento.  

Procedimiento 
Para darle promoción al estudio, se compartió una hoja promocional entre los diversos entrenadores de la universidad, con el fin de que recomendaran sujetos elegibles para esta investigación; directamente con atletas conocidos por los investigadores; y a través de varios medios en grupos enfocados en atletas. 

Se les ofreció a los participantes la opción de realizar la entrevista de forma presencial o virtual. Luego de discutir la hoja de consentimiento, se inició la entrevista, que tuvo una duración aproximada de 20 a 40 minutos. Todas las entrevistas fueron grabadas en audio y transcritas posteriormente para el análisis de datos. Este análisis se centró en la identificación de cinco categorías principales, lo que permitió organizar los resultados considerando aspectos como sintomatología, preparación, adaptación y redes de apoyo, y facilitó la identificación de patrones compartidos y diferencias individuales significativas. 

Análisis de datos 
Las categorías empleadas en la investigación se basaron en las establecidas por Barcza-Renner et al. (2020), que fueron: metas deportivas, preparación para la transición al retiro, satisfacción con el apoyo social y causa del retiro. Estas fueron ajustadas para reflejar los contextos socioculturales y específicos de los deportes de los atletas de la UPRRP. Una vez transcritas las entrevistas, se categorizaron las experiencias de los participantes en las siguientes categorías: sintomatología, redes de apoyo, afrontamiento, transición planificada y transición no planificada. Para garantizar la calidad de los datos y de las interpretaciones, se empleó un análisis cualitativo entre jueces. Luego de revisar las categorías y códigos, se compararon entre los integrantes para verificar la coherencia del análisis general. Esto nos permitió aumentar la validez del contenido, reducir sesgos y asegurar que las conclusiones fueran fundamentadas y consensuadas (Hernández-Sampieri & Mendoza-Torres, 2018). 

Resultados 

Datos sociodemográficos  
La muestra de esta investigación se compuso de 10 participantes, codificados como P1-P10, con el fin de preservar la anonimidad de los participantes. De estos, tres eran mujeres y siete eran hombres.  La edad promedio fue de M=24.2 años (DE = 1.17 años) (ver Tabla 1). Dentro de la muestra, el deporte más prevalente fue halterofilia con un total de seis atletas . Además, el promedio de años retirados del deporte entre todos los atletas fue M=1.7 años (ver Tabla 1). 

Tabla 1: Datos sociodemográficos de las personas entrevistadas (n = 10)
Fuente: Datos recolectados por autores, 2025 

Categorías exploradas 

Se recogieron experiencias repetidas o cuyo contexto era similar al de otros participantes. De estas, las categorías que surgen son: redes de apoyo, sintomatología, afrontamiento, transición planificada y transición no planificada. No obstante, las categorías más prevalentes que arrojaron resultados significativos fueron las de redes de apoyo y afrontamiento. 

Redes de apoyo  
Las redes de apoyo, ya sea el entorno familiar o social, o los profesionales de salud mental, son elementos fundamentales para guiar a los atletas en esta trayectoria. En todos los escenarios, los atletas contaron con redes de apoyo, principalmente con sus padres y familiares inmediatos. Por ejemplo, P2 menciona que “siempre mis papás son bien como que go for it y como que puedo sentir como que en ese aspecto sí tengo el apoyo de ellos para todo”. El respaldo constante de los padres refuerza la salud emocional del atleta y facilita el proceso de transición. 

Por otro lado, el apoyo de un profesional de salud mental también desempeña un papel clave en esta transición. P4 expresó: “Yo desde pequeño siempre acudo a terapia psicológica, pero había ya un momento en que la había abandonado y pues cuando me pasa esto de esta transición, de no jugar más LAI, de graduarme, dejar esa etapa universitaria, sentir ese vacío, no sabía qué hacer y acudí”. De los 10 participantes que participaron en la investigación, tres acudieron a ayuda psicológica, la cual fue esencial durante el proceso de transición hacia el retiro.  

Afrontamiento 
Cinco participantes afrontaron el retiro mediante otras formas de actividad física. P1 encontró en correr una manera efectiva de liberar estrés y mantener su bienestar emocional: “A mí me ayuda a botar mucho estrés correr más que el gimnasio porque considero que el gimnasio es muy sedentario… pero el mío es correr y todo el mundo tiene el suyo”. Además, integrarse a otros deportes recreativos le permitió mantenerse activo y socializar en nuevos espacios universitarios, lo que reforzó su sentido de pertenencia. 

Algunos participantes afrontaron el proceso de retiro, enfocándose en sus responsabilidades académicas y laborales. P5 expresó que la presión académica influyó directamente en su proceso de afrontamiento, ya que intentaba equilibrar su tiempo entre el ejercicio ocasional y el esfuerzo por completar su bachillerato. Otros optaron por mantenerse vinculados al deporte desde nuevas funciones laborales. Para P9, la transición estuvo marcada por su experiencia como entrenadora, lo que le permitió permanecer en el mismo espacio deportivo, pero enfocada en el progreso y bienestar de sus atletas: “la paso brutal viendo a mi atleta ejecutar como debe o ejecutar bien o ejecutar como ellos querían. Y yo sabía que yo estuve detrás de ese progreso, detrás de ellos en los días malos […] Eso me llena mucho más de lo que me llenaba a ser atleta”. 

Discusión 

La transición del deporte competitivo al retiro es un proceso complejo que afecta múltiples dimensiones de la vida del atleta universitario. Se abordaron aspectos clave del retiro como las redes de apoyo y las estrategias de afrontamiento. Esta investigación buscó no solo aportar al análisis cualitativo del fenómeno, sino también resaltar la importancia de la presencia de redes de apoyo en las instituciones universitarias, de modo que brinden a los atletas las herramientas necesarias para planificar su retiro y facilitar este proceso. 

Redes de apoyo  
Basándonos en las diversas experiencias que narraron los participantes, las redes de apoyo cumplen un rol fundamental en el bienestar emocional de los exatletas universitarios durante su transición hacia el retiro. La mayoría identificó a sus familiares y a sus compañeros de equipo como sus principales fuentes de apoyo. Por otro lado, ninguno de los exatletas entrevistados mencionó haber recibido apoyo por parte de la UPRRP, lo cual evidencia tanto la falta de iniciativas por parte de la institución como la ausencia de estas redes de apoyo. 

A pesar de ser una experiencia subjetiva, el retiro deportivo no es un proceso meramente individual, ya que muchos atletas lo atraviesan a la vez. Además de estar vinculados por el retiro y por años de pertenecer a un mismo equipo, ante la falta de apoyo institucional, los exatletas se brindan apoyo mutuo durante esta transición. En los diez casos analizados en esta investigación, todos los participantes señalaron a sus compañeros de equipo, especialmente a quienes también se retiraban, como fuentes de apoyo. Además de estas fuentes, tres de los diez participantes mencionaron haber acudido a ayuda psicológica para contar con todas las herramientas necesarias para afrontar la situación de la mejor manera posible.  

Al igual que en la investigación de Barcza-Renner et al. (2020), los resultados sugieren que el respaldo de grupos sociales cercanos contribuye a una transición exitosa. Debido a la falta de conocimiento de las redes de apoyo institucionales, los estudiantes acuden principalmente a los recursos a su alcance y a las personas dispuestas a acompañarlos en esta etapa.  

Afrontamiento 
En los casos de afrontamiento, se observó que cada atleta tomó su propio camino para lidiar con las emociones que enfrentó durante su retiro. Nuestros resultados coinciden con Stokowski et al. (2019), donde, al preguntar a los atletas retirados “¿Qué hago ahora?”, muchas de las respuestas reflejaban una profunda sensación de pérdida, falta de preparación para la próxima fase de sus vidas e incluso problemas físicos derivados del retiro.  

Para enfrentar estos cambios, la mayoría de los participantes se desenvolvieron en diferentes espacios que les permitieron sobrellevar el vacío que les dejó el deporte, como nuevos trabajos, estudios graduados o hasta mantenerse en el mismo espacio deportivo. Estas nuevas actividades permitieron que los atletas reconecten con aspectos de su identidad como persona que habían olvidado durante su tiempo como atleta. Al involucrarse en otros ámbitos, los atletas recuperaron un sentido de dirección que habían sentido ausente durante su retiro.   

Limitaciones  
Durante el proceso de esta investigación, surgieron varias limitaciones. Una de las más notables fue la sobrerrepresentación de hombres en la muestra (7). Aunque la participación femenina fue de gran valor, reconocemos que una muestra más equilibrada habría permitido obtener perspectivas más representativas por sexo.  Por último, no extendimos la muestra a otras universidades fuera del recinto de la UPRRP. 

Futuras líneas de estudio 
Para futuras líneas de estudio, consideramos ampliar nuestra muestra de participantes, ya que la mayoría eran hombres que competían en halterofilia. Ampliar la muestra nos ofrecería una perspectiva más amplia y diversa, ya que cada deporte tiene sus propias dinámicas internas. Además, pensamos añadir las voces de atletas de la comunidad LGBTQ+ para indagar cómo sus experiencias particulares se diferencian del resto, tanto dentro como fuera del deporte. Por otra parte, nos interesa recopilar las experiencias de atletas universitarios de otras universidades de Puerto Rico para elaborar una comparativa de los contextos en los distintos espacios. Por último, nos gustaría desarrollar estrategias de intervención que puedan llevarse a cabo dentro de la universidad, con el fin de que los atletas cuenten con apoyo emocional durante su transición hacia el retiro, lo cual consideramos de gran importancia, ya que ningún atleta contó con apoyo institucional. 

Consideraciones finales  
Este estudio abarca la dimensión emocional del retiro deportivo universitario.  Las experiencias narradas permiten comprender el retiro más allá del rendimiento o de la planificación de carrera, al resaltar emociones como la confusión, el duelo, la pérdida de identidad y, en muchos casos, el crecimiento posterior. Los resultados de esta investigación tienen implicaciones concretas para universidades, entrenadores y profesionales de la salud mental, pues la propuesta de un retiro deportivo reflexivo, construida desde las voces de los propios deportistas, ofrece una herramienta para repensar cómo acompañar este cierre de etapa. A su vez, abre caminos para crear espacios de contención, orientación emocional y preparación previa al retiro, así como para el desarrollo de apoyos más estructurados dentro de las universidades, que incluyan consejería emocional, orientación vocacional y una colaboración más estrecha entre los departamentos atléticos y los servicios de salud mental. Incluso la capacitación de entrenadores y del personal deportivo en acompañamiento emocional puede fortalecer este proceso y mejorar el bienestar de los y las atletas. 

Referencias 

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Barcza-Renner, K., Shipherd, A. M., & Basevitch, I. (2020). A qualitative examination of sport retirement in former NCAA Division I athletes. Journal of Athlete Development and Experience, 2(1), Article 1. https://doi.org/10.25035/jade.02.01.01 

Cosh, S., LeCouteur, A., Crabb, S., & Kettler, L. (2012). Career transitions and identity: A discursive psychological approach to exploring athlete identity in retirement and the transition back into elite sport. Qualitative Research in Sport, Exercise and Health, 5(1), 21–42. https://doi.org/10.1080/2159676X.2012.712987 

Francia Pérez, M., Serra-Taylor, J., Agostini-Aguiar, L., Nevárez-Alonso, C., Jurado-Andino, M., Fernández-Hernández, N., & Jaime-Antúnez-De-Mayolo, C. (2021). Opiniones sobre el conocimiento y uso de los servicios médicos, nutricionales, consejería y salud mental en atletas universitarios en Puerto Rico. Revista Griot, 14(1), 29–41. https://revistas.upr.edu/index.php/griot/article/view/18438 

Glandorf, H. L., Madigan, D. J., Kavanagh, O., & Mallinson-Howard, S. H. (2023). Mental and physical health outcomes of burnout in athletes: A systematic review and meta-analysis. International Review of Sport and Exercise Psychology, 1–45. https://doi.org/10.1080/1750984X.2023.2225187 

 Hernández-Sampieri, R., & Mendoza Torres, C. P. (2018). Metodología de la investigación: las rutas cuantitativa, cualitativa y mixta. McGraw-Hill Education.  https://doi.org/10.22201/fesc.20072236e.2019.10.18.6 

Menke, D. J., & Germany, M. L. (2019). Reconstructing athletic identity: College athletes and sport retirement. Journal of Loss and Trauma, 24(1), 17–30. https://doi.org/10.1080/15325024.2018.1522475 

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Stellefson, M., Wang, M. Q., Apperson, A., Bopp, T., & Zhang, L. (2019). Health promotion and chronic disease prevention after the game ends: The emerging role of certified health education specialists in wellness coaching for retired college student-athletes. American Journal of Health Education, 50(6), 339–343. https://doi.org/10.1080/19325037.2019.1662347 

Stokowski, S., Paule, A., & Kaunert, C. (2019). Former college athletes’ perceptions of adapting to transition. Journal of Issues in Intercollegiate Athletics, 12, 403–426. https://www.researchgate.net/publication/335598951_Former_College_Athletes'_Perceptions_of_Adapting_to_Transition  

Vega-Malagón, G., Ávila-Morales, J., Vega-Malagón, A. J., Camacho-Calderón, N., Becerril-Santos, A., & Leo-Amador, G. E. (2014). Paradigmas en la investigación. Enfoque cuantitativo y cualitativo. European Scientific Journal, 10(15). https://www.soyidem.com/referencias/CIP_U3_PARADIGMAS_EN_LA_INVESTIGACION.pdf 


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Posted on December 12, 2025 .

Resultados divergentes de la austeridad: Grecia y Portugal durante la crisis de la eurozona

Divergent Outcomes of Austerity: Greece and Portugal During the Eurozone Crisis 

Joel D. Vélez Rodríguez 
Departamento de Ciencias Políticas 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

Recibido: 19/09/2025; Revisado: 13/11/2025; Aceptado: 21/11/2025

Resumen 
Este estudio compara las trayectorias de Grecia y Portugal durante la crisis de la eurozona bajo la supervisión de la Troika. Mediante un diseño de sistemas más similar, analiza los factores que explican resultados divergentes a pesar de similitudes estructurales y de políticas de austeridad comunes. Identifica tres determinantes: las condiciones estructurales iniciales, las diferencias en el diseño e implementación de los rescates y la capacidad institucional y política. Los hallazgos sugieren que las políticas de austeridad interactúan con los contextos nacionales, lo que moldea su viabilidad. Los programas de condicionalidad externa deben considerar las restricciones fiscales y las capacidades institucionales para lograr resultados sostenibles. 

Palabras clave: rescates financieros, condicionalidad externa, capacidad institucional, crisis de deuda soberana 

Abstract 
This study compares Greece and Portugal during the Eurozone crisis under Troika supervision. Using a Most Similar Systems Design (MSSD), it analyzes factors explaining divergent outcomes despite structural similarities and common austerity policies. Three determinants are identified: initialstructural conditions, differences in bailout design and implementation, and institutional and political capacity. Findings suggest that austerity policies interact with national contexts, shaping their feasibility and results. External conditionality programs should consider fiscal constraints and institutional capacities to achieve sustainable outcomes. 

Keywords: bailout programs, external conditionality, institutional capacity, sovereign debt crisis 

Introducción 

La crisis de la eurozona (2009–2015) fue una de las pruebas más severas para la integración europea desde la creación del euro. Originada tras el colapso financiero global de 2008, expuso la fragilidad de varias economías periféricas cuyas deudas soberanas se volvieron insostenibles bajo un régimen monetario común que limitaba su capacidad de maniobra (Blyth, 2013; Featherstone, 2011). Sin herramientas de política cambiaria ni monetaria propias, países como Grecia, Portugal, Irlanda y España se vieron obligados a solicitar rescates financieros para evitar el colapso de sus sistemas bancarios y de sus finanzas públicas. 

Estos rescates estuvieron condicionados a programas estrictos de ajuste, diseñados y supervisados por la llamada Troika, compuesta por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que, juntos, impusieron políticas de austeridad con la expectativa de restaurar la estabilidad macroeconómica y la credibilidad fiscal. Sin embargo, la uniformidad de las prescripciones contrastó con la diversidad de resultados. Mientras algunos países lograron completar un único programa de rescate y retornar al crecimiento, otros quedaron atrapados en ciclos prolongados de recesión y dependencia financiera.  

En este contexto, Grecia y Portugal ofrecen un contraste ilustrativo. A pesar de compartir similitudes estructurales, sus trayectorias fueron radicalmente distintas. Portugal completó un solo programa en 2014 y logró recuperar acceso a los mercados internacionales, aunque con costos sociales relevantes(Magone, 2014). Grecia, en cambio, necesitó tres rescates sucesivos, sufrió una contracción económica de más del 25% y enfrentó una crisis de gobernabilidad, acompañada de un deterioro institucional (Hardiman et al., 2017; Sotiropoulos, 2015). 

Este contraste plantea el problema central de este trabajo: ¿por qué dos países tan similares experimentaron resultados tan divergentes bajo las mismas políticas de austeridad? La hipótesis que se desarrolla es que, aunque Grecia y Portugal compartían vulnerabilidades macroeconómicas y estaban sujetos a un marco institucional común, diferencias en tres factores clave explican sus trayectorias divergentes. 

Marco conceptual 

Este trabajo se apoya en la literatura de economía política sobre crisis de deuda, austeridad y condicionalidad externa. Se parte de la premisa teórica de que las políticas de austeridad tienen efectos condicionados por las características domésticas de cada país. Estudios comparativos han mostrado que la capacidad de implementación de la austeridad varía ampliamente; en esencia, las reformas fiscales drásticas son más viables políticamente en unos países que en otros. Por ejemplo, Walter (2016) encontró que la distribución social de los costos del ajuste y las estructuras institucionales determinan la facilidad con que un gobierno puede llevar a cabo recortes presupuestarios y reformas impopulares. Asimismo, la literatura sobre el estado y la capacidad administrativa sugiere que las crisis exacerban problemas preexistentes de gobernabilidad. Allí donde el Estado es más eficaz y goza de mayor legitimidad, es más capaz de ejecutar ajustes sin colapsar, mientras que un Estado más débil puede convertirse en un “estado fallido” a la hora de implementar políticas exigidas desde fuera (Featherstone, 2011). 

Por otro lado, se considera la teoría de la condicionalidad externa. Esta nos dice que las intervenciones de organismos internacionales suelen imponer políticas estandarizadas (recortes del gasto público, reformas laborales, privatizaciones) bajo el supuesto de “una talla única” para distintos países. Sin embargo, numerosos estudios sobre ajustes estructurales indican que estos mandatos uniformes pueden producir resultados muy diferentes según el contexto nacional (Blyth, 2013; Petmesidou & Guillén, 2015). Blyth (2013) sostuvo que la austeridad es una idea peligrosa que tiende a profundizar las recesiones en lugar de solucionarlas, especialmente en economías frágiles. Así, es crucial analizar cómo los mismos instrumentos de austeridad produjeron efectos dispares en Grecia y Portugal. La literatura sobre Europa meridional durante la Gran Recesión ha coincidido en que, aun compartiendo todos estos países ciertos problemas (déficits elevados, mercados laborales rígidos, presión de acreedores, entre otros), fueron las diferencias en sus instituciones y políticas domésticas las que explicaron por qué algunos gestionaron mejor la crisis que otros (Hardiman et al., 2017; Magone, 2014; Sánchez-Mosquera, 2017). 

Metodología 

En el estudio de la política comparada, comparar casos similares con resultados diferentes es una estrategia clásica para identificar causas del fenómeno en cuestión. Este trabajo se enmarca en el diseño Most = Similar Systems Design (MSSD), que propone examinar casos que coinciden en muchas características contextuales, pero difieren en el resultado que buscamos explicar (Landman, 2008). Como señala Sartori, “comparar es controlar”: al mantener constantes la mayor cantidad posible de factores comunes, se aíslan mejor las variables que podrían explicar la diferencia en los resultados (Sartori, 1994, p. 16). El MSSD prioriza, entonces, la comparación controlada de casos afines y, por diseño, atiende con mayor detalle la varianza interna al paquete aplicado. Por consiguiente, este enfoque no estima contrafácticos sobre rutas alternativas ni efectos de políticas no adoptadas. Para ampliar la validez externa, sería útil un análisis multi-método que incluya diseños contrafácticos explícitos o modelos que simulen combinaciones de políticas no observadas en el conjunto analizado. 

En este caso, tanto Grecia como Portugal eran democracias parlamentarias, miembros de la Unión Europea y de la eurozona, con economías periféricas altamente endeudadas y afectadas por la crisis global de 2008. Ambos recurrieron a programas de rescate bajo la Troika y enfrentaron condiciones similares de supervisión externa. Estas similitudes hacen de ambos países un objeto ideal para un diseño de sistemas similares, en el que controlamos factores macroestructurales generales y nos enfocamos en las diferencias específicas que podrían explicar por qué el ajuste económico resultó más exitoso en Portugal que en Grecia. 

Variables del estudio 
La clarificación de las variables empleadas en el análisis comparativo resulta fundamental. La variable dependiente se define como el resultado del rescate financiero, entendiendo por ello el balance global tras la intervención de la “troika” en cada país. Esta condición dependiente se operacionaliza mediante dos dimensiones clave: (a) el grado de cumplimiento del programa de ajuste (reformas implementadas según lo pactado) y (b) la recuperación posterior a la intervención. Como factores de control se consideran, por un lado, el marco institucional europeo común que sometía a Grecia y Portugal a las mismas reglas fiscales y mecanismos de rescate; y por otro, el papel de la estructura exportadora, que condiciona en qué medida un país puede compensar la contracción interna mediante crecimiento impulsado por la demanda externa. 

Sobre esta base, se distinguen tres variables explicativas. La primera es la estructura económica inicial, que incluye el nivel de deuda y de déficit, el grado de diversificación productiva y la disciplina en las finanzas públicas. La literatura ha mostrado que los efectos de la austeridad dependen en gran medida de estas condiciones de partida: un Estado con alto endeudamiento, baja credibilidad fiscal y escasa apertura externa se enfrenta a mayores dificultades para estabilizarse (Blyth, 2013; Featherstone, 2011). La segunda variable corresponde a las condiciones del rescate, es decir, el diseño, la gradualidad y la flexibilidad de las medidas impuestas por la Troika. Diversos estudios subrayan que los programas demasiado rígidos tienden a generar incumplimientos y a profundizar la recesión, mientras que aquellos que permiten ajustes graduales y revisiones periódicas facilitan un cumplimiento más sostenible (Petmesidou & Guillén, 2015). Finalmente, la tercera variable es la capacidad institucional y política, que alude tanto a la eficacia administrativa del Estado como a la cohesión de las élites y la respuesta de la sociedad. Un aparato estatal con burocracia funcional, un sistema político relativamente estable y una ciudadanía menos polarizada pueden implementar medidas impopulares con mayor viabilidad, mientras que instituciones debilitadas y una oposición social masiva tienden a erosionar la legitimidad del ajuste (Afonso et al., 2015; Sotiropoulos, 2015).

Tabla 1: Diseño de sistemas más similares (MSSD) aplicado a Grecia y Portugal 
Fuente: elaboración propia a partir de Afonso et al. (2015); Blyth (2013); Featherstone (2011); Magone (2014); Petmesidou y Guillén (2015) 

Hallazgos 

Pasamos ahora a los hallazgos de la comparación, que evidencian cómo las particularidades nacionales condicionaron de manera distinta los resultados del ajuste. 

Fragilidad económica y credibilidad fiscal 
En el caso griego, la entrada en la eurozona vino acompañada de un prolongado desequilibrio fiscal y de prácticas contables poco transparentes. Durante la década previa a la crisis, Grecia mantuvo déficits elevados y en 2009 el nuevo gobierno reveló que el déficit presupuestario real alcanzaba el 15.8% del Producto Interno Bruto (PIB), más del doble de lo previamente admitido. (Featherstone, 2011) Asimismo, se descubrió que las autoridades griegas habían maquillado sistemáticamente sus estadísticas de deuda y déficit durante años, con ayuda de mecanismos financieros opacos, lo que minó severamente su credibilidad internacional. Este ocultamiento dejó una herencia de deuda pública que superaba el 130% del PIB al estallar la crisis, lo que situó a Grecia en una posición extremadamente vulnerable (Featherstone, 2011). Estas condiciones propiciaron que, cuando llegó la Gran Recesión, los inversionistas reaccionaran con pánico ante la posibilidad de un impago griego, lo que disparó la prima de riesgo y cerró el acceso al financiamiento en 2010. 

Portugal, por su parte, presentaba desequilibrios importantes, aunque menos extremos. La deuda portuguesa había crecido de forma constante (alcanzando el 100% del PIB en 2010, desde niveles en torno al 55% a inicios de los 2000) debido a un prolongado estancamiento económico y a políticas públicas onerosas (Baer et al., 2013; IMF, 2025). Entre 1974 y 2010, sucesivos gobiernos portugueses promovieron sobregasto e inversiones poco eficientes, a menudo mediante alianzas público-privadas de baja transparencia, que derivaron en sobrecostes de obras públicas, un aumento excesivo del funcionariado, y una mala gestión de fondos europeos (Magone, 2014). En otras palabras, Grecia partía de una situación de prácticamente insolvencia soberana, mientras que Portugal, aun enfrentando serias dificultades fiscales, mantenía un margen ligeramente mayor para estabilizar sus cuentas antes de perder el acceso al financiamiento. 

Otro contraste estructural radicó en la propia composición productiva y fortaleza interna de ambas economías. La economía griega era más cerrada y menos diversificada, con una baja participación del sector exportador en el PIB y una fuerte dependencia del consumo doméstico, del gasto público y de sectores específicos como el turismo. Esto la hacía especialmente vulnerable a una estrategia de austeridad basada en la contracción de la demanda interna, pues carecía de motores externos de crecimiento que amortiguaran la caída (Featherstone, 2011). Portugal, en cambio, contaba con un aparato productivo más abierto y diversificado, que incluía industrias exportadoras significativas en textiles, calzado, agroalimentación, muebles, entre otras, que para 2010 representaban cerca del 20% de su PIB (Baer et al., 2013; Magone, 2014). 

La calidad de las finanzas públicas y de la administración fiscal también difería marcadamente. Grecia arrastraba problemas estructurales en su gestión pública: una cultura fiscal disfuncional, caracterizada por una alta evasión tributaria, extensas redes clientelares en el sector estatal y un gasto público orientado, sobre todo, al consumo corriente antes que a la inversión productiva (Featherstone, 2011). Portugal, si bien enfrentaba retos de eficiencia administrativa similares, exhibía un historial relativamente mejor en disciplina fiscal: había logrado registrar superávits primarios en algunos años previos a la crisis y mostraba mayor control del gasto (Baer et al., 2013; Magone, 2014). 

Diseño y ejecución de los rescates 
Las características de los programas de rescate implementados por la Troika en cada país siguieron lógicas distintas, lo que tuvo consecuencias determinantes en sus trayectorias. En el caso de Grecia, el primer programa de ajuste, firmado en 2010, resultó sumamente ambicioso y rígido; en retrospectiva, incluso irrealista en sus metas (IEO, 2016). Las autoridades griegas se comprometieron a una drástica consolidación fiscal de más de 12 puntos del PIB en tan solo tres años, acompañada de amplias reformas estructurales inmediatas en ámbitos sensibles como el sistema de pensiones, la administración pública y la regulación laboral (Hardiman et al., 2017). Este calendario de ajuste acelerado se basó en proyecciones optimistas de crecimiento económico que no tardaron en desmentirse. Al incumplirse rápidamente los objetivos, Grecia tuvo que solicitar un segundo rescate en 2012 y posteriormente un tercer rescate en 2015, entrando en un círculo vicioso: cada nuevo paquete de ayuda imponía condiciones adicionales y recortes más severos para corregir desviaciones, pero dichas medidas profundizaban aún más la recesión, erosionando la base impositiva y la cohesión social, y así volvían a incumplirse los objetivos. 

En contraste, Portugal negoció en 2011 un programa de rescate que, aunque igualmente impuso exigencias estrictas, se estructuró de forma relativamente más gradual y flexible (Hardiman et al., 2017). Las metas fiscales acordadas con Lisboa eran ambiciosas, pero el calendario de ajuste contemplaba un horizonte algo más amplio y un mayor margen de adaptación ante shocks imprevistos. A lo largo de la ejecución del programa, las autoridades portuguesas lograron negociar ciertas modificaciones ante obstáculos políticos y legales internos. Además, Portugal no requirió ninguna reestructuración de la deuda soberana ni programas de rescate adicionales tras 2011, cumpliendo, en esencia, con el paquete original en el plazo previsto: de 2011 a 2014 (IEO, 2016). Este hecho reforzó la percepción de credibilidad y cumplimiento tanto entre los acreedores como entre los observadores internacionales, consolidando la idea de que Portugal había encauzado su economía. 

Adicionalmente, el enfoque adoptado para las reformas estructurales bajo condicionalidad mostró diferencias clave. En Grecia, las reformas se intentaron aplicar de manera muy rápida y vertical, cumpliendo al pie de la letra el cronograma de la Troika, pero encontrando una fuerte resistencia en un aparato administrativo debilitado y en una sociedad crecientemente polarizada (Petmesidou & Guillén, 2015). En Portugal, el gobierno implementó las reformas con mayor gradación y capacidad de adaptación; se priorizaron algunas medidas de impacto inmediato y se postergaron o suavizaron otras considerando la viabilidad política e institucional en cada momento (Hardiman et al., 2017). Este enfoque secuencial permitió avanzar paulatinamente en la privatización de empresas públicas y en la flexibilización del mercado laboral, evitando sobrecargar el sistema político. Asimismo, ante obstáculos legales o protestas, las autoridades portuguesas ajustaron la estrategia en lugar de insistir ciegamente, lo que evitó una ruptura institucional. 

Resiliencia institucional y dinámica política 
La eficacia del Estado y la cohesión política interna también demostraron ser factores diferenciadores en cómo los países atravesaron sus ajustes. En términos administrativos, Portugal contaba con un aparato estatal más funcional y técnicamente preparado para implementar las medidas impopulares queel de Grecia. Indicadores internacionales previos a la crisis, como el índice de efectividad gubernamental del Banco Mundial, ubicaban a Portugal por encima de Grecia en cuanto a la calidad de la administración pública y la capacidad para aplicar políticas (Sotiropoulos, 2015). Grecia, por el contrario, evidenció serias deficiencias institucionales que socavaron la ejecución del programa: ministerios y agencias con estructuras clientelares politizadas, registros fiscales incompletos, sistemas tributarios poco eficaces e inflexibles, y una falta crónica de coordinación administrativa dificultaron traducir las órdenes del memorando en acciones concretas (Zahariadis, 2016). 

Estas diferencias administrativas también se reflejaron en la dinámica política. Portugal atravesó la crisis sin una ruptura total de su sistema partidista. Los principales partidos del espectro político alternaron en el poder manteniendo una postura pragmática respecto al programa de rescate. Aunque hubo tensiones y protestas, el sistema político logró preservar cierta estabilidad, lo que facilitó el cumplimiento del acuerdo con la Troika (Tsatsanis et al., 2014). En cambio, en Grecia, el programa de ajuste provocó un colapso del bipartidismo tradicional. El partido socialista PASOK, que firmó el primer rescate, prácticamente desapareció del escenario electoral, y el sistema fue reemplazado por nuevos actores como SYRIZA, con una agenda abiertamente crítica de la Troika. Este proceso de fragmentación política dificultó la continuidad de las políticas de ajuste y alimentó una narrativa de confrontación entre el gobierno y los acreedores internacionales (Afonso et al., 2015). 

Por último, la respuesta de la sociedad civil ante las medidas de austeridad marcó otra distinción importante. En Grecia, la reacción social fue inmediata y masiva. A medida que avanzaban los recortes y reformas, sucedieron huelgas generales, protestas multitudinarias y episodios de violencia urbana, especialmente en Atenas. La ciudadanía griega, en amplios sectores, percibió las medidas de la Troika como una imposición externa ilegítima y un atentado contra la soberanía económica, lo que alimentó la indignación popular (Zahariadis, 2016). Por el contrario, en Portugal también hubo manifestaciones y malestar social, pero la escala y duración de las protestas fueron menores y menos disruptivas para el funcionamiento del Estado. Las movilizaciones portuguesas, aunque significativas, no lograron paralizar la administración ni detener la ejecución del programa de forma prolongada (Tsatsanis et al., 2014). 

Impactos en la población 
La aplicación de duros programas de austeridad en Grecia y Portugal desencadenó graves consecuencias sociales, cuantificables mediante diversos indicadores de cohesión social. Un primer indicador crucial es la tasa de desempleo, que mide el porcentaje de personas que forman parte de la fuerza laboral pero no tienen empleo y cuyos vaivenes sintetizan el trauma colectivo de la crisis y la recuperación que le sigue. Aquí Grecia alcanzó un pico histórico en 2013 y, aunque hoy está bastante por debajo de ese máximo, sigue por encima de sus niveles previos a 2008. Portugal también sufrió un alza pronunciada, pero logró una caída más rápida del paro a partir de 2014–2015, con tasas cercanas a las de la precrisis antes de la pandemia (World Bank, 2024). 

Tabla 2: Evolución del desempleo (% del total de la fuerza laboral) 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de World Bank, 2024

En términos de desigualdad económica, medida comúnmente por el coeficiente de Gini, ambos países registraron incrementos durante la crisis, seguidos de ligeras reducciones en la recuperación. El Gini cuantifica la desigualdad en la distribución del ingreso, con valores entre 0 (igualdad perfecta) y 1 (desigualdad total), y se calcula sobre el ingreso disponible tras impuestos y transferencias, lo que permite identificar si el crecimiento económico beneficia de manera equitativa a la población (Organisation for Economic Co-operation and Development [OECD], 2024). En este renglón, Grecia regresó gradualmente hacia su banda histórica, mientras Portugal presenta una mejora algo más marcada en la post-crisis, coherente con la recuperación del empleo y ciertas decisiones de política social (OECD, 2024). Pese a ello, ambos países siguen registrando Ginis por encima del promedio europeo (~.30), reflejando desafíos estructurales de desigualdad que la crisis exacerbó y que la recuperación no solventó del todo. 

Tabla 3: Evolución del coeficiente de Gini
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de OECD, 2024 

Si bien la salida de la recesión ha traído mejoras cuantitativas, persisten cicatrices notables. En Grecia, la tasa de pobreza infantil y el éxodo de jóvenes cualificados siguen siendo preocupantes (Theodoropoulos et al., 2014), y en Portugal, aunque se redujo la pobreza, fenómenos como la precariedad laboral o la erosión del Estado benefactor aún inciden en el bienestar de la población portuguesa (Casquilho-Martins et al., 2021). En última instancia, la comparación deja claro que el costo social de los ajustes fue elevadísimo en ambos casos, hasta el punto de que organismos internacionales y académicos han señalado estos programas como una advertencia de los riesgos de desatender la dimensión social en futuras crisis (Amnesty International, 2020). Como señalaron Karanikolos & Kentikelenis (2016), el caso griego demuestra que las políticas de austeridad perjudicaron seriamente la salud y la cohesión social, con efectos que se sentirán durante muchos años. La experiencia portuguesa, aunque menos dramática, confirma que incluso recuperaciones económicas exitosas pueden dejar atrás una “década perdida” en términos sociales, lo que requiere políticas activas para restañar las brechas abiertas durante la crisis (Teles Morais, 2018). 

Conclusión 

El análisis comparativo entre Grecia y Portugal permite comprender cómo dos países sometidos a políticas de austeridad similares, bajo la supervisión de la Troika, llegaron a resultados distintos en sus trayectorias económicas y políticas. Mediante un diseño de sistemas más similar, este estudio identificó tres factores interdependientes que explican la divergencia observada: las condiciones estructurales de partida, el diseño y la implementación de las condicionalidades del rescate, y la capacidad institucional y política para ejecutar las reformas exigidas. Este estudio presenta ciertas limitaciones, en particular derivadas del alcance acotado por el límite de extensión impuesto. Por consiguiente, algunas variables potencialmente relevantes no pudieron abordarse. Para futuras investigaciones, sería provechoso analizar otros casos de países periféricos de la eurozona con el fin de examinar si las variables identificadas en este estudio mantienen su poder explicativo y así ampliar la validez y aplicabilidad del marco analítico propuesto. En particular, habría que considerar la estructura del mercado laboral y los regímenes de negociación colectiva, pues la rigidez o flexibilidad de estos sistemas puede alterar la manera en que se distribuyen los costos de la austeridad. También sería pertinente abordar el papel de los tribunales constitucionales y del marco legal interno, ya que en algunos países ciertas medidas fueron revertidas o condicionadas por sentencias judiciales que limitaron su alcance. Finalmente, el grado de descentralización administrativa y territorial podría influir en la implementación de los programas de ajuste, en tanto que los gobiernos regionales con competencias fiscales o de gasto poseen la capacidad de modificar o ralentizar las medidas adoptadas a nivel central. 

Aun así, los hallazgos refuerzan el argumento de que las políticas de austeridad no operan en el vacío y que sus efectos dependen de la interacción entre exigencias externas y capacidades internas. En este sentido, se sugiere que cualquier política de condicionalidad debe considerar tanto los objetivos fiscales como las limitaciones institucionales y sociales del país receptor, si se aspira a resultados sostenibles. 

Referencias 

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Posted on December 12, 2025 .

Iconoclasia y género: el impacto sobre las mujeres en murales de Puerto Rico

Iconoclasm and Gender: The Impact on Murals Depicting Women in Puerto Rico

Wanda I. Rodríguez Vicente 
Programa de Historia del Arte 
Facultad de Humanidades, UPR RP 

Recibido: 19/09/2025; Revisado: 12/11/2025; Aceptado: 20/11/2025 

Resumen 
Este artículo analiza cómo el género ha sido un denominador común en la destrucción de murales en Puerto Rico. A través del estudio de noticias, redes sociales y entrevistas, y aplicando las teorías de la iconoclasia de David Freedberg y Alexander Adams, se propone un enfoque metodológico feminista, de género y sociológico sobre diferentes casos documentados en el país. Es a partir de estos enfoques que se propone entender estas prácticas de censura no como hechos aislados, sino que el desnudo femenino actúa como detonante de la censura de murales por esta causa, así como la existencia de un no-binarismo en el arte. 

Palabras clave: género, censura, murales, Puerto Rico, iconoclasia 

Abstract 
This article analyzes how gender has been a common denominator in the destruction of murals in Puerto Rico. Through the study of news, social media, interviews, and the application of David Freedberg and Alexander Adams’s theories of iconoclasm, a feminist, gender-based, and sociological methodological approach is proposed to examine different documented cases in the country. From these perspectives, censorship practices are understood not as isolated events, but as instances in which the female nude serves as a trigger for mural censorship and as instances of non-binarism in art. 

Keywords: gender, censorship, murals, Puerto Rico, iconoclasm 

Introducción  

A lo largo de la historia, las imágenes han tenido un gran valor cultural o religioso, ya que se les atribuían diversos usos y funciones. Como consecuencia, se creía que podían interferir en el comportamiento y las emociones del público. Por tal motivo, es importante estudiar el alcance y el poder que tienen las imágenes sobre el público y cómo este poder conduce a la acción de censurar o destruir las mismas, según el historiador del arte David Freedberg (2009, 2016, 2021). Este poder de las imágenes suscita el interés por estudiar su destrucción en el contexto del arte público puertorriqueño, en particular en los murales. El espacio público y el contenido de estos murales contribuyen a lo expuesto anteriormente sobre el poder de las imágenes de un individuo. Más allá del acto de destruir o cometer vandalismo contra estos murales, se esconden diversos factores que dieron paso a su destrucción. Este artículo se concentra únicamente en las razones de género. 

Según la Real Academia Española (s.f.), el término «vandalizar» se asocia con la acción de causar daños intencionales a bienes públicos o privados. No obstante, en el Código Penal de Puerto Rico (Ley 146-2012, art. 198), esta acción se describe como “daños” y se compone de: “Toda persona que destruya, inutilice, altere, desaparezca o cause deterioro a un bien mueble o inmueble ajeno, total o parcialmente, incurrirá en delito menos grave”. Por otra parte, según Dario Gamboni (1997), la diferencia entre vandalismo e iconoclasia radica en que el vandalismo se considera un acto casi barbárico o de origen ignorante, carente de sentido o simbolismo, mientras que la iconoclasia implica una intención consciente. En ese sentido, se consideran los siguientes casos de iconoclasia, ya que se evidencia una intención detrás de su destrucción.  

No obstante, en este trabajo se utilizarán los términos vandalismo e iconoclasia de manera complementaria, a pesar de la distinción que establece Gamboni (1997), ya que los medios de comunicación catalogaron estos actos bajo el término “vandalismo”, lo cual resulta relevante para la discusión pública de los sucesos. A partir de la información recopilada hasta el momento, cabe preguntarse: ¿cómo es el género el detonante de la destrucción deestos murales? ¿Cuál es la relación entre el espacio público y este tipo de actos? Estas preguntas se abordarán mediante un análisis que busca comparar los casos ocurridos en Puerto Rico e identificar las similitudes y diferencias con otros casos. 

El vandalismo o el daño a los murales en Puerto Rico no ha generado investigación académica, sino artículos informativos en la prensa local de carácter general.  

Ante la escasa documentación académica disponible al respecto en Puerto Rico, una de las fuentes primordiales para comprender lo sucedido en estos murales ha sido la prensa local, que informó sobre estos casos en los distintos periódicos del país mediante declaraciones, artículos de opinión y reportajes periodísticos. Al mismo tiempo, se presentan diversas publicaciones en redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter, en las que muchos de los casos provienen de los perfiles de los mismos artistas, haciendo voz de denuncia ante la destrucción de sus obras de arte. 

De igual manera, abundan publicaciones académicas sobre el muralismo a lo largo de distintas épocas y en la actualidad, de países del continente americano, así como teorías sobre la iconoclasia. En concreto, se toman como punto de partida los escritos del historiador del arte David Freedberg (2009, 2016, 2021), quien se basa en la premisa de que el contenido religioso o político de una imagen puede provocar en el público que interactúa con ella el impulso de destruirla. A su vez, el teórico argumenta que esta pulsión psicológica de destruir una imagen está estrechamente ligada a un contexto histórico y sociocultural. 

La censura y el género  

No es algo nuevo que se hayan vandalizado obras de arte con desnudos femeninos. Un caso famoso de esta índole es el de La Venus del Espejo, de Diego Velázquez, que se abordará más adelante. En vista de ello, aquí se recopilan murales en los que trabajan cuerpos feminizados en su diversidad de representación, pero en los que, de una u otra forma, el género es un punto fundamental detrás de las razones por las que dichos murales fueron destruidos. 

Como se mencionó antes, las imágenes tienen poder. Es decir, su representación tiene un alto alcance ante el espectador, en mayor medida que otras. De modo que, bajo el argumento de que las imágenes tienen poder, se genera la necesidad de censurarlas y, según The Power of Images de David Freedberg(2009), “aquí surge un paralelismo con los efectos seductores y peligrosos que se adscriben a las mujeres”. Las imágenes que tienen poder pueden producir miedo y excitación, entre otras emociones intensas, hasta el punto de que estas imágenes cobran vida y surge una pulsión a reprimirlas, hasta elpunto de querer destruirlas (Freedberg, 2009). 

Por otra parte, Hess y Nochlin (1972) señalan que el mercado del arte ha sido históricamente controlado por hombres: se crea y se vende arte para y por ellos, quienes son los principales consumidores del arte erótico. El cuerpo femenino, en ese contexto, se ha presentado desde un imaginario de disponibilidad, sumisión y pasividad. Esta idea cambia con el arte público, ya que los murales se escapan del control del coleccionismo masculino y se convierten en espacios accesibles donde el mensaje se democratiza. De manera similar, Carolee Schneemann (1991) reflexiona que cuando una mujer representa cuerpos femeninos desnudos desde su propia mirada, el gesto suele asociarse con lo “obsceno” o “pornográfico”, porque deja de responder al deseo masculino y pasa a ser una afirmación política y corporal.  

Kadiri J. Vaquer Fernández (2020) explica que el muralismo feminista en Puerto Rico sirve como una práctica de provocación para cuestionar el estatus colonial de la isla. Esto genera rechazo en algunos sectores, especialmente cuando el arte retrata cuerpos feminizados, negros y queer. En estos casos, los desnudos no se emplean para el consumo o el deseo masculinos, sino para generar conciencia sobre problemáticas sociales y culturales. La provocación genera tanto acciones negativas como positivas y nos muestra que aún persiste la incomodidad de hablar sobre la violencia de género, mientras que el vandalismo que sufrieron estos murales visibiliza precisamente este problema. 

Uno de los casos más documentados por la prensa de Puerto Rico es el mural Paz para la mujer del colectivo Moriviví (ver Imagen 1). Este mural tiene como figuras principales dos cuerpos feminizados: uno con el torso hacia arriba y otro de cuerpo completo, ambos desnudos. Ambas figuras fueron tapadas con pintura blanca en el área de los senos y, en la figura de cuerpo completo, en los genitales, haciéndoles la forma de ropa interior, lo cual fue considerado por diversos grupos feministas como un acto de censura, y se manifestaron en contra de esta acción. Este mural ha tenido varias intervenciones, pero las más notorias fueron en 2016 y 2022. Sin embargo, las muralistas decidieron no darle su forma original, sino que decidieron añadir otros elementos en reacción a este suceso. 

En el caso del mural Paz para la mujer, la censura contribuyó a dar visibilidad a la problemática que se abordaba: la violencia de género. Asimismo, abrió espacio para conversaciones sobre temas como la imposición de la decencia y la vergüenza dirigidas a los cuerpos feminizados y la forma en que estos son objetificados según los estándares de belleza dominantes (Vaquer Fernández, 2020). 

Imagen 1: Paz para la mujer, Colectivo Moriviví, 2015
Fuente: Sistema de bibliotecas de la Universidad de Puerto Rico (2021) 

El segundo caso también es del colectivo Moriviví y corresponde al mural Nosotres Luchamos (ver Imagen 2). Este es distinto porque no interfirieron directamente con los cuerpos que vemos en primer plano, sino con la palabra “nosotres”, a la que añadieron, en pintura de spray, una “o” encima de la “e”. Así, podemos ver que el detonante es claramente una cuestión de género, reflejada en la presencia de un no binarismo en el desarrollo del lenguaje inclusivo, que parte del inconformismo y de la exploración del género desde sus diversas formas. 

Imagen 2: Nosotres Luchamos, Colectivo Moriviví, 2021 
Fuente: colectivo_morivivi (2021) 

También se encuentran los murales que formaron parte del proyecto comunitario Arecibo es color, los cuales fueron tapados con pintura en aerosol negra, así como en el área de los senos y los genitales. Uno de ellos, titulado Mariposas en el estómago (ver Imagen 3), tuvo más daños, ya que también se le escribió con el mismo material “No porno”. En el siguiente mural, titulado Mujer completa (ver Imagen 4), es posible observar un patrón que comparten estos murales. Es decir, el desencadenante de la destrucción de estos murales es una percepción negativa de los desnudos femeninos. 

Imagen 3: Mariposas en el estómago, Fabiola Enid Rivera, 2015 
Fuente: Radio 11 (2016) 

Imagen 4: Mujer completa, Luis Aguilar, 2015 
Fuente: Radio 11 (2016) 

Descubriendo los patrones 

De acuerdo con las imágenes discutidas, a pesar de ser casos aislados debido a la distancia entre los municipios y al tiempo (Freedberg, 2021), podemos deducir que estas comparten ciertas características. En la mayoría de las fotos presentadas, se observa la tendencia a cubrir las áreas de los senos y los genitales en los murales de estos cuerpos feminizados. 

La iconoclasia está estrechamente relacionada con la política. Esta relación explica que estas ideas políticas — generalmente con posturas radicales —acompañan la invisibilización de la mujer y, en consecuencia, el control de los cuerpos feminizados. A su vez, la sociedad está firmemente influida por creencias religiosas y moralistas. Por lo que estas personas se ven influenciadas por una superioridad moral que les justifica vandalizar estas obras de arte por su contenido de desnudo. 

David Freedberg argumenta, en su libro Iconoclasm (2021), que comprender la “acción/voluntad” de destruir o dañar una imagen nos ayuda a comprender cómo estas contribuyen a nuestro deleite o placer. Esta pulsión de destruir una imagen que muestra un desnudo se ha repetido en varias ocasiones a lo largo de la historia, hallándose, a su vez, múltiples razones que buscaban “justificar” esta acción. 

El desnudo femenino para llevar un mensaje 

El desnudo femenino tiene una larga historia de ser utilizado como fuente para expresar una idea. Es por esto que un desnudo reconocido, como La Venus del espejo de Diego Velázquez, ha sido objeto de varios atentados. Sin embargo, uno de los más memorables ha sido el ataque de Mary Richardson, una activista sufragista que, como protesta por la detención de Emmeline Pankhurst, cortó con un cuchillo siete veces esta pintura (Adams, 2020). En este caso en particular, Richardson eligió esta obra con meticulosidad debido a su valor simbólico. En este escenario, vemos que la razón de la destrucción de esta imagen no era la censura del cuerpo femenino por una supuesta “corrupción” de estos cuerpos, sino un acto simbólico de protesta política (Adams, 2020). 

La preocupación por la corrupción de los cuerpos tampoco será la razón principal durante la década de los 1990. En este contexto surge la preocupación por la exposición de la niñez a contenidos sexuales, especialmente la representación de la homosexualidad en el arte. A lo largo de esta década se buscó el control y la regulación de las artes con el fin de “proteger” y “preservar” la civilización de la degeneración y la corrupción (Freedberg, 2021). A su vez, esta ha sido una excusa recurrente para controlar los cuerpos feminizados mediante políticas públicas. 

En esta representación de la homosexualidad, se deben añadir las distintas dinámicas de género que se representan en el arte, las cuales cuestionan o ponen en desafío las normativas del binomio de género. De ahí la razón por la cual, en casos como el mural del colectivo Moriviví, Nosotres Luchamos, se puede argumentar que fue vandalizado debido a lo que implica el lenguaje inclusivo en nuestra sociedad, ya que reta la manera convencional o conservadora en la que se entiende el género en un contexto latinoamericano, pero también en el caribeño. 

Sumado a esto, Katja Fleischmann y Robert H. Mann (2018) sostienen que el contexto histórico y geográfico es clave para la representación de los cuerpos feminizados y el mensaje que se quiere llevar a través de los mismos en el arte público. La representación de la mujer en el arte público abarca múltiples significados: en ocasiones busca desafiar, incitar a la revolución, desafiar el orden social, seducir o reflejar una conexión con la naturaleza. En el caso de los murales analizados aquí, representan a la mujer puertorriqueña afrocaribeña y simbolizan resistencia, conexión con la naturaleza y cuestionamiento del orden social.  

Por otra parte, el mural Lares: Pueblo de mujeres hermosas (ver Imagen 5), vandalizado en 2017, ofrece otra perspectiva sobre la censura del cuerpo femenino. Esta vandalización no busca tapar los senos y genitales del cuerpo feminizado que se encuentra en el mural, sino que, con pintura en aerosol negra, se encubre la mitad del rostro hacia abajo, creando una forma triangular, como la de un pañuelo. A su vez, la palabra “Hermosas” se cubre con la misma pintura y se escribe en la parte inferior de este mural para que el espectador lea entonces “Lares: Pueblo de Mujeres Revolucionarias”. 

Imagen 5: Lares: Pueblo de Mujeres Hermosas, Griselle Soto, 2001
Fuente: Vázquez (2017) 

La destrucción de este mural es distinta a la de las mencionadas anteriormente. Esta le da un rol activo a la figura feminizada al pintarle, en la mitad delrostro, lo que pareciera ser un pañuelo, comúnmente utilizado de esta manera para proteger la identidad de los civiles que deciden participar en protestas. Este lleva un mensaje político directo que insta a las mujeres a participar activamente en protestas.  

Conclusión 

En este trabajo se analizaron y compararon situaciones de vandalismo en varios murales de desnudos en Puerto Rico para observar las distintas formas en que se ha utilizado el cuerpo femenino. El análisis permitió reconocer que el desnudo no es necesariamente el desencadenante de la censura, pero sí desempeña un rol importante, al igual que el espacio público donde se presentan estas obras (Fleischmann & Mann 2018). Asimismo, el género y su manifestación fuera de la normativa provocan o retan las creencias y sensibilidades del público (Schneemann, 1991; Vaquer, 2020). Finalmente, se evidenció que, a través de los cuerpos feminizados, se transmiten mensajes políticos que, lejos de promover la sumisión, asumen un rol activo en la sociedad.  

Referencias 

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Colectivo Moriviví [@colectivo_morivivi]. (2021, agosto 10). Nosotres luchamos “Realidades Feministas” fue el punto de partida para este proyecto. Por medio de este mural, exploramos la trascendencia… [Fotografía]. Instagram. https://www.instagram.com/p/CSaYBdYLZxQ/?img_index=3 

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Radio Once AM. (2016, 7 de diciembre). Fanáticos moralistas vandalizan varios murales artísticos en Arecibo… [Publicación de Facebook]. Facebook.https://www.facebook.com/radioonceam/posts/fan%C3%A1ticos-moralistas-vandalizan-varios-murales-art%C3%ADsticos-en-arecibo-varios-mura/10154372757902891/ 

Real Academia Española. (s.f.). Vandalizar. Diccionario de la lengua española. https://dle.rae.es/vandalizar 

Schneemann, C. (1991). The Obscene Body/Politic. Art Journal, 50(4), 28–35. https://doi.org/10.2307/777320  

Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. (2021, septiembre 26). Censuras en el arte puertorriqueño: del 26 de septiembre al 2 de octubre de 2021. https://blogsbuprrp.org/2021/09/26/censuras-en-el-arte-puertorriqueno-del-26-de-septiembre-al-2-de-octubre-de-2021 

Vaquer Fernández, K. J. (2020). Los muros hablan: Protest and provocation in Puerto Rican feminist muralism. Camino Real: Estudios de las Hispanidades Norteamericanas, 12(15), 153–169. https://institutofranklin.net/en/publications/los-muros-hablan-protest-and-provocation-puerto-rican-feminist-muralism  

Vázquez, G. (2017, mayo 31). Restauran mural vandalizado en Lares. Primera Hora. https://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/notas/restauran-mural-vandalizado-en-lares 


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Posted on December 12, 2025 .

Análisis de la depresión estudiantil: factores asociados y tendencias de salud mental

Analysis of Student Depression: Associated Factors and Mental Health Trends 

Laura S. Panisse Cruz 
Instituto de Estadísticas y Sistemas Computarizados de Información 
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP 

Jorge A. Pérez Ramírez 
Instituto de Estadísticas y Sistemas Computarizados de Información 
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP  

Adalberto Quiñones Tirado 
Instituto de Estadísticas y Sistemas Computarizados de Información 
Facultad de Administración de Empresas, UPR RP 

Recibido: 18/09/2025; Revisado: 12/11/2025; Aceptado: 18/11/2025 

Resumen 
La siguiente investigación analiza la presencia de depresión en estudiantes mediante métodos de clasificación supervisada y no supervisada. Se emplearon variables académicas, demográficas y de estilo de vida para estimar la probabilidad de presentar síntomas depresivos. Se compararon tres algoritmos aplicados a una base de datos de 1,298 registros, tras un proceso de limpieza y transformación. La validación cruzada aseguró la consistencia de los modelos. Los resultados señalan que variables como la presión académica, el estrés financiero y los pensamientos suicidas se relacionan estrechamente con la depresión. Este análisis constituye una herramienta inicial para diseñar intervenciones tempranas en contextos académicos y clínicos.  

Palabras clave: estadísticas, universitarios, minería de datos, modelos predictivos 

Abstract
The following study analyzes the presence of depression in students using supervised and unsupervised classification methods. Academic, demographic, and lifestyle variables were used to estimate the probability of presenting depressive symptoms. Three algorithms were applied to a dataset of 1,298 records after a cleaning and transformation process. Cross-validation ensured the consistency of the models. The results indicate that variables such as academic pressure, financial stress, and suicidal thoughts are closely related to depression. This analysis provides an initial tool for designing early intervention methods in educational and health contexts.  

Keywords: statistics, university students, data mining, predictive models 

Los efectos de la prevención son pequeños pero significativos... (Stice et al., 2009) 

Introducción  

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 280 millones de personas padecen depresión, con un impacto significativo en la población joven (2023). La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes entre los estudiantes, especialmente en contextos académicos de alta presión como la escuela secundaria y la universidad (2025). En Estados Unidos, el suicidio se ha posicionado como la segunda causa de muerte más frecuente entre los jóvenes de 15 a 34años (Center for Disease Control and Prevention, 2025).  La depresión en adolescentes es un problema grave de salud mental que puede manifestarse como tristeza persistente y desinterés por realizar actividades cotidianas, según la OMS (2023).  

Realizar un análisis estadístico de la depresión estudiantil permite identificar factores de riesgo y patrones de comportamiento, lo cual es clave para diseñar estrategias de prevención e intervención eficaces. Muchos universitarios reportan haber experimentado depresión durante su formación, y la mayoría no recibe tratamiento ni apoyo adecuados (Pedrelli et al., 2015). En este contexto, resulta pertinente aplicar técnicas de minería de datos para predecir, clasificar y extraer conclusiones que sirvan de base para programas de apoyo psicológico, políticas institucionales y acciones preventivas orientadas a mejorar la salud mental de los estudiantes. 

Metodología 

Preparación de los datos 
Se utilizó la base de datos ‘Student Depression Dataset’, bajo la autoría de Adil Shamim (2025), un recurso estructurado en formato CSV que recopila datos de estudiantes universitarios para analizar factores asociados a la depresión. Los datos fueron recopilados mediante encuestas anónimas y autoadministradas distribuidas en una variedad de instituciones educativas. Esta se obtuvo de la página web Kaggle y la base incluye 1,298 registros con variables demográficas (edad, género), académicas (CGPA, presión académica), laborales (satisfacción laboral, estrés) y de estilo de vida (horas de sueño, hábitos alimenticios), y culmina con la variable objetivo binaria 'depression' (presencia o ausencia de depresión). La variable objetivo fue un indicador binario que indicaba si el estudiante sufría depresión, el cual se cambió a ‘Yes/No’ para su interpretabilidad. La base de datos está diseñada para proporcionar conocimiento sobre los factores que pueden afectar la salud mental de los estudiantes y facilitar su estudio. 

Se utilizó el programa R para todos los procesos y aplicaciones descritos. La base de datos fue sometida a un proceso de limpieza y transformación. Utilizamos la función str para visualizar los datos categóricos o numéricos. Se renombraron las columnas para que los nombres tuvieran un formato más apropiado. Se confirmó que no hay datos faltantes en la base de datos. También utilizamos la función get_dupes de la librería janitor para corroborar la existencia de valores duplicados y confirmar que no hay presentes en los datos. Se recodificaron las variables categóricas y el objetivo a tipo factor para garantizar que el algoritmo reconociera sus niveles y los tratara correctamente.   

 Verificamos la frecuencia de depresión para tener más contexto sobre el problema y determinamos que 58.55% de los estudiantes sí sufren de depresión y que el 41.45% de los estudiantes no sufren depresión. También podemos observar que las variables no están desbalanceadas. Finalmente, como parte del análisis exploratorio, se evaluaron las correlaciones de las variables numéricas. 

Figura 1: Mapa de calor de correlaciones 

El mapa de calor (véase Figura 1) muestra la correlación entre variables numéricas mediante una escala de colores: violeta para correlaciones positivas, verde para negativas y naranja para valores cercanos a cero. Por lo tanto, podemos interpretar la correlación de las variables numéricas de la siguiente manera: X = academic_pressure & Y = study_satisfaction; son las únicas variables numéricas que presentan una correlación negativa significativa de -0.12. Es decir, a medida que aumenta la presión académica, la satisfacción académica disminuye en -0.12. 

Aplicando métodos de clasificación supervisada 

Árbol de decisión 
Comenzamos con el método de árbol de decisión por su interpretabilidad y capacidad para construir modelos sin necesidad de modificar las variables categóricas. Los árboles manejan muy bien este tipo de variables y podremos ver cuáles tienen mayor impacto en la variable objetivo. El mejor atributo se coloca en el nodo raíz del árbol y solo acepta la salida de variables categóricas. El modelo se entrenó con una muestra de 300 observaciones y utilizó la presencia de depresión (Yes/No) como variable objetivo. 

Para preparar los datos, convertimos en factor las demás variables categóricas usando la función mutate para que así tengan un valor determinado y sean tratadas de forma correcta por el algoritmo. Dividimos los datos en 5 conjuntos: 4 de entrenamiento (80% de los datos) y 1 de prueba (20% de los datos). Esto se hizo utilizando la librería caret con el set.seed de 2025. También visualizamos las dimensiones de los conjuntos, con 1,038 y 260 observaciones en total, respectivamente.  

El algoritmo C5 es uno de los más utilizados en el ámbito de los árboles de decisión por su capacidad para tratar y clasificar variables objetivo utilizando una combinación de variables categóricas y numéricas. En R, está programado en la librería C50.

Figura 2: Árbol de decisión C5.0

El análisis (ilustrado en la Figura 2) permitió identificar las variables predictoras más influyentes, entre las que destacan: pensamientos suicidas, presión académica, estrés financiero y horas dedicadas a estudiar o trabajar. Entre los estudiantes que reportaron tener pensamientos suicidas se observa (Nodo 14) que aquellos con alto estrés financiero, presión académica elevada (> 4) y menos de 3 horas de trabajo o estudio presentan una probabilidad de casi el 100% de manifestar síntomas depresivos. Por otro lado, los estudiantes sin pensamientos suicidas y con baja presión académica (≤ 3) (Nodo 3) tienen una probabilidad muy baja de presentar depresión, lo que sugiere que estas condiciones están asociadas con un mayor bienestar psicológico. 

Los estudiantes con baja presión académica o menores niveles de estrés financiero, combinados con mayor carga horaria (Nodos 8, 12, 13), presentaron, incluso con la ausencia de pensamientos suicidas, síntomas de depresión. El nodo 15 es igual de crítico que el Nodo 14 mostrando que el estrés financiero elevado es determinado cuando se combina con presión académica alta y pensamientos suicidas. 

En conclusión, el modelo C5.0 identificó dos nodos críticos en los que casi el 100% de los casos presentan depresión, lo que evidencia una combinación asociada principalmente a la presencia de pensamientos suicidas, presión académica elevada y alto estrés financiero. Igualmente, los Nodos 5 y 6 muestran una proporción moderada (40-55%) de casos con depresión, incluso en ausencia de pensamientos suicidas. Esto reveló que el estrés financiero y la presión académica son variables desencadenantes por sí solas. 

Figura 3: Modelo de métricas resultado de validación cruzada para árbol C5.0 

Aplicamos validación cruzada para observar que las métricas obtenidas (ilustradas en Figura 3) no dependan de una sola partición. Utilizamos la funcióntrainControl y un k = 17, ya que fue el k que mejor precisión nos dio. En otras palabras, el modelo fue entrenado 17 veces, usando 16 ‘folds’ para entrenar y 1 de prueba para validar. Resultó que el modelo predijo correctamente la mayoría de los casos sin depresión, con una tasa de aciertos del 78.64%. 

El modelo del árbol presenta un rendimiento admisible y posee una precisión bastante aceptable y un Kappa sólido. No es perfecto, pero es confiable para detectar la depresión en estudiantes. 

Clasificador Bayesiano 
A continuación, aplicamos el clasificador Bayesiano para intentar mejorar las métricas de desempeño. Esta técnica de clasificación supervisada se basa en el teorema de Bayes y permite predecir la probabilidad de ocurrencia de distintos resultados. Se distingue por su eficiencia computacional, especialmente al trabajar con bases de datos extensas, gracias a su complejidad lineal. Además, la aplicación de técnicas de visualización en este modelo permite una mayor interpretabilidad. 

Para implementar este modelo, fue necesario convertir la variable dependiente ‘depression’ en formato binario. Se utilizaron las funciones mutate y case_when pararecodificar los valores. Posteriormente se generaron nuevos subconjuntos de datos (‘folds’) mediante la función createFolds de la librería caret y se verificaron lasdimensiones con dim, asegurando que coincidieran con las utilizadas en modelos anteriores. 

El modelo Naive Bayes (NBC) se aplicó para calcular las probabilidades a priori, condicionales y posteriores de cada clase y variable. Utilizamos la función naiveBayes de la librería e1071, con set.seed de 2025. Las predicciones se generaron con la función predict y se evaluaron mediante una matriz de confusión construida con confusionMatrix. Los resultados revelaron que las personas con depresión tienden a ser más jóvenes, presentan mayor presión académica, menor satisfacción con sus estudios y altos niveles de estrés financiero. Además, reportan mayores pensamientos suicidas (85.5%) en comparación con quienes no la padecen (31.2%). En cuanto a hábitos, presentan una peor calidad del sueño (mayor proporción de personas que duermen < 5 horas) y una alimentación menos saludable (42.1% frente a 28.5%). 

Figura 4: Modelo de métricas resultado de validación cruzada para clasificador Bayesiano 

La relación entre la duración del sueño y la depresión ha sido respaldada por estudios recientes que evidencian una mayor prevalencia de síntomas depresivos en personas con menor tiempo de descanso (Lee et al., 2024). Asimismo, la presión académica continúa siendo un factor determinante: los estudiantes con altos niveles de estrés académico presentan una probabilidad 2.4 veces mayor de desarrollar síntomas depresivos, según Jayanthi et al. (2015).  

Para validar la estabilidad del modelo, se aplicó validación cruzada. El objetivo fue asegurar que la tasa de aciertos obtenida no dependiera de la partición utilizada. Se combinaron los datos con cbind, se confirmó que la variable objetivo fuera del tipo factor y se utilizó la librería naivebayes junto con las funciones trainControly train, manteniendo el mismo set.seed. Luego, aplicamos la matriz de confusión utilizando las predicciones previamente guardadas (véase Figura 4). 

A pesar de su potencial teórico, el modelo bayesiano presentó un valor de Kappa considerablemente bajo, lo que indica que su desempeño fue inferior al de una clasificación aleatoria. Por tanto, se concluye que este modelo no resulta adecuado para los fines de esta investigación. 

Aplicando método de clasificación no supervisada 

Se utilizó la función clValid para evaluar diez métodos distintos de particionamiento. Además de comparar los métodos, esta función permite determinar el número óptimo de grupos. Para su implementación, fue necesario seleccionar únicamente las variables numéricas del conjunto de datos student_depression. Esta decisión no limita el alcance de la investigación, ya que, según el análisis previo con árboles de decisión, las variables más influyentes sonacademic_pressure y financial_stress, ambas de tipo numérico. Para hacer esto usamos la función select. Luego implementamos las librerías clValid y cluster paragenerar un resumen estadístico de los datos. 

El método de clasificación no supervisada que arrojó los mejores valores fue el clúster jerárquico, el cual minimizó la conectividad a un valor de 323.4242 y maximizó el índice Dunn con un valor de 0.1259. Según la mayoría de dos métricas, el número óptimo de clusters es k=2. Adicionalmente, debemos excluir la variable respuesta ''depression'' para que el clasificador pueda correr correctamente, ya que el modelo aprende a predecir esa variable a partir del agrupamiento de observaciones similares. Finalmente, podemos escalar los datos y proceder con las aplicaciones. 

Clúster jerárquico 
El método de clustering jerárquico resulta adecuado para analizar la base de datos sobre depresión estudiantil debido a su capacidad para explorar relaciones jerárquicas entre variables psicosociales y académicas sin requerir un número predefinido de clústeres. Esto permite identificar subgrupos de riesgo concaracterísticas similares. El algoritmo genera un listado de combinaciones posibles según la jerarquía de las distancias entre puntos. Para su implementación en R se utilizaron diversas funciones y librerías. Se añadieron las librerías dendextend y factoextra para facilitar el análisis. Con la función  fviz_nbclust confirmamos que el número óptimo de clusters es k=2, según el diagrama del método de silueta. Se aplicó la distancia euclidiana mediante la función dist y se calculó el modelo con la función hbclust utilizando el método de enlace completo (veáse Figura 5). Las clasificaciones que devolvió el modelo se visualizaron con las funciones cutree y table (veáse Figura 6).  

El modelo (Figura 5) logró clasificar a 418 estudiantes en el Grupo 1 (rojo) y 880 en el Grupo 2 (magenta), como se observa en la tabla de frecuencias. Esta segmentación indica una desproporción, con una mayor concentración de estudiantes en el Grupo 2. La clasificación permitió identificar perfiles diferenciados de estudiantes según sus niveles de presión académica y de estrés financiero, facilitando su agrupación según la presencia o ausencia de depresión. 

Figura 5: Dendograma filogenético para cluster jerárquico 

Figura 6: Mosaico gráfico de tabla `grupos` vs `depression` 

Una vez identificados los dos grupos, se compararon con la variable real de depresión (Figura 6). El Grupo 2 concentró la mayoría de los estudiantes con depresión, con un 66.6% (586 de 880) de casos reales. En cambio, el Grupo 1 agrupó a más estudiantes sin depresión, con solo un 41.6% (174 de 418) de casos reales. En otras palabras, el Grupo 2 se asocia más estrechamente con depresión, mientras que el Grupo 1 tiende a representar más casos no depresivos. Esto sugiere que los patrones identificados por el modelo reflejan parcialmente el estado real de salud mental de los estudiantes universitarios  

Discusión de resultados 

“Los nuevos datos de la NCHS muestran un aumento sustancial de la depresión entre adolescentes y adultos jóvenes — un incremento a nivel poblacional que genera preocupación para los campus universitarios” (Brody, 2025, p. 3). Este proyecto tuvo como objetivo principal analizar e identificar factores, tendencias o patrones relacionados con la depresión estudiantil, empleando diversas técnicas de análisis estadístico y minería de datos. A partir de una base de datos que incluye variables académicas, demográficas y psicosociales, se evaluaron distintos modelos predictivos para estimar la probabilidad de que un estudiante padezca depresión. A lo largo del estudio se utilizaron múltiples métodos, tales como árboles de decisión, clasificación Bayesiana, clasificación no supervisada y clúster jerárquico.

Tabla 1: Efectividad comparativa de modelos predictivos 

Al comparar los modelos aplicados (véase Tabla 1), el árbol de decisión C5.0 fue el que obtuvo el mejor desempeño. Esta técnica no solo se destacó por su capacidad predictiva, sino también por su interpretabilidad, lo que permitió identificar con claridad las combinaciones de variables influyentes en la aparición de síntomas depresivos. El modelo nos reveló que los estudiantes con pensamientos suicidas, alta presión académica y poco tiempo dedicado al estudio o al trabajo presentan una probabilidad muy elevada de sufrir depresión. En contraste, aquellos sin pensamientos suicidas y con baja presión académica presentan una probabilidad significativamente menor. 

Además, el modelo confirmó la relación entre el estrés académico y los síntomas depresivos, un hallazgo respaldado por Jayanthi et al. (2015), quienes demostraron que los adolescentes con alta presión académica tienen 2.4 veces más probabilidades de presentar depresión. También se verificó la relación entre los malos hábitos de sueño y los síntomas depresivos, en línea con lo reportado por Alqurashi y Alqurashi (2022), quienes describen un efecto negativo tanto del exceso como de la carencia de sueño sobre el bienestar emocional en adultos con depresión. 

El modelo Naive Bayes mostró un rendimiento sustancialmente inferior, lo que lo limita como herramienta diagnóstica confiable. Mientras tanto, el análisis declustering jerárquico permitió segmentar a los estudiantes en dos grupos diferenciados: uno de alto riesgo (83% con depresión) y otro con mayor bienestar, lo que aporta valor adicional para el diseño de intervenciones dirigidas. 

Conclusiones y recomendaciones 

Catalano (2022) reporta en su disertación “altos niveles de depresión debilitante autoevaluada por estudiantes académicos, y tasas alarmantes de ideaciones suicidas”, lo que recalca la necesidad de desarrollar herramientas de prevención y tratamiento dirigidas a la población estudiantil (p. 4). El tipo de análisis realizado en esta investigación contribuye directamente a la identificación temprana de factores de riesgo, información fundamental para diseñar estrategias preventivas eficaces. Tal como señala la Organización Mundial de la Salud (2023), la depresión es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial y la intervención temprana es vital para evitar desenlaces graves como el suicidio.  

A partir de los hallazgos del proyecto, se proponen recomendaciones tecnológicas y de política pública para mejorar la salud mental estudiantil. En el ámbito tecnológico, se sugiere implementar árboles de decisión en aplicaciones universitarias que permitan a los estudiantes identificar señales de riesgo de forma temprana. Asimismo, se recomienda el uso de técnicas de clustering para diseñar intervenciones diferenciadas: Clúster 1 (alto riesgo) recibiría atención institucionalintensiva, mientras que Clúster 2 (riesgo menor) sería atendido mediante programas de mentoría entre pares. En cuanto a políticas públicas, se plantea incluircréditos obligatorios sobre manejo del estrés para estudiantes con bajo rendimiento (CGPA < 7.5), ajustar los horarios académicos respetando los ritmos circadianos, realizar evaluaciones psicológicas obligatorias ante un bajo rendimiento sostenido y otorgar becas para estudiantes con alto estrés financiero y buen desempeño (CGPA > 8.0). Además, se recomienda la creación de “días de bienestar académico” en nuestras universidades y el acceso prioritario al estudiantado a comedores saludables.  

Este estudio respalda la necesidad de integrar herramientas de análisis de datos para optimizar la identificación de casos de riesgo y guiar las intervenciones según los perfiles de los estudiantes, con el fin de apoyarlos en su lucha por mantener una buena salud mental y fortalecer su desarrollo académico y profesional.  

Referencias 

Alqurashi, Y. D., & Alqurashi, H. (2022). Association of sleep duration and quality with depression among university students and faculty. Journal of American College Health, 70(5), 1350–1357. https://doi.org/10.23750/abm.v93i5.13002 

Brody, D. J. (2025, April). Depression prevalence in adolescents and adults: United States, August 2021–August 2023 [Data brief]. National Center for HealthStatistics. U.S. Department of Health and Human Services. https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db527.htm 

Catalano, J. D. (2022). College student depression, anxiety disorder, and suicide: Institutional trends, associations, and mitigation interventions [Doctoraldissertation, University of North Carolina at Chapel Hill]. Carolina Digital Repository. https://cdr.lib.unc.edu/concern/dissertations/w3763h254 

Center for Disease Control and Prevention. (2025). Provisional mortality statistics, 2018 through last week [Database]. CDC Wonder https://wonder.cdc.gov/mcd-icd10-provisional.html  

Jayanthi, P., Thirunavukarasu, M., & Rajkumar, R. (2015). Academic stress and depression among adolescents: a cross-sectional study. Indian Pediatrics, 52(3),217–219. https://doi.org/10.1007/s13312-015-0609-y 

Lee, S. A., Mukherjee, D., Rush, J., Lee, S., & Almeida, D. M. (2024). Too little or too much: Nonlinear relationship between sleep duration and daily affectivewell-being in depressed adults. BMC Psychiatry, 24, 323. https://doi.org/10.1186/s12888-024-05747-7 

Organización Mundial de la Salud. (2023). Depressive disorder (depression). Centro de Prensa: OMS https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/depression 

Organización Mundial de la Salud. (2025). La salud mental de los adolescentes. Centro de Prensa: OMS https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health - :~:text=La depresión, la ansiedad y,de 15 a 29 años  

Pedrelli, P., Nyer, M., Yeung, A., Zulauf, C., & Wilens, T. (2015). College students: Mental health problems and treatment considerations. Academic Psychiatry,39(5), 503–511  https://doi.org/10.1007/s40596-014-0205-9 

Shamim, A. (2025). Student Depression Dataset (Version 1) [Data set, description & code book]. Kaggle.  https://www.kaggle.com/datasets/adilshamim8/student-depression-dataset  

Stice, E., Shaw, H., Bohon, C., Marti, C. N., & Rohde, P. (2009). A meta-analytic review of depression prevention programs for children and adolescents: Factorsthat predict magnitude of intervention effects. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 77(3), 486–503. https://doi.org/10.1037/a0015168 


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Posted on December 12, 2025 .

Model of the Impact of Pharmacological and Non-pharmacological Treatment of Alzheimer’s Disease

Modelo del impacto del tratamiento farmacológico y no farmacológico para la enfermedad de Alzheimer 

Yanliel Feliciano González 
Departamento de Ciencias Naturales 
Facultad de Ciencias Naturales, UPR Cayey 

 Nanelli Feliciano González 
Departamento de Ciencias Naturales 
Facultad de Ciencias Naturales, UPR Cayey 

 Recibido: 18/09/2025; Revisado: 12/11/2025; Aceptado: 18/11/2025

Abstract 
Alzheimer's is a progressive neurodegenerative disease that impairs cognition and memory.  Our research studies the mechanisms of AD and evaluates the effect of pharmacological and non-pharmacological treatments, using differential equation simulations. We modeled galantamine, an acetylcholinesterase inhibitor that increases acetylcholine to improve cognitive function, and lecanemab, an antibody that reduces Beta-amyloid accumulation. Non-pharmacological treatment was modeled as physiotherapy interventions designed to maintain cognitive function through increased physical activity. Combined treatments demonstrated a synergistic effect, maintaining higher cognitive levels and reducing biomarker accumulation more effectively than single therapies. This research highlights the potential of computational models to explore interventions for Alzheimer's. 

Keywords: lecanemab, galantamine, cognitive, beta amyloid, differential equations 

Resumen 
El Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que afecta la cognición y memoria. Este estudio investiga los mecanismos de la EA, evaluando tratamientos farmacológicos y no-farmacológicos, mediante la simulación de ecuaciones diferenciales. Se estudiaron tratamientos como la galantamina, un inhibidor de acetilcolinesterasa, y el lecanemab, un anticuerpo que afecta el EA, así como tratamientos no farmacológicos, como la fisioterapia, durante la progresión del Alzheimer. La combinación de tratamientos mostró un efecto beneficioso, manteniendo el rendimiento cognitivo y una menor acumulación de biomarcadores en comparación con los tratamientos individualizados. Esta investigación sugiere que estrategias terapéuticas y modelos computacionales pueden ser herramientas para explorar intervenciones contra el Alzheimer.    

Palabras clave: lecanemab, galantamina, cognitivo, betas-amiloides, ecuaciones diferenciales 

Introduction  

Alzheimer's disease (AD), characterized by neurodegeneration and cognitive impairment, affects millions of people in the world, causing a gradual loss of theirmotor functions and memory. Characterized by the accumulation of beta-amyloid plaques and the Tau protein (Figure 1), Alzheimer's represents one of the main causes of dementia, which leads to greater care by health personnel and their families (Hao et al., 2022). Worldwide, 55 million people have dementia, of whom between 60% to 70% have AD. Among these 70% are 75 years or older (Mayo Clinic, n.d.). Alzheimer’s and other dementias impact Puerto Rico with 54,473 cases registered between 2008 and 2024, which is 68.6 percent corresponding to AD. This condition has been consolidated as the fourth cause of death, climbing to become the third cause of death for women over 60 years old since 2018 (Departamento de Salud de Puerto Rico, n.d.). In the USA, 7.2 million people aged 65+ live with AD, which is 11% of the population; this is expected to increase to 13 million by 2050 (Alzheimer’s Association, n.d.). It is important to emphasize that Alzheimer's has no cure, but some treatments help slow down the progression.

Figure 1: Alzheimer’s biology, Copilot, 2024  
Source: Image generated with Artificial Intelligence 

Currently, there is a neurotransmitter that can treat the condition of Alzheimer's and help to improve cognitive function and memory. It is an acetylcholinesteraseinhibitor called Galantamine. Although its effectiveness has been demonstrated over time, its impact on the patient's disease will be limited over time. This is because galantamine increases acetylcholine levels, temporarily improving memory and cognitive function (Georgieva et al., 2023; Raskind et al., 2004). However,as the disease progresses, the neurons responsible for producing and using acetylcholine continue to degenerate, reducing the drug's response. This has prompted the search for complementary therapies capable of addressing the multiple aspects of Alzheimer’s pathology (Raskind et al., 2004). 

In response to this need, non-pharmacological interventions have been fundamental in this process. Among them, physical exercise has been studied as a promising therapeutic strategy in AD (Chen et al., 2016). Studies have shown that physical activity mitigates or slows cognitive decline, which, in turn, reduces Beta-amyloid plaques and improves cognitive function by increasing blood flow through increased blood flow from constant movement (Afsar et al., 2023; Chen et. al.,2016; Delgado-Peraza et al., 2023). 

To understand and predict the impact of combined interventions, it is imperative to use tools that simulate the interactions between treatment effects and biologicalfactors. For this reason, mathematical models are a tool for analyzing the progression of AD, enabling us to systematically evaluate the effectiveness of strategies. 

The present study aims to investigate the combined impact of the intervention of pharmacological and non-pharmacological treatments on the progression of Alzheimer's disease. Through the development and application of the mathematical model, the following are sought: 

  1. To investigate the mechanisms of Alzheimer's and how pharmacological treatments impact the progression of the disease.  

  2. The aim is to study how it can help the patient to delay the progression of Alzheimer's.  

  3. Seek new insights into the mechanisms of neurodegeneration. 

Throughout this investigation, we will present the mathematical model composed of differential equations, conduct simulations, highlight the importance of treatment combinations for disease management, and discuss our findings. 

Methodology   

The methodology of this research was based on a theoretical and computational approach to study the progression of Alzheimer's disease through the literature review, focusing on simulations to study its progression. A mathematical model was developed based on the model presented by Hao et al. (2022) to understand the disease's behavior, using data and findings from the scientific literature. The research was divided into three main methods: literature review, mathematical study and development, and computational analysis. 

One method used to determine which medications affect or delay the progression of Alzheimer's in the early stages was to review scientific articles evaluating their relationship with our study approach. From scientific articles, we identify equations that establish relationships among components affected by AD (Hao et al., 2022). In this study, we used a cascade model that incorporates four clinical biomarkers of Alzheimer’s. They are Beta-amyloid, Tau, neuronal loss, and cognitive impairment. The physiological duck network of Alzheimer’s, as briefly illustrated in Figure 1, begins with the presence of Beta-amyloid in plaques, which favors the abnormal phosphorylation of the tau protein, leading to neurodegeneration and, ultimately, brain alterations, resulting in cognitive impairment (Hao et al., 2022). 

System of ordinary differential equations  

To study the mechanisms of AD and simulate the effects of pharmacological and non-pharmacological treatments, we use the differential equation system presented by Hao et al. (2022) and add terms to incorporate the effects of these treatments we want to explore in our simulations.   

The system of differential equations is as follows:  

The Beta-amyloid equation (1) represents the key event in the neurodegenerative condition. It is estimated to arise from an imbalance in the production and elimination of AB, which leads to the accumulation of amyloid plaques. The logistic growth equation models the AB. In this original equation by Hao et al. (2022),we added two negative terms, 𝐿𝐴 and eA, represented as the effect of the treatment of Lecanemb on amyloid minus the effect of exercise multiplied by amyloid. In Table 1, we described the parameters used in the system of equations and the values used in the simulations shown in this paper.

Table 1: Parameter values used in simulations 
Source: Table generated using Overleaf, 2025 

The Tau equation (2) is key since AD shows that Beta-amyloid accumulation initiates phosphorylation of tau protein, which stabilizes the microtubules inside neurons. We use the equation of phosphorylation of tau protein as presented in Hao et al. (2022). In the Neurodegeneration equation (3), the Tau protein induces neurodegeneration. The deposition within cells disrupts microtubules, imparting axonal transport; because of this, P-tau impairs mitochondria and translocates into the nucleus, which causes a progressive loss of nerve cells. Accordingly, we have the equation for N as presented in Hao et al. (2022). 

Finally, we have the Cognitive decline equation (4), in which cognitive impairment is determined by tau protein and neurodegeneration, leading to a decline in cognitive function. Therefore, we have the equation for C as presented by Hao et al. (2022) and added two positive terms 𝑏𝐶 and 𝑤𝐶 that represent the addition of the number of Beta-amyloids multiplied by the cognitive element, and added to the effect of exercise with Galantamine treatment on cognition.    

Results and Discussion 

AD is a neurodegenerative disease that gradually destroys memory, thinking capacity, and the skills to carry out basic functions over time. It is divided into threemain stages. In the early stage, the person retains their independence but experiences notable memory loss. In addition, they may have difficulty performingcomplex tasks. However, in the middle stage, memory loss and confusion intensify, while disorientation and sleep problems arise; the need for support for daily activities increases. In its last stage, the person loses the ability to communicate and control movement; they experience a significant physical decline. AD can be due to age-related changes in the brain, such as shrinkage, inflammation, damage to blood vessels, decreased energy production within the cell, and changes or differences in genes that can be hereditary (Afsar et al., 2023). 

There are a variety of treatments used to manage AD. In our research, we specifically studied Lecanemab and Galantamine as pharmacological treatment and physiotherapy as non-pharmacological treatment. Lecanemab is an intravenous antibody that has a high affinity for Beta amyloid plaques. It is a treatment that is approved by the FDA to be applied in the early phase of the disease. If the patient does not within the age range of 50-90 years and the amyloid biomarkers is positive, they are candidate to use the treatments; however, it depends of the medical evaluation (Usc.edu, 2023).The accumulation of plaques in the brain is a pathological process that causes cognitive impairment by disrupting and inhibiting synaptic connections between neurons. Galantamine, on the other hand, is an acetylcholinesterase inhibitor that is used to manage Alzheimer’s disease by increasing acetylcholine levels in the brain to improve memory and cognitive function. Its purpose is to control neuroinflammation and brain metabolic dysfunction, slowing the breakdown of ACh to improve its effect in patients with Alzheimer's, thereby improving their thinking ability (Georgieva et al., 2023). Likewise, physiotherapy is a treatment that involves physical exercise, combined with cognitive activities and tasks that require sequential memory, to help the person manage motor and muscle problems (Chen et. al., 2016). 

This study employs a mathematical approach to analyze the impact of pharmacological and non-pharmacological treatments on Alzheimer's progression, using differential equations to model biomarkers: tau protein, Beta-amyloid, neurodegeneration, and cognitive decline (Hao et al., 2022). Therefore, the results obtained allow us to systematically analyze the efficiency of interventions such as Lecanemab, Galantamine, and physical exercise. The result emphasizes the development of equations that measure cognition and accumulation of amyloid betas applied in Alzheimer's to reproduce the effects of different pharmacological and non-pharmacological treatments within the disease. Our simulations, shown in Figures 2 to 5, were performed using SCILAB 2024.1.0 using the differential equations shown and the parameter values described in Table 1. The simulations showed that treatments such as Galantamine and physical exercise are effective at reducing beta-amyloid plaque concentration. Figure 2 shows how Galantamine and exercise act on the deterioration or decrease of amyloid plaques as the treatments are used. Galantamine, as an inhibitor of acetylcholinesterase, an enzyme found in the central nervous system, has a direct action on neurodegeneration, while non-pharmacological treatment induces similar effects through physiological mechanisms. In the case of Lecanemab, the monoclonal antibody that reduces the accumulation of plaques, it is almost eliminated compared to physical exercise. The graph compares the effects of Galantamine (blue, solid line) and exercise (green, dashed line) on Beta-Amyloid plaque concentration. Both quickly reduce the concentration from a high baseline. Galantamine appears slightly more effective, stabilizing at a slightly lower level than exercise. This suggests that both pharmacotherapy and exercise could be beneficial in reducing beta-amyloid plaques, a relevant factor in Alzheimer's disease. 

Figure 2: Solution of Beta-Amyloid plaques component 
Source: Graph generated using our computational model run using scilab 2024.1.0, 2024

Figure 3 shows the variation in cognitive function over time, demonstrating that both treatments generate a benefit. However, the green dashed curve stabilizes at a level higher than the blue solid curve, suggesting that there is a potential and beneficial exercise-based enhancement of Galantamine. The graph compares the effect of Galantamine (blue solid line) and Galantamine plus exercise (green dashed line) on a cognitive component. Both rapidly improve cognitive function initially, with exercise reaching a higher peak. Although both show a slight decline from the peak, exercise stabilizes at a consistently higher cognitive level than Galantamine in this model over the long term. In Figure 4, Lecanemab and exercise show an almost complete reduction of amyloid plaques, suggesting high efficacy in removing Beta-Amyloid plaques, a key pathological factor in Alzheimer's disease The graph shows the concentration of Beta-Amyloid plaques under treatment with Lecanemab (blue solid line) and Lecanemab plus exercise (green dashed line). Both achieve a very rapid, almost complete reduction of plaques from a high baseline to near-zero levels in a short period of time, suggesting similar efficacy to Figure 2 in this model for eliminating Beta-Amyloid plaques, a key factor in Alzheimer's disease From Figure 5, it appears that Lecanemab treatment has an immediate positive effect on cognitive performance; however, it is similar to the Galantamine graph because of the greater effect of exercise on cognitive performance. This result suggests that when both treatments are combined, exercise enhances the effects of Lecanemab and contributes to improvements in cognitive function. The graph shows the evolution of the cognitive component under treatment with Lecanemab (blue solid line) and Lecanemab plus exercise (green dashed line). Both rapidly improve the cognitive component from a low baseline. Exercise plus Lecanemab reaches a slightly higher final level and stabilizes at a higher value than Lecanemab, suggesting that, based on this model, exercise with Lecanemab might be marginally more beneficial for this cognitive component in the long term.  

Figure 3: Solution of the Cognitive component 
Source: Graph generated using our computational model run using Scilab 2024.1.0, 2024 

Figure 4: Solution of the Beta-Amyloid plaques component 
Source: Graph generated using our computational model run using Scilab 2024.1.0, 2024  

Figure 5: Solution of the Cognitive component 
Source: Graph generated using our computational model run using Scilab 2024.1.0, 2024

In terms of cognitive function, the results of combining exercise with pharmacological treatment indicate that exercise produces a sustained improvement compared with pharmacological treatment alone. However, although drugs show significant improvement on their own, exercise plus medications maintains higher cognitive levels. This relates to previous studies that point out the role of neurogenesis in the formation of neurons in the brain, validating the potentiating effect of combined non-pharmacological and pharmacological treatments in Alzheimer's (Delgado-Peraza et al., 2023). 

By integrating pharmacological and non-pharmacological treatments, we are highlighting the importance of a therapeutic strategy. In other words, they complementeach other, while drugs act on biochemical processes, such as accumulation of Beta-amyloids and Tau protein, the physical element influences physiologicalprocesses, such as increased blood flow, therefore improving the patient's quality of life. However, it is important to recognize that the mathematical model has limitations. The simplification of the biological processes summarized in the differential equations omits variables, such as the diversity in DNA composition, which can influence the response to treatment.  Likewise, the model's limitations provide us with tools to explore and investigate different therapeutic scenarios that may help delay the progression of Alzheimer's.   

The findings of this study highlight the importance of considering novel approaches that combine pharmacological and non-pharmacological treatments for AD. Using differential equation-based mathematical models, it is possible to evaluate the relationship between different pharmacological and non-pharmacological treatments, such as Galantamine and exercise, before patients use them. Evidence and simulations suggest that exercise plays a fundamental role in slowing down Alzheimer's disease and improving cognitive function, demonstrating that physiological and pharmacological treatments in Alzheimer's provide a positive outcome in Alzheimer's disease progression. 

Conclusion 

This research evaluated different treatments that can help delay Alzheimer's disease at an early stage. Lecanemab showed promising results in reducing Beta-amyloid plaques in the brain, although its effect on cognitive function was limited. Likewise, when Galantamine and physiotherapy were evaluated, it was shown that there would be improvement in the patient's quality of life. The mathematical model provided important insights into how proteins relate and interact, as well as their responses to treatments. Other limitations include the cognitive effects of exercise, which we know exist. However, there are no studies that quantify this improvement as of the writing of this, so we are estimating the effect of this parameter on the model. 

Future work   

In future work, an important aspect of the deeper study of the disease is to examine the effects of neurodegeneration, in addition to the effects of tau proteins on the mathematical model. The accumulation of tau proteins will cause the development of tangles that induce neuronal death and lead to neurodegeneration. More studies should be conducted to quantify the effects of exercise on cognition. To investigate how physical activity can decrease neurodegenerative processes in order to establish model parameters and understand how non-pharmacological treatments can alter the course of Alzheimer’s. Finally, we must supplement studies of pharmacological and non-pharmacological treatments to expand the range of available treatments. 

Acknowledgements  

Thanks to Dr. Mayteé Cruz Aponte for the opportunity to work in her Biomathematics research Lab at UPR Cayey and for being our research mentor. 

References 

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Delgado-Peraza, F., Nogueras-Ortiz, C., Simonsen, A. H., Knight, D. L. D., Yao, P. J., Goetzl, E. J., ... & Kapogiannis, D. (2023). Neuron-derived extracellular vesicles in blood reveal effects of exercise in Alzheimer’s disease. Alzheimer's Research & Therapy, 15(1), 156. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37730689/ 

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Salabert, E. (2023, May 5). Lecanemab, el nuevo fármaco que frena el alzhéimer: dudas y certezas. WebConsultas.https://www.webconsultas.com/noticias/medicamentos/lecanemab-el-nuevo-farmaco-que-frena-el-alzheimer-dudas-y-certezas 

Scilab. (2019). Scilab.org. https://www.scilab.org/ 


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Posted on December 12, 2025 .

Of Coffins and Closets: Otherness and the Legacy of Gay Panic in AIDS-era Vampire Cinema

De ataúdes y armarios: la otredad y el legado del pánico homosexual en el cine de vampiros de la época del SIDA

Ángel-Amil Vázquez Pérez 
Departamento de Literatura Comparada 
Facultad de Humanidades, UPR RP

Recibido: 12/09/2025; Revisado: 03/11/2025; Aceptado: 11/11/2025

Abstract 
This work serves as an examination of 20th century homophobia, conservatism, and illness anxieties as seen through the lens of the representation of the vampire in films released during the AIDS crisis of the 1980s and 1990s. By analyzing the queer coding of the vampires of Tony Scott’s The Hunger (1983), Kathryn Bigelow’s Near Dark (1987), Joel Schumacher’s The Lost Boys (1987), and Neil Jordan’s Interview with the Vampire (1994), this work explores the use of the “predatory homosexual” trope as a reflection of the fears at the core of AIDS paranoia. 

Keywords: vampires, AIDS, homophobia, queer theory, conservatism 

Resumen 
Esta obra procura analizar la homofobia, el conservadurismo y el miedo a la enfermedad experimentados en el siglo XX, visto a través del lente de la representación del vampiro en películas estrenadas durante la crisis del SIDA de los años 80 y 90. Mediante el análisis de la codificación cuir de los vampiros en las obras de Tony Scott, The Hunger (1983), Kathryn Bigelow, Near Dark (1987), Joel Schumacher, The Lost Boys (1987), y Neil Jordan, Interview with the Vampire (1994), este trabajo explora el uso del tropo del “homosexual depredador” como reflejo de los miedos que subyacen en la paranoia del SIDA. 

Palabras clave: vampiros, SIDA, homofobia, teoría cuir, conservadurismo 

Introduction  

On June 5, 1981, the Center for Disease Control (CDC) published an article detailing unusual cases of a rare lung infection found in five previously healthy young men residing in Los Angeles, California. This mysterious sickness — seemingly an immunological disease accompanied by a slew of other infections — was the Acquired Immunodeficiency Syndrome, which would soon come to be known as the AIDS virus. All five of these men would, unfortunately, die soon after its publication (“Timeline of HIV and AIDS”, n.d.). Transmitted through the exchange of bodily fluids, both sexual and intravenous, the disease was infamously seen by the general public as a form of punishment for sexual promiscuity and drug abuse. Because of this, despite its rising to the height of an epidemic at frightening speeds, the responses from American governmental and health institutions alike were largely dismissive in the early years of its development due to the negative public perception of the demographics majorly affected, particularly the LGBTQ+ community. For the first time in history, the love that dare not speak its name was brought to the forefront of public discourse, colloquially earning the disease such damning titles as “the gay virus” and “Wrath of God Syndrome” (Treichler, 1987, p. 52). The life essences of blood and semen seemingly polluted through even the slightest contact with the queer body, the homosexual morphing from mere social pariah to biological threat, ostensibly overnight. Crushed under the weight of their own “deviant” desires and forced to live out the remainder of their life as potential carriers of a seemingly incurable disease, they were cursed to walk the earth as a member of the new living dead; victims at the mercy of their own tainted blood. Yet, despite what the stereotypes would have us believe, it is nearly impossible to identify these individuals as such at first glance. To the homosexual, discretion and secrecy are often wielded as means of survival, the ability to blend into heteronormative society an essential skill in times of widespread paranoia and persecution; performing heterosexuality during the light of day and saving expressions of the true queer self for the cover of night. By revisiting vampire films released in the years of the AIDS Crisis  — such as Tony Scott’s The Hunger (1983), Kathryn Bigelow’s Near Dark (1987), Joel Schumacher’s The Lost Boys (1987), and Neil Jordan’s Interview with the Vampire (1994) , this work seeks to question societal fears of homosexuality and contagion by examining queer representations of the vampire released during the developmental peak of this epidemic, situating them firmly within the historical/cultural context of their production. To answer the question, what becomes of the vampire when the blood stops being the life? 

The vampire, as canonized by Stoker, has long since occupied the public consciousness not only as a monster but as a sex symbol (Pikula, 2012). The mouth, already a primary site of erotic configuration, takes center stage in the vampiric narrative. Often described as “the kiss of death,” the threat posed by the vampire’s bite is not only transformational but intimate in nature; to fall prey to such a creature is to be subjected to a game of seduction. The vampire stalks its victims, finding pleasure not just in the act of killing but in the hunt itself; covetous of both the blood running through its victims’ veins and the very body that houses it. The vampire refuses categorization, presenting itself in a polymorphous manner and exhibiting sexual indiscriminacy in its hunting practices. This creature positions itself not only as a sexualized body but a queer one at that, operating outside of what Harry Benshoff (2020) refers to in The Monster and the Homosexual as “the binary definitions and proscriptions of patriarchal heterosexism” (p. 226). The horror of the vampire stems not simply from the fear of losing one’s life but rather from the queering implications of its seduction, the terror that comes with knowing that one could not only be bitten but “turned.” To have one’s body transgressed and forever changed through the exchange of “bad blood.” 

In Seven Theses on Monster Theory, Jeffery Cohen (1996/2020) defines the monster as a creature that embodies specific cultural moments, claiming that while it can be tied to certain times, feelings, and places, it is not a stagnant body. Instead, it forms part of an endlessly shifting terrain of signification and displacement, constantly transforming and changing shape to represent the fears of each generation. A body made up of nothing more and nothing less than what Cohen coins “pure culture” (p. 38). The failure to contain HIV throughout the 1980s and early 1990s transforms this monstrous body into a vector of contagion, with widespread fears of blood and sexual inversion birthing a new wave of reactionary vampire cinema; one in which creatures of the night infect willfully and maliciously, condemning their victims to lives outside of the body politic and at the edge of queerness.  

In the 1970s, film critic Robin Wood (1979/2020) once suggested that most, if not all, films in the horror genre can be broken down into a formula made up of three variables: normality, the Monster, and the relationship between the two, with normality defined as an alignment towards heterosexual patriarchal capitalist values (p.117). Wood’s theory is formed primarily around the Marcusian concept of surplus repression, a model of behavior that goes far beyond the repression said to be necessary to maintain society, veering instead towards a process wherein dominating structures condition people from infancy to take on specific cultural roles (the monogamous heterosexual) while oppressing others (the promiscuous homosexual/bisexual) (p. 109). To the heterosexualized public, the release of these sexual energies in the horror film is always a source of disgust; the text is constructed around the monster, and desire is signified by monstrosity, perversion, and excess alike. However, Wood affirms, “it is the horror film that responds in the most clear-cut and direct way, because central to it is the actual dramatization of the dual concept of the repressed/the other, in the figure of the Monster” (pp. 113, 127). The vampire of the 80s and 90s, much like the AIDS patient, is envisioned then as both self and not-self, predator and victim, contaminator and contaminated. 

Despite its precarious position within the timeline of the epidemic — having been released before both the death toll and moral panic surrounding the virus had reached their respective zeniths — one cannot help but read 1983’s The Hunger as a portent for the crippled state vampirism would soon take on and continue to shoulder for the remainder of the 1980s and early 1990s. Throughout these decades, the vampire became a sort of endangered species; gone were the days of the invulnerable creature of the night, replaced by monsters stricken down by their own outbreaks of “bad blood.” As Auerbach (1995) states in the seminal Our Vampires, Ourselves, the blood of Hammer horror movies was “no longer a token of forbidden vitality but a blight. Once the etymology of AIDS became clear... vampirism mutated from hideous appetite to nausea” (p. 175). Directed by Tony Scott (1983), this forgotten entry in the vampire canon showcases the beginning of this turn in the vampire’s representation — harkening back to the disease metaphors that had plagued early gothic representations of the monster, particularly the syphilitic fears of Stoker’s Dracula — shifting from the pinnacle of vivacity into the carrier of a hidden yet brutal illness.  

In The Hunger, the transformations attributed to vampirism are seen, above all, as objects of scientific scrutiny, with much of the film taking place in sterile waiting rooms and research labs as the blood of our protagonist is quite literally put under the microscope. The film opens with a scene that reads like a bullet from the Moral Majority’s playbook: The Blaylocks, dressed in their finest leather, prowl a sprawling gothic nightclub with the intention of preying on its innocent, sexually liberated clientele. Scott’s sleek vampire couple play with their food, the young pair they bring home are treated to wandering hands and open mouths in the moments leading up to their respective ends; images of this fatal one-night stand are spliced between flashing cut away shots of red-tinged cages and enraged laboratory monkeys — the very same species to which we can trace the genus of HIV. As the ape rips its cellmate’s throat, so too do John and Miriam tear into their own victims. Scott’s vampires embody the anti-sex rhetoric of the AIDS era, obliging us to think of intercourse not as a venture without consequences but as an act of murder (Sontag, 1989, p. 126). The film’s potential for AIDS allegory is further complicated by the seduction of its protagonist, Dr. Sarah Roberts. During the early years of the epidemic, the scientific discourse surrounding HIV was, naturally, heavily focused on the spread of the virus between queer men, with little to no regard being shown towards the rates of transmission amongst women. In fact, it was initially believed that women were simply “inefficient” and “incompetent” transmitters, their bodies more attuned to functioning as rare receptacles rather than as active spreaders of disease (Treichler, 1987, p. 45). Miriam, however, in the long-standing tradition of sapphic vampires, does not obey these conceptions of gender, occupying the active sexual role through her wielding of the phallic vampire bite. Much like Christopher Craft’s (1984) red-lipped Dracula: 

...this mouth equivocates, giving the lie to the easy separation of the masculine and the feminine…the vampire mouth fuses and confuses…the gender-based categories of the penetrating and the receptive…the body, having become an unreliable signifier, ceases to represent adequately the invisible truth of desire, which itself never deviates from respectable heterosexuality. Thus the confusion that threatens conventional definitions of gender when confronted by same sex eroticism becomes merely illusory. The body, quite simply, is mistaken. (pp. 109, 114) 

Sarah responds to Miriam’s courtship like a woman bewitched, the blurring of these gendered lines resulting in a crisis of identity as Sarah gradually begins to lose her sense of self upon increased exposure to the older woman; the transformational qualities of the bite affecting both physical and psychological faculties in tandem. The vampires of The Hunger live on borrowed time. The degenerative effects of the disease may wait centuries to strike, but its punishment is made no less merciless because of it. “Humankind dies one way, we another,” Miriam whispers to her crumbling companion, “their end is final. Ours is not” (Scott, 1983, 00:44:51-00:45:14). Doomed to toss and turn in their coffins until the world turns to dust they exist in a state of suspended animation, neither alive nor dead. Miriam’s death does not guarantee our protagonist’s survival; with polluted blood running through her veins, Sarah will live the rest of her life as a carrier. The ticking time bomb of AIDS’ “hard death” may not reach her for many years yet, but as Sontag says: “it is only a matter of time, like any other death sentence” (1989, pp. 93, 99). 

In a 1986 radio address to the nation, the then President of the United States, Ronald Reagan, expressed concerns regarding the state of the “American family,” declaring that this “fundamental unit of American life” had been under “virtual attack” in recent decades, citing its loss of integrity and failure to educate its youth as one of the biggest issues plaguing the country at the time; a message that comes only a year after the president’s first public speech acknowledging the severity of the AIDS crisis (Reagan, 1986; “Timeline of HIV and AIDS”, n.d.). This imaginary national family unit, of course, is an ideological construct. It is an emotional strawman that exists solely to be deployed onto just about any form of opposition that is deemed threatening to the “traditional beliefs” that make up the philosophies of the conservative powers, resting paradoxically as both the load bearing pillar of society and a structure that is always on the point of imminent collapse. For the Reagans and Pat Buchanan’s of the world, AIDS was, as Watney (1987/1997) notes, “the latest variation in the spectacle of the defensive ideological rearguard action which had been mounted on behalf of ‘the family’ for more than a century” (p. 43). Allowing for the targeted harassment of groups that had long since been considered a threat to the white-nationalist heterosexual paradigm (i.e., homosexuals, people of color, drug users, etc.) in the name of “public health” and “family values.”  

We see this obsession with the family trickle down into the relationship dynamics of the decade’s vampires, as the predatory individualism once characteristic of the monster is abandoned in favor of creating more centralized, collective threats (Auerbach, 1995, p. 122). Now vulnerable to the outside world, the vampire of the late 1980s finds its strengths in numbers, transforming from a lone hunter into a certified pack animal. With the release of Katheryn Bigelow’s Near Dark and Joel Schumacher’s The Lost Boys, 1987 sees the premiere of not one but two vampire films centered on the dangers of falling in with these “false families.” Both films explore the journeys of naïve all-American teenage boys who — in pursuit of a girl — are found turned against their will, thrust away from their single parent households and into the arms of hostile vampire packs. These demonic broods function as direct counterpoints to the wholesome American families of their protagonists; Cola Nixon (1997) writes, “although Michael is lacking a father and Caleb a mother, the families they do have are nevertheless connotatively ‘good’ and function, not surprisingly, as one pole of a symbolic opposition” (p. 120). The vampire pack is ultimately presented not as an alternative to the family unit but rather as a gross parody of normative family life; with the titular lost boys being led by all-dominating father, Max, and the drifters of Near Dark being raised by the mother/father pairing of Diamondback and Jessie. Both films share distinctly conservative approaches to the matter of vampirism, the allusions to AIDS being particularly obvious both in the sexualized set-ups to their vampiric turnings and in their emphasis on concepts of purity and contamination. Where they diverge, however, is in the conflicts surrounding their protagonists’ respective transformations; the betrayal Caleb feels upon being bitten by the tomboyish Mae, though earth-shattering, does not carry the same imputation of shame and guilt that Michael experiences as a consequence of drinking David’s blood. As David Oscar Harvey (2011) states in “Calculating Risk”: 

...unsafe heterosexual couplings are considered less risky (regarding HIV and the statistical likelihood of its transmission). Heterosex benefits from its status as a normative sexual behavior. [And] it is thus far less prone to critique…The psychological duress is potentially much greater for men engaging in unsafe [sex] with men, as our culture has emphatically characterized such behavior as irrational and deadly.  (p. 157) 

Living under the sign of vampirism has different connotations for our leading men. While Caleb is a victim of wicked women and standard promiscuity, Michael allows himself to be seduced by the lost boys’ way of life. When he drinks from the poisoned bottle, he does so with his eyes shut, not in pain but ecstasy, his spoiled identity one of his own making. But this transformation, though pleasurable in its genus, quickly devolves into a nightmare of regret and self-imprisonment as he fights back the effects of the blood while simultaneously attempting to conceal his newly degenerated state from both his mortal family and his vampiric family — a task that becomes neigh impossible as the physical markers of vampirism begin to shine through. “My own brother” shouts the 13-year-old Sam, “a goddamn shit-sucking vampire!” (Schumacher, 1987, 00:40:51-00:40:53). 

In The Lost Boys and Near Dark, we see yet another paradigm-shift occur with the introduction of the concept of the “half-vampire.” These initiates, exemplified by protagonists Michael and Caleb, are characterized as living in an in-between state of mortality and vampirism, their turnings made incomplete due to a refusal to kill (Auerbach, 1995, p.168). In the same vein as AIDS, vampirism becomes an affliction of tiered classification, separating our fledgling heroes from those living with “full-blown” vampirism. This squeamishness towards violence is as much an act of self-punishment as it is a moral stand, however. By denying themselves the blood, they protect the lives of others and push themselves further towards sickness and torment. For Caleb, this is especially debilitating. While the pain of Michael’s transformation is primarily psychological, Caleb’s contraction of the disease nearly weakens him to the point of bedrest. Unable to travel on his own and unwilling to fend for himself, he is left completely at the mercy of his vampiric family, who oscillate between threatening to leave him for dead and hunting on his behalf. Caleb’s unauthorized turning and subsequent rejection of the vampire way invites these once-carefree drifters back under the condemning eyes of polite society, his presence a reintroduction of pure normality in an environment that has long since made its home in the rot of abjection.  

Yet it is just as Caleb is beginning to come to terms with his newfound unlife that his salvation appears to him in the form of his father, who has, unbeknownst to him, spent the entirety of his disappearance trying to find him, crossing state lines and putting himself in unspeakable danger with the single-minded purpose of bringing his son back home.

The untouchable patriarch in Near Dark: is, like so many good characters of his era, a celebration of segregation. In his protective perfection, Caleb’s father needs no wife. In The Lost Boys…a single mother carelessly exposes her sons to evil, but a single father is an altogether different figure, one who not only guards his son, but knows how to cure him (Auerbach, 1995, p. 188).     

And cure him, he does; utilizing his veterinarian knowledge to perform an at-home blood transfusion and replacing his son’s “bad blood” with his own, he flushes all traces of vampire poison out of his system. Free of the wasting disease of vampirism, Caleb weaponizes his newly restored humanity to destroy the false family, forcing them out into daylight and finishing them off with the incinerating rays of the sun. Mae, the sole survivor, is brought back to Caleb’s home, where he — now in his father’s position — transfuses her with his blood. With both their powers gone, the balance of heterosexual society is restored. Reinstated into their ‘proper’ roles, the sexually aggressive woman is expulsed of her deformed femininity and the passive male sees his agency reinstated.   

Vampirism, like AIDS, consequently becomes a ‘lifestyle’ choice, where the vampire, like the homosexual, is potentially curable, and if not curable, then surely deserving of death. The ‘general public’ might have perceived itself as embattled, then, but its response, at least for Hollywood, was a righteously militant retrenchment against the demonic family that was threatening to pollute or infect American domestic purity and corrupt its sons (Auerbach, 1995, p. 127). 

Similarly to that which permeates societal conceptions of the gay male body, the text constructed around the half-vampire is driven by an obsession with the strength of the boundaries that separate the self from the not-self; constantly fleeing sights of potential identity in order to construct barricades around these new oppositions (Treichler, 1987, p.65). For the vampires of The Lost Boys and Near Dark, vampirism is no longer a life sentence but a disease of voluntary self-annihilation; its rejection of the natural hegemony is an exercise in self-abasement. By deliberately associating with the Other, the contraction of this queering illness becomes a matter of choice. Abjection then is not only deserved but rightfully earned; the price to pay for daring to dip one’s toes outside the boundaries of normative society. 

In 1991, the US Department of State put together an executive summary centered on the rising trends of infection and potential strategies of prevention in response to the growing threat of the AIDS crisis. According to the report, the department estimates that the number of full-blown cases of the virus will increase from 2 million to a cumulative total of more than 10 million within the next eight years. In 1994, only three years after the release of this document, the US would be registered as the nation with the highest number of official AIDS cases in the world, becoming the leading cause of death amongst Americans aged 25-44 (Quinn, 1995). It is in this same year, during what appeared to be the peak of the epidemic, that we see the release of yet another film about the dangers of “bad blood” by way of Neil Jordan’s Interview with the Vampire. An adaptation of the 1976 neo-gothic phenomenon of the same name, this film follows the story of the vampire Louis de Pointe du Lac, who, upon crossing paths with a journalist outside of a nightclub, decides to sit down and chronicle his 200-year-long life story. By employing the device of the interview format, the story is told primarily through flashbacks and voiceover narration, a dual narrative structure that allows us not only to bear witness to his memories but also to be made privy to his interpretations of these events as he recollects them. Louis is far from an impartial narrator; however, the act of telling the boy his story is as much an avenue for emotional release as it is a purposeful indictment of vampirism and vampire-kind as a whole. It is, above all, a warning. Louis abhors his condition, viewing the loss of his humanity as the death knell of his immortal unlife. As Ian Clark (2022) states in “Infectious Queers,” these vampires, much like the AIDS-era queer male, are characterized as abject creatures who can only be satiated “through the consumption, corruption, and destruction of healthy bodies and heteronormative social boundaries” (pp. 28-29).  

Louis’ first encounter with vampirism occurs at the lowest point of his life: having lost both his wife to childbirth and his daughter to illness within only a year of each other. Here, in the spirit of previous entries within AIDS-era vampire cinema, the family once again becomes the center of goodness. It is the loss of this stabilizing element that exposes Louis to Lestat’s attentions. Passively suicidal and alienated by his own patriarchal signifiers, he invites his end with open arms; a willing incubator for death-dealing contamination. Lestat appears to him as an angel of death, a predator who seeks to take advantage of Louis’ susceptible condition with the desire to possess his mind, body, and soul. Watney (1987/1997) writes that two streams of images constitute the shadow of the homosexual: firstly, as an invisible contagion and secondly, as a spectacle of erotic seduction, involving the unwilling yet inexorable transformation of an “innocent,” “vulnerable” partner (p. 23). By situating Lestat within this shadow, the film exemplifies the perceived dangers of the queer male, primarily his ability to “infect healthy bodies and corrode the heteronormative ideal” (Clark, 2022, p. 38). The danger of the vampire’s fertilizing bite was made all the greater for its queering potential. However, despite Lestat’s efforts, Louis does not respond well to the behaviors encouraged by the “dark gift.” Unwilling to revel in the power and debauchery afforded to him by his new powers, his increasing alienation finds him at odds with his maker’s vampiric joie de vivre. Louis — like the half-vampires of The Lost Boys and Near Dark — initially refuses to satiate his hunger, fearful of damning his soul even further through the act of killing. Unfortunately for him, however, vampirism in the world of Interview is not a reversible disease. The changes that occur in him upon the exchange of blood are beyond his control. Try as he might to starve out these new desires, his body no longer belongs to himself, now made a moving part in an endless chain of transmission.  

In Interview, relationships between vampires are dysfunctional by design. Inhibitive to normative relationships, vampirism excludes one from the ordinary cultural pictures of companionship, as filial and romantic bonds only become available through the application of force; a fact that is made all the more insidious with the introduction of the vampire-child, Claudia. Unlike Louis, Claudia takes to vampirism like a duck to water; “capable of the ruthless pursuit of blood with all a child’s demanding” (Jordan, 1994, 00:46:27-00:46:32). Her innate killer instincts further problematize the films notions of queerness by heavily playing into the fears that permeate the discourse surrounding children of same-sex parents, her initiation into the vampiric “lifestyle” robbing her of the normative experiences essential for healthy child development. Forever stuck in the body of a little girl, Claudia’s growth is left literally stunted; barred from the rituals of marriage and procreation — biologically incapable of both childbirth and the creation of other vampires — her desire for adult connection is projected onto Louis, resulting in a relationship that invokes the taboos of pedophilia and incest. As the pièce de résistance of the film’s critique of queerness’ supposed corrupting influence, “their coupling [signifies] how queer vampirism forces unnatural relationship dynamics and aberrant behavior, prohibiting functional relationships and families” (Clark, 2022, p. 46). 

The film does not leave its vampires’ transgressions unpunished, however, far from it. As the architect of their suffering, Lestat is subjected to extensive physical trauma. Poisoned by “dead blood” and burnt beyond the point of recognition, the moral judgements attached to vampirism become reflected through aesthetic changes; the rot at the core of his character rising to the surface with each disfigurement. Bearing a plethora of disabling, disfiguring, and humiliating symptoms, his once classically handsome face is left bearing the sore-filled, emaciated countenance of the late-stage AIDS patient (Sontag, 1989, p.85). Unable to control or take care of anything beyond the most basic functions and needs, Lestat is lowered to his basest form, and Interview revels in this humiliation; lingering shots of thinning hair and shaking hands serve to highlight the evidence of justice served, the degradation of his body a form of karmic atonement.  

The vampires of the AIDS epidemic are husks of their former selves, the shine of immortality gradually losing its luster as the once-extraordinary powers of the blood saw themselves directed inwards to assault the very body that sought its nourishment; the sediment of life transformed into an agent of destruction. By entwining vampirism with stereotypes of queer predation, these films reinforce a construction of homosexuality that exists as a category, in the words of Watney (1987/1997), outside of the “correct” and “natural” uses of both the body and the social order that governs it (p. 51). As Lestat wastes away in the ruins of their old estate, reliving the peak of his vampiric glory days, Louis is returned to the same position in which he began: lost in his grief — this time mourning not only the loss of his loved ones but that of his very own humanity. The message could not be clearer: living under the sign of AIDS is a fate far crueler than death. For no one mourns the vampire but the vampire themself. 

References 

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Posted on December 12, 2025 .