Christian A. Colón Maldonado
Departamento de Sociología y Antropología
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP
Recibido: 5/02/2025; Revisado: 29/05/2025; Aceptado: 29/05/2025
Desde una esquina de Río Piedras borracho
Desde mi eco, la memoria,
como agua que se derrama
sobre la tierra incandescente,
y media indecente,
a quienes la habitan,
a quienes la hurtan,
a quienes la mastican con sal:
Págate otro round
y mira al futuro,
hallarás un cañón,
el cañón que dejó el Elegido
sobre su tumba.
Mira al pasado,
y compra flores para tu madre.
La vida, al final, es un brindis
de la añoranza ceñida
en Medalla y Cuba Libre
“¡Salud y República!”
Así pasan los días,
lentos, solemnes,
dejando una sombra larga
sobre nuestras sienes.
Quizás un día nos ahorcaremos
sobre lo que hemos construido
encima de nuestra realidad.
Al final, detenerse es igualmente suicida
y solo se vale morir por la patria,
más bien por lo humano,
quizás por lo bello, quizás por ti.
Entretanto, venden la loma del tamarindo;
Maripili endosa a JGo
y a Sonya se le terminan de caer los dientes.
Pero no te confundas,
que se sepa que soy optimista
que intento aun leer todo lo nuevo,
hasta las columnas aburridas
que escribes en Claridad.
Que todavía creo en la Patria Nueva
y en beber de 7 a 11 en el Refugio.
¿Te ofendí, quizá? Perdona.
Mis pensamientos se precipitan,
por el meollo de mi mente,
y esta lengua mía
(torpe, cansada, acaso ebria)
apenas logra articular
la forma justa, el término exacto,
que les vista con el ropaje
de la palabra más precisa.
…Ve al mar,
Comete un carrucho,
lee una novela,
enciende un cigarro.
Contempla las orquídeas
que cuido en casa.
Sé que no es de nobles
hablar en exceso;
que siempre se dice menos
para que el misterio perdure.
Pero ya no puedo más,
y debo, al fin, confesar
lo que llevo guardado hace tiempo:
es cierto, lo sé…
mi cabello ya no es rubio natural.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.