To the Divine Puerto Rican Treasure: Youth in the Political Process of 1934 and 2024
Sael A. López Machuca
Programa de Educación Secundaria en Español
Facultad de Educación, UPR RP
Recibido: 21/02/2025; Revisado: 26/09/2025; Aceptado: 01/11/2025
Resumen
Esta investigación examina la evolución de la participación juvenil en el proceso político puertorriqueño, comparando los contextos históricos y sociopolíticos de 1934 y 2024. A partir de un análisis crítico del ensayo “Juventud, divino tesoro” de Antonio S. Pedreira, se contrastan las visiones de la juventud insular con discursos y registros contemporáneos a través de noticias, artículos y medios periodísticos. La metodología empleada es de carácter cualitativo, documental y comparativo. Los hallazgos destacan similitudes en los retos de inserción política juvenil y diferencias en los escenarios históricos. Esto permite reflexionar sobre la vigencia del pensamiento de Pedreira en el Puerto Rico actual.
Palabras clave: Proceso político, juventud, activismo estudiantil, Insularismo
Abstract
This study examines the evolution of youth participation in Puerto Rico’s political process, comparing the historical and sociopolitical contexts of 1934 and 2024. Drawing on a critical reading of Antonio S. Pedreira’s essay “Juventud, divino tesoro,” the analysis contrasts his views on insular youth with contemporary discourses drawn from news outlets, articles, and journalistic sources. The methodology follows a qualitative, documentary, and comparative approach. Findings highlight both continuities in the challenges of youth political engagement and differences in the historical settings, offering a reflection on the relevance of Pedreira’s thought in present-day Puerto Rico.
Keywords: Political process, youth, student activism, Insularismo
Introducción
Este estudio se centra en el análisis de la juventud puertorriqueña en los contextos sociopolíticos e históricos de 1934 y 2024. Para ello, se toma como base el ensayo “Juventud, divino tesoro” de la obra ensayística Insularismo: Ensayos de interpretación puertorriqueña del escritor Antonio S. Pedreira(1968). Conmemorando el nonagésimo aniversario de este escrito, se examinan las similitudes y diferencias en las actitudes y acciones de la juventud, así como su rol en el proceso político. Más allá de la comparación histórica, el análisis busca reflexionar sobre el espíritu de participación, diálogo y disidencia que Pedreira atribuye a la mocedad, y cómo estas nociones encuentran resonancia en la juventud actual, particularmente a la luz de las elecciones generales de 2024. Al considerar tanto los sueños truncados como las posibilidades abiertas en el discurso de Pedreira, se plantea una discusión crítica sobre la vigencia y el potencial de la juventud en la vida política puertorriqueña.
Pedreira (1968) comienza el ensayo afirmando un despertamiento juvenil que, aun con “actitudes esporádicas”, augura una nueva floración de la conciencia. Este establece una diferencia entre la juventud a la que él pertenece y la que le sigue. Esta última la enmarca en las “revelaciones germinales, cual flor de futuro, que son precisas alentar” (p. 137). La perspectiva de Pedreira está cargada de “atontamiento”, incertidumbre y pesimismo de aquellas generaciones que vivieron intensamente el cambio de soberanía en 1898. De ahí que afirmara: “somos una generación fronteriza, batida entre un final y un comienzo, sin saber a dónde dirigir las requisiciones necesarias para habilitar nuestra responsabilidad” (p. 138).
Durante la década de 1930 en Puerto Rico se enfrentaron grandes complicaciones. Como bien señala el académico José Luis Méndez, en su libro Las ciencias sociales y el proceso político puertorriqueño (2005), el fracaso del monocultivo de la caña que sostenía el modelo económico vigente, el absolutismo burocrático colonial y la campaña asimilista de la política cultural y educativa fueron algunas de las circunstancias que acaecían en el archipiélago borincano.
De igual forma, la escritora, profesora y crítica literaria Mercedes López-Baralt (2001) resalta el contexto de la época que sirvió de fundamento para lo que llama: un “renacimiento intelectual en la isla” (p. 47). A saber, a nivel mundial surgían el nazismo y el fascismo en Europa, se desataron las purgas estalinistas, rompió la Guerra Civil española y la Gran Depresión de 1929. Esta última tuvo un impacto directo y devastador en Puerto Rico para la industria cafetalera, entre otras áreas.
El periodo aproximadamente de 1929 a 1936 fue uno de convulsiones históricas que resultaron de estímulo oportuno para el pensamiento. La educadora y escritora Margot Arce de Vázquez, considera que se pudiera “retomar el hilo de nuestra expresión rota” (1950, p. 108) por la Guerra Hispanoamericana. Esta indica que el esfuerzo estuvo azuzado en el ámbito cultural por la labor del Ateneo Puertorriqueño, el Partido Nacionalista y el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, del que, de hecho, Pedreira fue miembro fundador, para sacudir y animar la conciencia de pueblo .
El análisis de Pedreira se cimenta en el estudio de las circunstancias que le rodeaban. Mientras anima sus esperanzas “cuasi-frustradas” con la generación que le sucede, añade severamente y sin vacilación que pareciera ser una generación de inválidos con raíces de decepción y fracaso. Una cepa atada al resentimiento y quimeras que no le permiten hallar un camino más corto para redescubrir a Puerto Rico. Hace, pues, un comentario contundente: “… [la juventud] delega demasiado y hay responsabilidades que no se pueden delegar” (Pedreira, 1968, p. 139).
Frente a este panorama, Pedreira propone dicho análisis, no obstante, de carácter nacional y dirigido a entender por qué y cómo somos los puertorriqueños. En su último ensayo de interpretación se dirige a la juventud: a aquellos que cargaban la responsabilidad y también con el reto de trabajar en la construcción de un proyecto de país. Sobre la importante encomienda que hiciera Pedreira a la juventud en su tiempo, por su parte, el profesor de Estudios Hispánicos, Félix Córdova Iturregui (2024), articula esta idea como un proyecto de formación y establece que la referencia a la juventud va más allá de una sucesión lineal o cronológica:
Insularismo no es un momento destacado e incrustado en una línea de movimiento hacia el frente. No fue concebido de esta forma. Su pertinencia estriba en el terreno específico que ayuda abrir: el espacio del debate con un intercambio dialógico duradero. Los jóvenes como nueva y más enérgica generación no recogen simplemente un batón. Por el contrario, se instalan en el interior del terreno multidireccional, propio de la cultura, para pensar los problemas con su criterio independiente, profundizando el proceso de creación de país. (p. 231-232)
Visto desde esta perspectiva, parece haberse concertado con exactitud un perfil definitorio e identitario entre las dos juventudes — la del 30’ y la actual —aludidas en este escrito. Es decir, la noción de la generación joven se sitúa en una posición activa, marcada por el diálogo y el análisis reflexivo. También, en una toma constante de decisiones y en la ejecución de acciones concretas y atrevidas de impacto trascendental. Este concepto alentador no estriba en la utopía, por el contrario, desde una mirada realista y consiente parece ser posible. No por emoción sino por la capacidad connatural e inherente que las nuevas generaciones manifiestan—sensibilidad y adhesión—en los esbozos del “hogar-país-nación” que sueñan tener.
Los jóvenes de este tiempo, lejos del sentimentalismo, son el resultado de grandes generaciones de intelectuales, docentes, filósofos y filósofas, funcionarios públicos que surcaron pensamientos y conciencias. Les caracteriza una diligencia imperante que rechaza la evasión o, peor aún, la inercia para abrirse paso a la gestión en cualquier ámbito.
Pedreira, por su parte, hace un comentario que recoge, en gran medida, la tesis de esta investigación y retrata con precisión el sólido levantamiento de la juventud puertorriqueña actual:
Yo no creo que la juventud debe desentenderse de la política, mucho menos en nuestra época en que el fino arte está desorbitado. ¡No! La juventud no puede ni debe inhibirse de ayudar a buscar el ritmo perdido en nuestras luchas y su obligación primera es acompasar ese ritmo a la armonía de los demás intereses que forman la síntesis de nuestro pueblo. (1968, p.145)
El autor ataja la languidez y el marasmo de la juventud con una sugerencia directa y coercitiva. La narrativa, que fácilmente se extiende hasta estos días, es la señal para enfilar las voluntades y responder en afirmativo ejerciendo con alta estima y rigurosidad el arte de gobernar. De este modo, sugiere la inserción de mentes jóvenes — enérgicas y con nuevos bríos — en todos los puestos de gobierno, en las discusiones sobre política pública y desde cualquier escenario posible. Este llamado, sin embargo, para nada se refiere a rellenar escaños de manera decorativa ni a los extremos de la perdición: la improductividad o el caudillismo posmoderno.
Ahora bien, los comicios del 2024 estuvieron marcados por una amplia participación. A pesar de los tropiezos y desaciertos de la Comisión Estatal de Elecciones y de la Junta de Comisionados Electorales, el proceso de inscripción continuó. Por supuesto, los servicios se brindaron y garantizaron, en gran parte, debido a la resistencia que los ciudadanos ejercieron: entiéndase protestas, la presión mediática y permaneciendo en las filas de inscripción. Esto también es Política y allí estuvo la juventud presente. Ya lo decía Pedreira (1968): “La juventud tiene que […] crear las resistencias obligatorias y poner bajo un martillo de justicia social las ideas torcidas que han declarado la guerra a la conciencia” (p. 146).
Según Irizarry (2024), líderes de organizaciones para la movilización del voto reconocieron que esta población joven (entre 18 y 35 años) no solo abrió espacios para insertarse en los procesos, sino que participó activamente antes, durante y después del 5 de noviembre de 2024. También, Danisamuel Soto (como se cita en Irrizary, 2024), fundador del blog “Política en arroz y habichuelas”, indicó que un aspecto clave en la reciente movilización fue promovido por el interés en conocer quiénes eran los candidatos y cuáles eran sus propuestas. De esta manera, se demostró una participación crítica en la elección. La juventud puertorriqueña aprovechó herramientas tecnológicas como las redes sociales y los diarios digitales para sostener un activismo político constante. También, ocuparon los escenarios necesarios para educar y movilizar desde ambos flancos, es decir, tanto en el bipartidismo tradicionalcomo en el fenómeno de la Alianza de País (Irizarry, 2024).
Como si fuera poco, muy similar al tercer decenio del siglo XX, la juventud del siglo XXI se encuentra en medio de un complejo entramado de problemas. De hecho, el profesor de Ciencias Políticas, Javier Colón Morera, establece que:
Aunque durante la primera mitad del siglo pasado la isla experimentó un desarrollo económico significativo, que mejoró la calidad de vida de sus habitantes, en años más recientes los políticos que se alternaron el poder han estado marcados por la corrupción y una cuestionable administración del gasto público (como se cita en Ávila-Claudio, 2024).
Es decir, como se esboza al principio de la narración de Pedreira (1968), pareciera que se ha superado la orfandad de la “madre histórica” y la desdicha del “padrastro rico emprendedor” (p. 138). En adición, se ha aprendido, con convicción y coraje, a “redirigir nuestras requisiciones” (p.138). Es que, con las demandas de los tiempos recientes y las exigencias éticas y morales — más bien, de sentido común —, se espera que se construya el país querido. La juventud puertorriqueña actual se ha mostrado decidida a establecer sin vacilación los nuevos términos y condiciones para tener una vida digna. De hecho, la exsenadora y abogada Zoé Laboy Alvarado (2025) comentó en una columna para el periódico El Nuevo Día:
Por la cantidad y calidad de comentarios y por sus preguntas, confirmé que estos jóvenes serán los héroes y heroínas que no permitirán que generaciones nacidas después de ellos tengas menos derechos. Muchos expresaron su interés de participar activamente en los asuntos que impactan a Puerto Rico y escucharlos fue una experiencia gratificante. (párr. 9-10)
La senadora, luego de dar una charla sobre su experiencia en el ruedo político, reaccionó con complacencia al percibir un entusiasmo alentador entre sus oyentes universitarios. Ante el complejo panorama emergente, les sugirió mantenerse vigilantes ante las acciones del gobierno y, sobre todo, “emitir mensajes exigiendo las acciones que consideren correctas y denunciar aquello que es injusto” (Laboy, 2025).
En la actualidad, con las mejores intenciones y deseos, constantemente y cada vez con mayor dificultad, la generación ascendente defiende los espacios que le corresponden. La cancelación o exclusión son algunos de los obstáculos que se podrían resaltar y son, en efecto, algunos de los causantes del frecuente desinterés entre la juventud hacia el proceso político de Puerto Rico. No muy lejos de esta realidad contemporánea, Méndez (2005) comenta que la juventud del 30’ estuvo cautiva por el sistema colonial, la actitud errática de los partidos existentes y paralizada por el tribalismo imperante. Los jóvenes profesionales e intelectuales puertorriqueños de entonces fueron marginados, ya sea por el modelo económico sin futuro o la falta de calidad de vida, y excluidos del proceso sociopolítico.
Como contrarresto, la generación más joven actual lidera un movimiento filosófico, político y social que rechaza dicha exclusión y reconoce losescenarios educativos como piezas fundamentales para la creación de la conciencia colectiva. Un aspecto ineludible de la sociedad. La juventud se ha mostrado dispuesta, en servicio genuino, para asumir la administración y la discusión pública. Bay (1969), en su artículo “El activismo político estudiantil”, estableció una hipótesis sobre la relación entre la educación y la participación en el proceso político del país. Explica que el futuro de la protesta estudiantil se deriva en parte de las tensiones crecientes entre las necesidades de la juventud y las estructuras educativas. No es secreto que distintos intereses económicos, políticos e ideológicos asedian constantemente a la Universidad de Puerto Rico. Dicha institución se ha enfrentado a un sinnúmero de retos, derivados de diversos factores que van desde recortes presupuestarios y la intromisión político-partidista en detrimento de la autonomía universitaria hasta la merma de la matrícula. No obstante, entre los reclamos de la juventud universitaria, la vasta mayoría coincide en la defensa de las instituciones educativas que constantemente son asechadas; específicamente, la universidad pública y “accesible”.
Por otro lado, Pedreira (1968) continúa exaltando la juventud e invitándola a “abrir la carpa del entusiasmo” (p. 143) propio de la misión, para inyectar alegría en el cuerpo desgastado de la sociedad y encender las luces del ánimo en lo más recóndito del espíritu puertorriqueño. Esa invitación se hace avenida franca para los jóvenes de este tiempo ante el menosprecio y la censura por parte de sectores que resultan aprensivos — como señaló Pedreira — a la sangre nueva, el optimismo y la sanidad. Entonces, resulta preciso recuperar las palabras que compartió Hostos (1939) al apelar a la perseverancia: “Vosotros los que, en vez de vivir, peregrináis, seguid con paso firme: la desdicha que os espera es tan gloriosa que no la trocaréis por la inútil felicidad de los felices” (p. 33). La juventud puertorriqueña actual ha demostrado aplicar con excelencia el peregrinaje esperanzador, afirmada en el deseo del bien colectivo; avanzar con tesón y esmero, pero con el coraje y la entereza para señalar lo que debe corregirse; denunciar lo que debe condenarse y vaciar los brazos llenos de individualismo para ponerlos a la disposición en el quehacer del país. Eso, bien lo dice Hostos, producirá desdicha, mas nunca insatisfacción, sino gloria y honra a las manos humildes de una generación fronteriza y laboriosa. Parece que falta confianza entre los jóvenes de este tiempo y estos la pueden hallar en la unión y reconocimiento de su valía.
Es apropiado aclarar que esta investigación no pretende emitir juicio sobre el resultado de las elecciones — aunque histórico —, sino reflexionar en la participación y el rol de la juventud en el proceso político a la luz del retrato que Pedreira hiciera. Luego de los comicios del 2024, fue evidente la contundente manifestación del voto joven. A lo largo del terruño, personas entre los 23 y 35 años se presentaron como opciones encaminadas a ocupar distintos escaños. Fiel ejemplo de esto pueden ser los casos de José Rivera Santiago en el municipio de Cayey; Adriana Gutiérrez Colón, representante por acumulación e, incluso, Wilmer Reyes Berríos, senador por el Distrito de Guayama (Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico, 2024). Igualmente, legisladores municipales en todos los pueblos y muchos otros que se hicieron disponibles para el servicio público.
En otras palabras, este momento histórico fue marcado por un interés diligente de la juventud que no es, en lo absoluto, un “síndrome situacional” sino una ventana de posibilidades reales, cercanas y evidentes abierta de par en par.
Pedreira (1968) culmina con un párrafo estremecedor que sacude la conciencia y el corazón de cualquier lector. El ensayista afirma:
Podéis pensar, jóvenes de mi tiempo, que la historia empieza ahora, que sois vosotros los llamados a llenarla, a darle el contenido que todo hombre puro quisiera para su patria. Si queréis ser leales con vosotros mismos y leales con las demandas del momento en que vivimos tenéis que maniobrar por todos los caminos de la historia y cifrar con esmero vuestra conducta, para que algún día caiga satisfecha en sus anales. De lo contrario seréis siempre una juventud cronológica, cargando sin remedio con vuestras arcas vacías. Atended al divino tesoro, pues el título más alto se puede convertir en mote. (p. 148)
La juventud puertorriqueña actual parece rehusarse al estancamiento y la indiferencia. Ha quedado en evidencia que la criticidad, el análisis y, sin dejar en el olvido, la combatividad son características propias. El pase de batón de los entuertos generacionales sin resolver no es una cualidad de estos hombres y mujeres que, en la sucesión de los tiempos, han preferido hacer un alto y dar un paso al frente.
Conclusión
Pedreira (1968) plantea una pregunta que no admite una única respuesta, sino diversas interpretaciones: “¿Han pensado los jóvenes virtuosos contemporáneos en la fecunda cooperación que todos esperamos de ellos?” (p. 147). En el contexto histórico actual, se reconoce que los jóvenes tienen un compromiso con la patria y que la sociedad puertorriqueña espera que se cumpla con responsabilidad este deber. La pregunta de Pedreira invita a reflexionar sobre si se están aprovechando las capacidades y los talentos individuales en beneficio del colectivo.
Se observa que la generación actual de jóvenes debe desarrollar fortaleza y responsabilidad desde cualquier espacio en el que se encuentre. Lejos de actitudes de altanería, se reconoce la responsabilidad de ser la generación fronteriza a la que se refería Pedreira, pero con un enfoque en los ideales de justicia social. Se reconoce, además, que aún existen desafíos por enfrentar y caminos por recorrer. En una entrevista, Eduardo Galeano indicó —mientras recordaba las palabras del cineasta Fernando Birri — que “la utopía está en el horizonte” (Decrecimiento, 2012, 1:07) y puede adelantarse cada vez que se persigue. Sin embargo, es necesario avanzar con perseverancia y colaboración.
Se considera el momento oportuno para asumir el compromiso de servir. Es necesario preparar las capacidades individuales para cumplir con las demandas de la patria. La juventud puertorriqueña ha demostrado estar a la altura de este deber, tal como lo planteó Pedreira (1968): “…el momento es propicio y hay que aprovecharlo […] creer en nosotros para crearnos” (p. 148). Finalmente, corresponde honrar estos valores promoviendo la esperanza y el compromiso ciudadano, contribuyendo activamente al desarrollo de la sociedad.
Referencias
Arce de Vázquez, M. (1950). Impresiones: Notas puertorriqueñas (Ensayos). Editorial Yaurel.
Ávila-Claudio, R. A. (2024, octubre). Puerto Rico: las razones del masivo e histórico apoyo en la isla a un candidato independentista que quiere ser el nuevo gobernador. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/ckgrykk9yl9o
Bay, C. (1969). El activismo político estudiantil. Revista de Ciencias Sociales, 13(4), 499-528.https://revistas.upr.edu/index.php/rcs/article/view/9191/7584
Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico. (2024). Escrutinio general de las elecciones generales 2024. https://elecciones2024.ceepur.org/
Córdova Iturregui, F. (2024). Insularismo de Antonio S. Pedreira: el investigador y el artista. Centro de Investigaciones Folklóricas de Puerto Rico, Inc. (Casa Paoli); Publicaciones Gaviota.
Decrecimiento. (2012). Eduardo Galeano: ¿Para qué sirve la utopía? [Video].
YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=GaRpIBj5xho&t=4s
Hostos, E. M. (1939). La peregrinación de Bayoán. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-peregrinacion-de-bayoan/
Irizarry, M. A. (2024, noviembre). Jóvenes en Puerto Rico se insertaron en los procesos electorales desde mucho antes del 5 de noviembre, aseguran activistas del voto. El Diario NY. https://eldiariony.com/2024/11/26/jovenes-en-puerto-rico-se-insertaron-en-los-procesos-electorales-desde-mucho-antes-del-5-de-noviembre-aseguran-promotores-del-voto/
Laboy, Z. (2025, febrero). Firme compromiso de esperanza. El Nuevo Día. https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/firme-compromiso-de-esperanza/
López-Baralt, M. (2001). Sobre ínsulas extrañas: el clásico de Pedreira anotado por Tomás Blanco. Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
Méndez, J. L. (2005). Las ciencias sociales y el proceso político puertorriqueño. Ediciones Puerto.
Pedreira, A. S. (1968). Juventud, divino tesoro. En Insularismo: Ensayos de interpretación puertorriqueña. (p. 137-148). Editorial Edil. Recuperado de https://archive.org/details/Insularismo
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