Secreto entre paredes: la violencia intrafamiliar contra menores en Puerto Rico entre los años 2018-2023

Secret behind walls: intrafamilial violence against minors in Puerto Rico between 2018 and 2023  

Jaime Ramírez Villa 
Departamento de Sociología y Antropología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

 Adrián Torrens Oliveras 
Departamento de Historia del Arte 
Facultad de Humanidades, URP RP 

 Alexxa Cruz Gotay 
Departamento de Sociología y Antropología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP 

 Alani Rojas O’Neill 
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, URP RP 

 Recibido: 21/02/2025; Revisado: 7/04/2025; Aceptado: 30/04/2025

Resumen 

La criminalidad es uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad puertorriqueña contemporánea. Nuestra investigación busca sumarse al esfuerzo llevado a cabo por el gobierno y otras organizaciones, al identificar al perpetrador más común en los casos de violencia intrafamiliar contra menores por edad y sexo entre los años 2018-2023. Esto, con el fin de agilizar y concretar cuál debería ser el enfoque del gobierno al enfrentarse a este tipo de casos y al tratar de manejar la prevención o la intervención temprana. Según las estadísticas que encontramos, notamos que la tendencia en este tipo de violencia es que la perpetradora es la madre, mayormente entre los 24-35 años. 

Palabras claves: criminología, violencia intrafamiliar, negligencia, abuso sexual, menores, maltrato físico 

Abstract 

Crime is one of the biggest challenges that contemporary Puerto Rican society faces. Our investigation seeks to help governmental agencies and other organizations’ efforts in identifying the most common perpetrator in cases of interfamilial violence against minors, categorizing age and gender between the years 2018 and 2023. This will help expedite and specify the government’s focus when working on these types of cases and managing the prevention and immediate intervention. According to the statistics we found, we noticed that the tendency for this kind of violence is that the main perpetrator is the mother, who is usually between the ages of 24 and 35 years old. 

Keywords: criminology, interfamilial violence, negligence, sexual abuse, minor, physical mistreatment  

Introducción 

La criminalidad es uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad puertorriqueña contemporánea. Cada vez parecen ser más abundantes los casos de violencia doméstica, maltrato infantil, acoso sexual, feminicidios, “carjackings”, robos, secuestros, corrupción pública, asesinatos relacionados al narcotráfico, los “hit and runs”, entre muchos otros. Estos sucesos trágicos son cubiertos diariamente por los medios de comunicación, especialmente por los medios televisivos como las noticias o los medios tradicionales como la prensa escrita. La violencia parece ser constante y sin una fuerza que la frene. El número de casos mediáticos reportados de violencia perpetrada en los hogares anualmente revela la triste realidad que enfrentamos como país. Aún más, información tan reciente como este año evidencia la importancia de buscar soluciones de país a estos problemas que comienzan en muchos casos desde el hogar. Por tal razón, el enfoque de esta investigación es la violencia contra menores en Puerto Rico entre los años 2018-2023. En concreto, buscamos conocer: quiénes son los perpetradores más comunes de violencia intrafamiliar contra menores tomando en cuenta dos factores: la edad y el sexo. 

Sobre la violencia sexual, se han visto casos sumamente mediáticos como el de Alexis Alicea Torres (Primera Hora, 2023) y reportajes publicados en revistas digitales, como Es Mental. Esta última publicó “Incesto: el crimen sexual oculto en Puerto Rico” (2023), por Dalila Olmo López, el cual señala que los casos de incesto son más comunes en el centro de la isla y cometidos por hombres. Al igual que el artículo de Muñiz et al. (2017), Olmo López destaca la poca comunicación interagencial como uno de los mayores problemas que enfrenta el gobierno para confrontar el problema de violencia contra menores en la isla.  

El 9 de noviembre del 2023, la Cámara de Representantes aprobó el Proyecto de la Cámara 1333 que buscaba declarar un estado de emergencia ante la violencia infantil en Puerto Rico, al cual el Departamento de la Familia había presentado oposición el 5 de diciembre del 2022. El P. de la C. 1333 señala, entre muchas cosas, la falta de atención por el Departamento de la Familia a más de 10,000 querellas de maltrato infantil. Dicho problema, según Guillama Capella (2024), estaba siendo atendido por la exsecretaria de la Agencia, Cieni Rodríguez Troche, quien “aseguró que la brecha podría cerrarse (...) en los primeros meses de 2025”.  

Nuestra investigación busca sumarse al esfuerzo llevado a cabo por el gobierno y otras organizaciones, identificando el perpetrador más común por edad y género para agilizar y concretar cuál debería ser el enfoque del gobierno al enfrentarse a este tipo de casos y al tratar de manejar la prevención y/o la intervención temprana. 

Revisión de literatura 

Walton y Pérez (2019) describen la violencia como “una forma de ejercicio del poder que facilita la dominación, opresión o supremacía a quien la ejerce y una posición de sometimiento o sujeción de quien la sufre” (p. 97). Una característica particular de la violencia es su indiferencia. No se preocupa por edad, raza, clase económica, relación, género, estatus político ni social. La violencia debe entenderse como un mal social que puede afectar a cada miembro de la sociedad, sin restricción alguna. Históricamente hemos sido testigos de violencia racial, policial, económica, política y social, entre otras tantas manifestaciones. Aun así, el tipo de violencia de mayor incomprensibilidad en las sociedades modernas tiende a ser la violencia intrafamiliar. Se debe, pues, a la importancia social que se le da a la familia. Zimmerman (2006), citado por González (2009), describe la familia en su carácter institucional como “la forma social fundamental del proceso de civilización humana” (p. 519). González además habla de la visión estructural funcionalista de la familia, representada por Parsons (1956), de la cual destaca:    

[E]l ‘sistema social familia’, concebido analíticamente como estructura de estatus y roles que deben desempeñar funciones especializadas, asignadas por la sociedad definida a su vez como sistema global. El comportamiento ocurre (...) como respuesta a un conjunto de expectativas complementarias asociadas a la ubicación de sus miembros dentro del sistema de roles familiares relacionados entre sí.  (p. 520)  

Por último, González aborda sobre la visión de la familia como un “sistema más o menos convergente de trayectorias individuales de los miembros de la familia” (p. 528) y bajo cual su configuración “se modifica en el tiempo según la fase concreta del ciclo de vida” (p. 527).  Estas exposiciones teóricas sobre el rol de la familia, dentro de un eje social (macro) y eje personal (micro), nos ayudan a comprender por qué la violencia intrafamiliar nos impacta como sociedad. La familia es el núcleo de ella. Dentro de la familia crecemos, nos formamos, nos conocemos y nos convertimos. Es un espacio de crecimiento y desarrollo mutuo donde, dentro de una visión social amplia, no debe haber lugar para el odio y la violencia. Tristemente, no solo existe, sino que además se destaca por su pluralidad de manifestaciones e influye en la repetición cíclica futura de este tipo de comportamiento como informa Nevares Muñiz (2008).  

La violencia intrafamiliar suele estudiarse mayormente como aquella que se da entre parejas, lo cual se conoce como violencia doméstica o violencia de género, pero también existe dentro de otros contextos. Se manifiesta entre hermanos, padres e hijos, hijos y padres, familiares y menores, al igual entre familiares y personas mayores. La violencia intrafamiliar ha de entenderse como aquella que transcurre entre miembros de la familia, sin importar los factores mencionados anteriormente. Flores Flores (2020) resalta algunas estadísticas importantes sobre el tema de la violencia intrafamiliar a nivel mundial. Recoge información provista por la Organización Mundial de la Salud (2014), la cual reseña:  

Una cuarta parte de toda la población adulta ha sufrido maltrato físico en la infancia. Una de cada cinco mujeres ha sufrido abusos sexuales en la infancia. Una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida. Un 6% de los adultos mayores ha sufrido maltrato en el último mes.  (p. 4)  

Como se destaca en los primero dos puntos de las estadísticas provistas por la OMS, dentro de las potenciales víctimas de maltrato o abuso, los menores son la población más susceptible a ser sujeto a victimización. Esto se debe a la facilidad con la que se les puede manipular o silenciar. Como consecuencia, pueden sentirse amenazados por el poder que el maltratante tiene sobre ellos o vulnerables, solos y perdidos ante la situación. Al no tener control total sobre sus vidas, muchas veces los casos de violencia contra menores son desconocidos dentro de sus círculos sociales. Tiende a ser el caso cuando hablamos de la violencia sexual o la trata humana realizada por familiares o figuras de poder dentro de la comunidad. La doctora Diana Cover Van Putten en el libro No nos dejes caer en la tentación: trata, pedofilia y corrupción de menores: historias y reflexiones de quienes la ejercen y quienes la sobreviven (2023) expone que “la pedofilia se comete en la mayoría de las ocasiones, por personas cercanas a las víctimas (...) Esta realidad añade una capa adicional de traición y confusión para las víctimas, ya que (...) se enfrentan con quien confiaban profundamente y ahora los ha lastimado” (p. 94). El resultado de esta relación de poder es el silencio y el miedo, en donde el victimario, directa o indirectamente, siempre tiene dominancia total sobre la víctima. Según Millán et al. (2006),  

Los expertos calculan que solo un 10 o un 20% de los casos de maltrato infantil salen a la luz. El miedo, la sensación de culpabilidad, sus sentimientos ambivalentes hacia su agresor, su corta edad y las barreras estructurales con las que tropiezan, les impiden expresar las brutalidades que sufren. Sin embargo, los datos que se conocen, que si salen a la luz, muchas veces a través de los medios de comunicación, han llegado en términos de cifras de morbilidad, mortalidad, humillación y daño emocional que provoca en los niños, debe ser un importante motivo de preocupación para todos los miembros de la sociedad, y particularmente para aquellos encargados de la salud infantil. (p. 8)  

En Puerto Rico, las cifras que se conocen son alarmantes. Para contrarrestar el crecimiento de la violencia infantil en Puerto Rico, el gobierno ha variado en sus estrategias y respuestas. El Poder Judicial de Puerto Rico (2023) define la violencia contra menores como “toda acción u omisión intencional del padre, de la madre o persona responsable del o la menor que ocasione o ponga en riesgo de sufrir un daño o perjuicio a su salud e integridad física, mental o emocional”. Muñiz et al. (2017), quienes hacían sus observaciones de las respuestas estatales en base a la Ley Núm.246-2011, argumentan que las herramientas a manos del gobierno para atender esta problemática social no han sido eficaces ni efectivas. La protección de los menores de edad como asunto de política pública actualmente es atendida por la Ley Núm.57-2023, la cual deroga la antigua Ley Núm.246-2011. Esta nueva ley, titulada “Ley para la prevención del maltrato, preservación de la unidad familiar y para la seguridad, bienestar y protección de menores”, busca implementar un enfoque multisectorial con la meta de una intervención temprana, prevención y el fortalecimiento de los núcleos familiares. Para fines de esta investigación, utilizamos las definiciones de “abuso sexual”, “daño físico”, “explotación”, “negligencia” y “trata humana” según lo estipula la ley en su Artículo 3. 

Metodología  

La metodología que se implementará para obtener los resultados del estudio será el análisis de datos secundarios. Estos datos serán provistos por diferentes agencias gubernamentales, tanto estatales como federales. Con la información provista de las siguientes agencias y reportes: el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, el Departamento de la Familia del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y el Children 's Bureau of the U.S. Department of Health and Human Services, buscamos obtener información del maltrato a menores de las estadísticas anuales realizadas en el periodo de tiempo de 2018-2023. Nuestra población estaría conformada por los perpetradores de maltrato contra menores en Puerto Rico y nuestra muestra sería los perpetradores en casos de violencia intrafamiliar. Esperamos, a través de estos datos, obtener la información necesaria para generar un esquema general del familiar señalado por violencia contra menores en Puerto Rico.   

Esta metodología nos permite obtener toda la información relevante para el estudio sin incurrir en violación de los cánones de ética de las investigaciones sociales. La información que utilizaremos es pública, lo que significa que no se recurrirá a utilizar entrevistas que puedan causar incomodidad ni trauma adicional a las víctimas de maltrato infantil. Los resultados de las diferentes agencias y años serán comparados con el propósito de (a) ver si los datos entre agencias son compatibles, lo cual revela los niveles de comunicación interagencial en Puerto Rico y (b) entender las tendencias en los tipos de maltrato contra menores por año, edad y sexo del perpetrador.   

Resultados 

Los resultados analizados serán divididos en dos categorías que luego se compararán para obtener una imagen más clara de la información. El primer segmento analizará las estadísticas a nivel estatal y el segundo segmento revisará las estadísticas a nivel federal. Nuestra hipótesis es que el grupo más representado son las madres jóvenes, debido a que uno de los delitos que se toma en consideración es la negligencia.  

Estadísticas estatales  

La siguiente sección presenta las estadísticas estatales. Estas tablas fueron creadas utilizando los datos provistos por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (2018-2023) quienes utilizaron como fuente principal a la Administración de Familias y Niños (ADFAN).  En esta sección se analizarán tablas que reflejan la cantidad de menores maltratados en Puerto Rico, el número de víctimas por tipo de maltrato y sexo de la víctima y, por último, los perpetradores según su relación con la víctima. Es importante notar que según ADFAN, “se utilizaron los casos únicos de maltrato que tuvo una determinación con fundamento, esto quiere decir que hubo evidencia suficiente para concluir que existió maltrato o negligencia”. Según ADFAN, “[e]ste conteo utilizado es uno único, esto significa que un perpetrador puede ser asociado a una sola víctima”.  

En la Tabla 1 podemos observar que la cantidad de niños y niñas que han sufrido algún tipo de maltrato en el año 2023 es de 5,239, esto es sin contar los niños que han sufrido de varios maltratos. En el 2018 se encuentra la cifra más alta con un total de 5,621 casos.   

Tabla 1: Cantidad de menores maltratados en Puerto Rico, 2018-2023 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico 

 La Tabla 2 presenta los perpetradores según su relación con la víctima. En ella podemos observar que la mayor cantidad de perpetradores tiende a ser la madre, y la segunda cantidad mayor tiende a ser desconocida. Esto último abre el espacio a que muchos perpetradores no tienen relación directa con la víctima. Teorizamos que muchos de los casos de maltrato fueron reportados en el año 2020 debido a la crisis de salud cóvid-19. Puede que estos casos estuvieran mucho más altos debido a que muchos perpetradores provienen directamente de las familias cercanas, pero al no estar fuera de sus casas y ser expuestos a que personas fuera del círculo familiar notaran los casos. Las categorías de “Padre” y “Otro Familiar” se quedan entre los novecientos casos hacia abajo entre los años 2018 y 2023.  

Tabla 2: Perpetradores según su relación con la víctima de maltrato, 2018-2023 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico 

 Víctimas de maltrato de menores según el tipo de maltrato y el sexo del menor 

Según ADFAN, “cada menor maltratado pudo haber sido víctima de más de un tipo de maltrato. Los datos representan a un conteo único de un menor de maltrato y por último que el porcentaje de estos es uno relativo al tipo de maltrato por el respectivo sexo”. 

En los casos masculinos, el delito con menor frecuencia a través de los años es la trata humana, con un solo caso reportado en el 2018 (ver Tabla 3). La negligencia se ha visto a través de los años, y se dividió mediante tres categorías: médica, educativa y emocional. Se ha visto, según las estadísticas, que los casos de negligencia aumentaron preocupante en el año 2023, con 208 por encima del año anterior (2022) en “negligencia”, 67 casos más en “negligencia educativa”, 112 casos más en “negligencia emocional” (aunque no es el año con más casos reportados), y 52 casos más en “negligencia médica”. Los casos de “abuso sexual” disminuyeron entre los años 2022 y 2023, con tres casos de diferencia. Los casos de “explotación” han disminuido a través de los años, pero en el 2023 volvieron a estar en el número más alto (8), siendo ese número en el 2018.  

Tabla 3: Víctimas de maltrato de menores según el tipo de maltrato - Masculino 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico 

Los casos femeninos son un poco diferentes; las negligencias aumentaron en el 2023 (ver Tabla 4). Hay una diferencia de 31 casos por encima del año 2022 en “negligencia educativa”, 30 casos más en “negligencia emocional” y un aumento significativo en la “negligencia médica” con 118 casos reportados. En cuanto a “trata humana”, solo se reportaron dos casos en el 2022. Los casos de “abuso sexual” han disminuido a través de los años. Esto puede ser debido a que no se han reportado o porque sí han disminuido. De todas formas, es preocupante ver los números tan altos de casos por sexo; los casos que involucran niñas no bajan de 75 casos reportados por año, mientras los casos de niños no bajan de 18. Los casos de “explotación” tuvieron una disminución significante en el 2019 y no han pasado de 10 casos por año hasta el año 2023. 

Tabla 4: Víctimas de maltrato de menores según el tipo de maltrato - Femenino 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico 

Estadísticas federales 

Las tablas de la siguiente sección fueron creadas con los datos provistos por los informes del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (2018-2022) por la oficina de niños, los cuales fueron obtenidos de la National Child Abuse Neglect Data System (NCANDS) de cada estado o territorio. Según la NCANDS, los análisis de estos informes utilizan un conteo único de perpetradores, lo que implica que solamente se contará al perpetrador una vez sin importar cuantas veces el perpetrador sea sujeto de un reporte.  

El rango de edad del perpetrador que sobresale en la Tabla 5 durante el periodo de tiempo analizado es de 25 a 34 años, que es representativo de 1,100 a 1,500 individuos. El segundo rango de edad que más se destaca en los datos es de 35 a 44 años. La categoría de 18 a 24 años ha fluctuado a través del periodo de tiempo estudiado. Se puede apreciar la cantidad de 439 a 550, que en el año 2022, se ve un número alto de 462 individuos. Es importante destacar que las categorías 6 a 11 años, 12 a 17 años, 65 a 74 años, 75 o más y “desconocidos” se mantienen en promedio por debajo de 100 individuos. 

Tabla 5: Perpetradores por sus edades, 2018-2022 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos 

En la Tabla 6 observamos como a través de los años, el sexo femenino predomina la categoría de perpetradores. El número más alto de casos reportados fue en el año 2021, con un total de 2,317 casos. Durante los años 2019 y 2020 presenciamos la disminución de casos reportados. En 2021, el número de casos reportados sube a 2,318. El sexo masculino es representativo de los menos casos reportados. Es decir, en comparación con las perpetradoras femeninas, no hay muchos casos reportados donde el perpetrador es masculino. El número de casos reportados más alto, donde el perpetrador es masculino, fue en el 2021 con 1,468 casos. Es imperativo puntualizar que en la Tabla 6 no especifica la relación entre perpetrador y víctima. 

Tabla 6: Perpetradores por sexo, 2018-2022 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos  

Podemos ver que la relación de más tendencia entre perpetrador y víctima es la de parentesco (ver Tabla 7). Es decir, los padres y las madres de las víctimas son los individuos que más infligen este tipo de abuso.  

Tabla 7: Perpetradores según su relación con la víctima 
Fuente: Realizado por los autores a partir de datos provistos por Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos 

Discusión 

Los hallazgos de los datos analizados revelan la realidad oculta a voces sobre el tema investigado en el contexto puertorriqueño. Para dirigir los datos hacia el tema de investigación, se revisaron los factores que tomó la agencia federal (Children 's Bureau of the U.S. Department of Health and Human Services) para determinar la relación del perpetrador con la víctima y se sumaron todos los casos en los cuales el perpetrador es considerado como miembro de la familia. Tales datos luego fueron contrastados con los datos generales y con los datos estatales. La Tabla 8 a continuación presenta los hallazgos luego de realizar esta comparación.  

Tabla 8: Número total de perpetradores por año: federal y estatal 
Fuente: Realizado por los autores a partir de los datos provistos por ADFAN y el Children ’s Bureau of the U.S. Department of Health and Human Services 

Sexo y perpetrador común 

Tanto las estadísticas estatales como las federales demuestran una tendencia hacia las mujeres como las perpetradoras más comunes del maltrato infantil. Aun así, cabe destacar que, en el caso de las estadísticas federales, el análisis es mucho más extensivo y no se limita a casos de violencia intrafamiliar.  

Comparación de perpetradores familiares y totales, 2018-2023 

Encontramos que los datos de perpetradores publicados por agencias federales y agencias estatales no eran iguales. A pesar de estas discrepancias, resulta que el perpetrador que más se destaca en ambas jurisdicciones en cuestión de casos donde ocurre un acto de violencia o negligencia hacia un menor de edad es miembros familiares. La Tabla 7 revela que la madre es la perpetradora más común en el periodo de 6 años analizado.  

Edad de los perpetradores 

Las edades de los perpetradores fueron analizadas solamente por el perfil de la NCANDS. Este análisis fue llevado a cabo separando las edades por intervalos. Los intervalos separan las edades en preadolescencia (6-11), adolescencia (12-17), joven adulto (18-24) y los intervalos restantes se dividen en 9 años hasta llegar a 75 y más. La tendencia en el tiempo estudiado reveló que los perpetradores más comunes están entre las edades de 25-34 años, seguidos por 35-44 años. Los menos comunes son los que se encuentran entre los 6-11 años. Mientras tanto el grupo de 12-17 años se ha mantenido fluctuando, pero nunca ha sobrepasado los 50 casos.  

Problemas 

Al analizar los datos de perpetradores por sexo, notamos una discrepancia entre los datos que ofrecían ambas agencias gubernamentales. Decidimos comparar los datos de víctimas reportadas por la ADFAN y la NCANDS. De este esfuerzo se revela la poca comunicación que existe entre ambas agencias. La Tabla 9 demuestra la diferencia de víctimas reportadas por ambas agencias a través de los años.   

Tabla 9: Número total de víctimas reportadas por año: federal y estatal 
Fuente: Realizado por los autores a partir de los datos provistos por ADFAN y el Children ’s Bureau of the U.S. Department of Health and Human Services  

Comparación de menores maltratados en Puerto Rico, 2018-2023 

Los datos presentados en la Tabla 9 reflejan cómo la agencia estatal reportaba con más frecuencia casos de maltrato de menores. Entre 2018 y 2018, vemos una diferencia significativa. En el 2018, se reportaron 1,240 casos mientras que en 2019, se reportaron 777 casos. En el año siguiente (2020), se reportaron 841 casos y en el 2021, se reportaron 562 casos. Se puede señalar una particularidad en 2022. Las agencias federales reportaron 316 víctimas menos que las agencias estatales. Esto resalta una diferencia de menos de 500 casos que son reportados. No tenemos los datos del año 2023, ya que el estudio no había sido publicado al momento de realizar nuestra investigación. Este evento ilustra uno de los obstáculos que nos enfrentamos durante el proceso de investigación.  

Conclusión 

Según las estadísticas que encontramos, notamos que la tendencia que más se destaca son las perpetradoras femeninas, en este caso las madres, y que se encuentran mayormente entre los 24-35 años. En el 2014, el periódico Primera Hora reportó que el 68% de los nacimientos provenían de parejas que no convivían y el 25% de las madres afrontaban el proceso de crianza solas y en una etapa temprana de sus vidas, siendo el promedio los 25 años de edad. Lamentablemente este dato no ha cambiado. El Instituto del Desarrollo de la Juventud reporta en su página web que entre el 2017-2021, el 46% de los hogares con hijos menores estaban encabezados por madres solteras. Ello, más la crisis económica en la que vivimos, nos puede ayudar a comprender el por qué notamos una tendencia todos los años hacia la madre joven, posiblemente soltera, como la perpetradora más común de violencia, en este caso negligencia, contra los menores en Puerto Rico. 

Las cifras oficiales presentan varias limitaciones exacerbadas por el método elegido, ya que no nos permite corroborar los datos provistos debido a la dependencia de fuentes secundarias. La incompatibilidad de los datos estatales y federales observados nos impide comprobar la veracidad de los datos. Esto resalta, como ha sido destacado por otros autores, la falta de comunicación clara entre las agencias que trabajan con estos casos. Las discrepancias nos hacen cuestionar cuánto realmente conocemos del tema. Además de la falta de comunicación, otras razones como la posible manipulación de datos y los incidentes que ocurren, pero no se reportan, obstaculizan conocer verdaderamente la cantidad de menores afectados por estos sucesos. Para futuras investigaciones recomendamos la utilización de una sola fuente de datos que pueda, dentro del marco posible, dejar más clara la realidad del asunto investigado y no cause más confusiones. Dentro de nuestra investigación, decidimos confiar más en los datos provistos por el Departamento de la Familia de Puerto Rico ya que el gobierno estatal es el que trabaja directamente con estos casos. Aun así, los datos federales nos ayudaron a contestar aquellas preguntas, a través de las estadísticas, que el Departamento de la Familia no atiende.  

Los datos dejan algo claro: la necesidad de abarcar soluciones es imperante. Hay que realizar un trabajo extenso desde los espacios sociales, la labor gubernamental y las intervenciones del Departamento de la Familia si queremos que se refleje un cambio significativo a la hora de mediar el problema de la violencia intrafamiliar. Proponemos que se amplíe el campo de estudio y la comunicación entre las agencias y los grupos sociales. Además, crear datos sobre el perpetrador con relación al tipo de maltrato cometido y los problemas sociales o personales que hayan podido influir en su comportamiento. Para esto sería necesario la incorporación de otras agencias gubernamentales como el Departamento de Corrección y Rehabilitación y las universidades del país. Es deber del gobierno crear un plan de país general que no termine una vez comience un nuevo gobierno y que ayude a indagar en las causas del problema para así tomar acciones pertinentes y efectivas para remediarlas. En el ámbito civil, proponemos la creación de espacios seguros y no estigmatizados que permitan a las víctimas compartir sus vivencias. Además, tanto familiares como maestros deben ser adiestrados correctamente para poder detectar con rapidez cuando un menor es víctima y lo calla, lo que resulta esencial en tiempos de escasez de trabajadores sociales. En fin, el problema es uno que nos compete a todos y, en el proceso para combatirlo, deberíamos unir fuerzas para crear un Puerto Rico más seguro para nuestros niños.  

Referencias 

Agencia EFE. (2014, 13 de junio). El 68% de nacimientos aquí son fruto de parejas que no conviven. Primera Hora. https://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/notas/el-68-de-nacimientos-aqui-son-fruto-de-parejas-que-no-conviven/ 

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Flores Flores, J. J.  (2020) Aportes teóricos a la violencia intrafamiliar. Cultura: Revista de la Asociación de Docentes de la USMP, 34.

González, N. (2009). Revisión y renovación de la sociología de la familia. Espacio Abierto, 18(3), 509-540. 

Guillama Capella, M. (2024). Familia sienta las bases para evitar acumulación de referidos de maltrato: “No hay razón para nosotros ver esto”. El Nuevo Día. https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/notas/familia-sienta-las-bases-para-evitar-acumulacion-de-referidos-de-maltrato-no-hay-razon-para-nosotros-ver-esto/ 

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Millán, S., García, E., Hurtado, J., Morilla, M., & Sepulveda, P. (2006). Victimología infantil. Cuadernos de Medicina Forense, (43-44), 7-19. 

Muñiz, C. M., Nieves, I. R., & Lugo, C. I. R. (2017). El manejo de casos de maltrato a menores en Puerto Rico: ¿relación eficiente y eficaz? Informes Psicológicos, 17(1), 13-34.   

Nevares-Muñiz, D. (2008). El crimen en Puerto Rico: tapando el cielo con la mano. Instituto para el Desarrollo del Derecho. 

Olmo López, D. (2023). Incesto: el crimen sexual oculto en Puerto Rico. Es Mental. https://www.esmental.com/incesto-el-crimen-sexual-oculto-en-puerto-rico/ 

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Posted on May 30, 2025 .