Psicología del dinero y economía del comportamiento en la población latinoamericana

Psychology of Money and Behavioral Economics in the Latin American Population  

Niwdeyris Soto Caro 
Departamento de Biología 
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP

Recibido: 25/09/2025; Revisado: 17/11/2025; Aceptado: 23/11/2025 

Resumen 
En la siguiente investigación bibliográfica se examina la psicología del dinero y la economía del comportamiento en la población latinoamericana. Se analiza cómo los factores psicológicos, sociales, culturales y cognitivos influyen en las decisiones financieras, destacando el significado simbólico del dinero y su impacto en las emociones, las actitudes y las conductas económicas. En la región, la falta de salud y de educación financiera suele generar endeudamiento, estrés económico y desigualdad. También se consideran factores como la cultura, las creencias y la clase social en la percepción y el uso del dinero. Finalmente, se proponen estrategias de educación e inclusión financiera para fortalecer la estabilidad económica y la calidad de vida. 

Palabras clave: alfabetización financiera, salud financiera, desigualdad económica, actitudes económicas 

Abstract 
In the following bibliographic research, the psychology of money and behavioral economics in the Latin American population are examined. The analysis explores how psychological, social, cultural, and cognitive factors influence financial decisions, highlighting the symbolic meaning of money and its impact on emotions, attitudes, and economic behaviors. In the region, the lack of financial health and education often leads to indebtedness, economic stress, and social inequality. The study also considers elements such as culture, beliefs, and social class in shaping how people perceive and use money. Finally, it proposes financial education and inclusion strategies to strengthen economic stability and overall quality of life. 

Keywords: financial literacy, financial health, economic inequality, economic attitudes  

Justificación  

La psicología del dinero se refiere al estudio de la conducta de un individuo respecto al dinero, mientras que la economía del comportamiento estudia cómo los factores psicológicos, sociales y cognitivos afectan nuestras decisiones económicas (Housel, 2021). El dinero no solo posee un valor material, sino que también tiene un significado simbólico que se expresa a través de afectos, emociones, deseos y actitudes (Redondo, 2009). Algunas de las emociones negativas vinculadas al dinero son el miedo, la culpa, la vergüenza y la envidia (Housel, 2021). Por lo tanto, es fundamental reconocer y ser conscientes de los factores que influyen en nuestro comportamiento económico y en cómo manejamos el dinero, pues de ello depende nuestra salud financiera. Comprender la función del dinero es importante, pues nuestra sociedad gira en torno a él. El dinero permite adquirir bienes y servicios y, de este modo, poseerlos. En la actualidad, la adquisición y posesión de bienes suelen asociarse a la valía personal y social (Redondo, 2009). De esto depende que una persona pueda cubrir sus necesidades vitales; por lo tanto, define su calidad de vida y estatus social.   

La salud financiera es fundamental, ya que se relaciona con la estabilidad y el bienestar económico de una persona. Entre las consecuencias más frecuentes de una mala salud financiera, especialmente en la población latinoamericana, se encuentran el endeudamiento excesivo, la falta de ahorros y el estrés financiero. Es un hecho que la comunidad latina tiene niveles muy bajos de educación financiera. Por ello, decidí realizar este trabajo para comprender factores como la desigualdad y la cultura que influyen en las decisiones financieras de la población latinoamericana, con el fin de promover el desarrollo económico y mejorar la inclusión financiera (García et al., 2013). Además, este análisis permitirá identificar los elementos de la cultura familiar latina que pueden afectar el comportamiento económico. 

Objetivos 

Este trabajo tiene como propósito definir la psicología del dinero y su relación con la economía del comportamiento, evaluar las consecuencias de la falta de educación y salud financiera en Latinoamérica, identificar los factores psicológicos, sociales, culturales, cognitivos y otros que influyen en el comportamiento frente al dinero y en la toma de decisiones económicas de los latinoamericanos, así como reconocer estrategias efectivas para promover la educación financiera y económica en la región. 

Psicología del dinero 

La psicología del dinero es el estudio de cómo una persona se comporta en relación con el dinero, considerando su actitud, comportamiento y decisiones respecto a él (Redondo, 2009). Su enfoque consiste en entender cómo el dinero influye en las decisiones financieras y económicas de un individuo, considerando al mismo tiempo el valor simbólico y el material del dinero (Burgoyne & Lea, 2006). Es decir, esta ciencia evalúa la relación de las personas con el dinero respecto de deudas, gastos y ahorros, y cómo esto puede afectar la satisfacción social del individuo y la forma en que se percibe a sí mismo.  

Según la psicología, cualquier comportamiento está mediado por factores físicos y procesos neurológicos (Burgoyne & Lea, 2006).  El comportamiento hacia el dinero y el placer que proviene de las personas al obtenerlo se da de dos maneras: mediante procesos cerebrales que evolucionaron para tratar con cosas que pueden ser intercambiadas por dinero, donde el dinero es utilizado como “herramienta”; o mediante procesos cerebrales en los que el dinero adquiere un rol similar al de una “droga”, generando respuestas que pueden ser desadaptativas (Burgoyne & Lea, 2006). Esto se debe en parte a que el dinero puede engañar el cerebro provocando un deseo, aunque no sea una necesidad. En este sentido, la forma en que una persona percibe el dinero determina su conducta o su comportamiento económico. 

La economía del comportamiento depende también de los factores psicológicos, sociales, culturales y económicos que pueden influir en la toma de decisiones financieras de una persona (Redondo, 2009). Gran parte del comportamiento económico está orientada al futuro, ya que las personas entienden que muchos gastos requieren tiempo para generar resultados (Redondo, 2009).  

Ambas partes se relacionan ya que la psicología del dinero ayuda a comprender por qué las personas toman ciertas decisiones financieras, mientras que la economía del comportamiento estudia los factores que influyen en la gestión de gastos. Estos dos campos resaltan la importancia de comprender y estudiar las creencias y emociones que subyacen a la toma de decisiones económicas, a fin de promover la salud financiera y una economía estable.  

Consecuencias de la falta de educación y salud financiera en Latinoamérica  

La educación financiera es esencial para que las personas puedan administrar adecuadamente sus recursos y las finanzas de sus familias. Algunos beneficios de la educación financiera son promover la toma de decisiones informadas y apropiadas, así como brindar herramientas para que las personas puedan defender sus derechos como consumidores financieros. Esto quiere decir que las personas con mayor nivel de educación e información financiera tomarán mejores decisiones sobre finanzas y, a su vez, favorecerán la estabilidad y el desarrollo del sistema financiero (García et al., 2013).  

América Latina y el Caribe son la región más desigual del mundo, como lo evidencian indicadores como el ingreso per cápita y el acceso a infraestructura y a los servicios básicos. (García et al., 2013). Esto refleja que los beneficios económicos no se distribuyen de manera equitativa. Sin embargo, según García et al. (2013), en la mayoría de los países de la región las tasas de inflación han disminuido, lo que ha favorecido la estabilidad macroeconómica y facilitado la compra de las personas. A pesar de estos avances, la pobreza y la desigualdad, según el Índice de Gini, siguen siendo elevadas: un tercio de la población latinoamericana vive en la pobreza (García et al.). En los países de Latinoamérica, las personas con menor nivel de educación financiera son las de bajos ingresos y las que viven en sectores financieramente excluidos (García et al.).  El acceso a los servicios financieros en la región es bajo, especialmente en lo que respecta al crédito, debido a la falta de promoción de la competencia y al desarrollo insuficiente del sistema financiero. Muchos bancos tradicionales no son eficientes, ya que cobran altas comisiones, lo que desincentiva su oferta de servicios a personas con bajos ingresos (García et al., 2013). Según los autores, en la tabla presentada en su investigación titulada “La educación financiera en América Latina y el Caribe”, solo el 39% de los adultos en esta región tienen una cuenta bancaria formal. Esto refleja el desconocimiento de las personas sobre las ventajas de tener una cuenta bancaria y sus requisitos, así como la percepción de no contar con ingresos suficientes ni con un empleo estable, y la desconfianza hacia las instituciones financieras. Además, el acceso financiero puede variar según grupos poblacionales como el género, el nivel educativo y la ubicación geográfica.   

La encuesta del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (citada en Grifoni et al., 2020), realizada en el 2011 en 16 países de la región, tuvo como objetivo investigar el acceso de las familias a servicios financieros como el crédito y el ahorro. Los resultados mostraron que más del 53% de los hogares realizan algún tipo de ahorro. Sin embargo, más del 80% de estas familias utilizan mecanismos alternativos a las cuentas bancarias, como el dinero en efectivo, bienes duraderos o planes de ahorro informales. Esta investigación reveló que, en promedio, solo un 19% de los encuestados hace uso del crédito. Muestra también que muchos hogares informaron haber recibido financiación de familiares y amigos, prestamistas y casas de empeño. Aproximadamente un 64% de estos hogares nunca han solicitado un préstamo, lo que puede ser un factor limitante de riqueza e ingreso, y un 70% de ellos nunca han solicitado crédito porque no quieren endeudarse, mientras que un 23% no conoce los requisitos para hacerlo (García et al., 2013).  

En Latinoamérica, la escasa educación financiera genera ignorancia sobre el funcionamiento del mercado de capitales y sobre términos financieros básicos como la tasa de interés, la inflación, el riesgo y la rentabilidad. La mayoría de la población no ahorra para su jubilación; las personas con ingresos menores solicitan dinero prestado a familiares y amigos (García et al., 2013). Como consecuencia de la exclusión financiera, las personas con mayores ingresos tienen mayor conocimiento sobre finanzas. Aunque las mujeres tienen menos conocimientos financieros que los hombres, son las responsables de gestionar el presupuesto del hogar (García et al., 2013).  

Factores que afectan el comportamiento económico de los latinoamericanos

El comportamiento respecto al dinero y la toma de decisiones financieras pueden verse afectados por varios factores, como la cultura, estatus social, educación financiera, factores cognitivos y psicológicos. La actitud financiera de un individuo abarca sus creencias, preferencias y respuestas emocionales ante asuntos financieros. El conocimiento financiero se asocia con resultados financieros más favorables (Singh & Katoch, 2024). Factores psicológicos, como el exceso de confianza, el miedo a la pérdida o al riesgo, pueden tener un impacto significativo en las decisiones económicas, como la inversión. El comportamiento financiero en la inversión se refiere a las complejas acciones, decisiones y patrones que exhiben las personas cuando interactúan con los mercados financieros y las oportunidades de inversión (Singh & Katoch, 2024). Varios factores, como la tolerancia al riesgo, la educación financiera, las condiciones del mercado y los sesgos psicológicos, influyen en este comportamiento. Singh y Katoch identificaron que las personas con una actitud proactiva y positiva hacia la gestión del dinero tenían más probabilidades de adquirir y retener conocimientos financieros, lo que refuerza la noción de que la mentalidad desempeña un papel crucial en la búsqueda de la educación financiera. Los hallazgos del estudio muestran un fuerte vínculo entre las actitudes financieras optimistas y las prudentes, lo que apoya la idea de que el pensamiento financiero de un individuo influye en su comportamiento. Las personas con actitudes financieras positivas tenían más probabilidades de participar en actividades financieras proactivas, como el presupuesto, el ahorro y la inversión.    

Kreuzbauer y Chiu (2008) señalan que “cuando las personas son pobres, desearían un aumento mayor del apoyo social para compensar el dolor psicológico de una mayor pérdida monetaria” (p. 149). Esto se relaciona con la observación de que el colectivismo y la armonía social se valoran más en países de bajos ingresos (Kreuzbauer & Chiu, 2008). El dinero y el apoyo social ofrecen comodidad y relajación, de modo que algunas personas los perciben como un recurso ilimitado, mientras que otras solo los utilizan para satisfacer sus necesidades, lo que afecta el uso que se les da. La perspectiva hacia el dinero y su uso puede ser afectada o influenciada por la creencia espiritual. Un ejemplo de esto lo menciona Redondo (2019), quien afirma que “muchas religiones encontraron en el desprendimiento un estilo de vida más sublime” (p. 5), lo que demuestra que las personas que piensen de esta manera perciben el dinero como algo negativo y provocan desinterés por la educación financiera. La procedencia del dinero influye en la perspectiva y valoración de este por parte de cada individuo. La edad de cada individuo también influye, ya que dependiendo de la etapa vital en la que se encuentre, será el significado que le dé al dinero (Redondo, 2019). El autor propone que “El psicoanálisis establece la conexión entre la adquisición de dinero y la búsqueda de seguridad” (p. 9). Además, menciona que las mujeres y las personas mayores utilizan el dinero con cuidado. Las personas de clase social alta están convencidas de que el dinero representa logro y, por lo tanto, no es malo, mientras que los jóvenes tienen un concepto negativo del dinero (Redondo, 2019). 

Estrategias para la educación financiera y económica de los latinoamericanos

Algunas estrategias para una mejor educación financiera y económica son las siguientes: un mercado laboral más inclusivo, que promovería la equidad, la estabilidad económica y la reducción de la pobreza; alfabetización financiera, para fomentar un vocabulario amplio y relevante; y la implementación de programas orientados a las necesidades y desconocimientos de su pueblo. Reconocer estas necesidades específicas de la población permitirá desarrollar programas y estrategias de educación financiera eficaces. Otras estrategias podrían ser: canales de educación financiera, charlas, seminarios, distribución de material educativo, sitios web, concursos y programas de formación. Los programas educativos y las intervenciones deben enfatizar no solo la transmisión de conocimientos, sino también la inculcación de habilidades y hábitos financieros prácticos. Las actitudes, los comportamientos y la alfabetización pueden mejorar significativamente el desarrollo de intervenciones específicas y de programas educativos, lo cual es crucial porque la educación financiera es un componente importante del bienestar personal y social (García et al., 2013). 

En Latinoamérica y el Caribe, las estrategias nacionales de educación y alfabetización financiera se han reafirmado como políticas públicas clave para fortalecer la estabilidad económica, reducir la pobreza y fomentar la alfabetización financiera de la población. Dichas estrategias buscan unir los esfuerzos de diversas instituciones, como la gubernamental, la educativa y la privada, con el fin de mejorar las capacidades financieras y el acceso equitativo a los servicios financieros (Grifoni et al., 2020). Los gobiernos tienen la responsabilidad de crear, financiar y coordinar estas políticas, siendo apoyados por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Banco Mundial y la CAF, que formulan normas y estrategias de implementación. De la misma manera, las instituciones educativas, como las universidades, los ministerios y los bancos centrales, contribuyen a la creación de programas de enseñanza, integrando la educación financiera en los currículos escolares y fomentando el aprendizaje desde edades tempranas (Grifoni et al., 2020). Además, Cordero y Pedraja (2018) destacan que la población escolar (niños y adolescentes) debe ser la prioridad de las políticas públicas de educación financiera, ya que es la etapa más efectiva para formar competencias duraderas y prevenir errores financieros futuros. Por otro lado, el sector privado colabora mediante alianzas que aportan recursos financieros, conocimientos técnicos y apoyo para promover la educación financiera. Es importante destacar que la participación del sector privado requiere una regulación clara para evitar conflictos de intereses (Grifoni et al., 2020). Al mismo tiempo, Cordero y Pedraja (2018) destacan que países como España han desarrollado estrategias nacionales lideradas por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en colaboración con instituciones privadas y educativas, con el fin de promover una cultura financiera más sólida entre la ciudadanía. 

En América Latina, las estrategias nacionales de inclusión y educación financiera han surgido en los últimos años como herramientas para fortalecer la estabilidad económica, reducir la pobreza y promover la alfabetización financiera mediante la cooperación entre gobiernos, instituciones educativas y el sector privado. Sin embargo, estas políticas aún enfrentan desafíos de coordinación entre instituciones, financiamiento y continuidad, debido a la diversidad de estructuras gubernamentales y a su reciente implementación (Grifoni et al., 2020). Por otro lado, países como el Reino Unido han desarrollado modelos más avanzados y estables de educación financiera. En este país, la enseñanza de competencias financieras se incorporó de manera obligatoria al currículo escolar en 2014, abarcando contenidos como ahorro, impuestos, crédito y planificación del gasto, con el objetivo de preparar a los estudiantes para la toma de decisiones económicas responsables (Cordero & Pedraja, 2018). En América Latina las estrategias aún dependen en gran medida de la cooperación interinstitucional y del apoyo de organismos internacionales. Por el contrario, el Reino Unido presenta una política más institucionalizada y sostenible, basada en la integración de la educación financiera en todos los niveles educativos y en la colaboración constante entre el Estado y el sistema escolar. En resumen, aunque América Latina continúa fortaleciendo el desarrollo de sus políticas de educación financiera, el Reino Unido representa un ejemplo más avanzado y organizado que puede servir de guía para mejorar la alfabetización financiera en los países latinoamericanos. 

Conclusión  

Esta investigación aborda la psicología del dinero y la economía del comportamiento en la población latinoamericana y busca destacar la complejidad de las decisiones financieras y descubrir cómo estas son influenciadas por actitudes, emociones y comportamientos. En América Latina hay mucha desigualdad económica, así como falta de educación financiera. Esto lleva a los latinoamericanos al endeudamiento excesivo, al límite de los accesos a los servicios formales y al estrés financiero. Estas dificultades reflejan barreras culturales y de sistema, desde desconfiar de las instituciones financieras, como los bancos y las cooperativas, hasta el desconocimiento de conceptos básicos e importantes, como el ahorro formal y las tasas de interés. Comprender de qué manera las emociones y los pensamientos influyen en las decisiones económicas ayuda a promover estrategias que fomenten la salud financiera, mejorando así la estabilidad económica del individuo y, a su vez, contribuyendo al desarrollo económico de la región.  

Los objetivos de esta investigación han permitido identificar los factores que influyen o afectan en la toma de decisiones económicas y proponer posibles soluciones, como programas de alfabetización financiera diseñados específicamente para solucionar las necesidades específicas de la población; la integración de herramientas educativas prácticas, promoviendo la inclusión financiera, reduciendo la desigualdad y fortaleciendo la economía; promover un cambio positivo en las actitudes hacia el dinero y educación financiera, a través de iniciativas culturales y educativas, lo que resulta esencial para sobrepasar las limitaciones actuales y abordar el comportamiento económico. Todas estas acciones mejorarían la calidad de vida de las personas latinoamericanas y, más allá de eso, impulsarían un futuro equitativo para la sociedad y fomentarían una economía resiliente. 

Referencias 

Burgoyne, C. B., & Lea, S. E. G. (2006). Money is material. Science, 314(5802), 1091–1092. https://www.jstor.org/stable/20032820 

Cordero, J. M., & Pedraja, F. (2018). La educación financiera en el contexto internacional. Cuadernos Económicos de ICE, 95(1), 239–258. https://digital.casalini.it/4457065  

García, N., Grifoni, A., López, J. C., & Mejía, D. (2013). La educación financiera en América Latina y el Caribe: situación actual y perspectivas (Serie Políticas Públicas y Transformación Productiva, N.º 12). CAF – Banco de Desarrollo de América Latina. https://scioteca.caf.com/handle/123456789/379  

Grifoni, A., Mejía, D., Morais, S., Ortega, S., & Roa, M. J. (2020). Estrategias nacionales de inclusión y educación financiera en América Latina y el Caribe: retos de implementación. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y CAF – Banco de Desarrollo de América Latina. https://scioteca.caf.com/handle/123456789/1605 

Housel, M. (2023). La psicología del dinero: cómo piensan los ricos: 18 lecciones sobre riqueza y felicidad (A. Figueras Deulofeu, Trad.). Editorial Planeta. (Obra publicada originalmente en 2020) 

https://pdlibroschl.cdnstatics2.com/usuaris/libros_contenido/arxius/61/60739_La_psicologia_del_dinero.pdf  

Kreuzbauer, R., & Chiu, C. yue. (2008). The psycho-economics of money and social support. Psychological Inquiry, 19(3–4), 148–152. https://doi.org/10.1080/10478400802608822 

Redondo, A. (2019). Conducta económica y psicología del dinero. II Congreso Internacional de Investigación, 2 al 14 de noviembre de 2019, La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/17371  

Singh, P., & Katoch, R. (2024). The dynamic trio: Investigating the impact of financial attitude and behavior on the development of financial literacy. Library Progress International, 44(3), 9591–9604. https://doi.org/10.48165/bapas.2024.44.2.1 


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Posted on December 12, 2025 .