Explorando las experiencias humanas y el lexicón: Un estudio de las redes semánticas

Exploring human experiences and the lexicon:  A study of semantic maps 

Isabel A. Tirado Zayas
Departamento de Psicología 
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

Nathalie Reyes Torres
Departamento de Estudios Hispánicos 
Facultad de Humanidades, UPR RP

Brizeida M. Rivera Camacho
Departamento de Lenguas Extranjeras
Facultad de Humanidades, UPR RP

Zuley Ríos Giménez
Departamento de Inglés 
Facultad de Humanidades, UPR RP

Recibido: 21/02/2025; Revisado: 17/04/2025; Aceptado: 30/04/2025 

Resumen 

Este estudio explora cómo se almacena el lexicón en nuestra mente. Presentándole seis palabras a los participantes, una a la vez, se les pidió que dijeran las primeras tres palabras que llegaban a mente. Se hizo con el objetivo de estudiar las asociaciones más comunes y las redes semánticas creadas por ellas. Contrario a las predicciones, palabras ambiguas obtuvieron menos asociados que palabras concretas o abstractas. Se vio la necesidad de expandir las categorías semánticas comúnmente estudiadas, pues los resultados mostraron que muchas respuestas no encajaban en las preexistentes. Este estudio contribuye al conocimiento previo sobre el procesamiento del lenguaje. 

Palabras claves: libre asociación, asociaciones sintácticas, lingüística, Puerto Rico  

Abstract 

The study explores how the lexicon is stored in our minds. By presenting participants with six words, one at a time, they were asked to say the first three words that came to mind. This was done to study the most common associations and the semantic maps they created. Contrary to predictions, ambiguous words had fewer associates than concrete or abstract words. There was a need to expand the commonly studied semantic categories, as the results showed that many responses did not fit into the pre-existing ones. This study contributes to previous knowledge about language processing.   

Keywords: free word association, syntactic associations, linguistics, Puerto Rico 

Introducción  

La tarea de libre asociación de palabras nos permite dar un viaje fascinante dentro de la mente humana; cada respuesta que proveen las personas revela un rincón oculto de su memoria y percepción. El lexicón es la representación de las palabras en la memoria permanente. Nos permite conceptualizar la realidad y lo abstracto de manera tan compleja que no sería posible sin el lenguaje. Debido a su complejidad, han suscitado dudas respecto a cómo las palabras que utilizamos son almacenadas e internalizadas por nuestra mente y se han realizado distintas investigaciones que buscan aclarar esta cuestión. Según autores como Vannest y Boland (1999) y Hankamer (1989), la manera en que almacenamos nuestro vocabulario no es consistente, puesto que algunas palabras se almacenan enteramente, es decir, con todos sus afijos, mientras que otras se almacenan de forma descompuesta, separadamente o dividida entre raíz y afijos. Por ejemplo, en el caso de la palabra ser, proponen que almacenamos todas sus formas: soy, eres, fui, seamos, fuiste, etc. Al ser una unidad irregular, es muy probable que las personas almacenen todas estas formas de manera individual. Por otro lado, el verbo correr tiene formas más consistentes en sus conjugaciones: corro, corres y corrí. Al ser un verbo regular, es más económico para la mente humana almacenar solo la raíz verbal corr- y luego añadirle su morfema o afijo correspondiente, según aplique (-er, -o, -es, ).   

Al escuchar una palabra, se desencadena una serie de conexiones que reflejan no solo nuestro conocimiento, sino también nuestras experiencias y emociones. Este estudio se adentra en ese proceso, invitando a los participantes a compartir las primeras palabras que le vienen a la mente al escuchar ciertas palabras estímulo. La tarea de libre asociación de palabras se atribuye originalmente a Sir Francis Galton, quien la propone a finales del siglo XIX como manera de tratar a pacientes al “entrar a la mente subconsciente”. Psicoanalistas como Sigmund Freud y Carl Jung utilizaron esta tarea para validar sus escritos sobre la mente humana y la psiquis (Vernon, 2011) —se puede ver como la ponían en práctica en la película dramático-histórica del 2011, A Dangerous Method.1 Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia, este método perdió validez como tratamiento. Actualmente, podemos ver la tarea de libre asociación desde una perspectiva lingüística que nos permite analizar los significados y connotaciones que le otorgamos a las palabras.  Basado en las palabras respuestas de los participantes, se determinará la conexión entre estas y la palabra estímulo. A medida que se ha ido expandiendo la investigación, Collins y Quillian (1969) introdujeron la red semántica, una representación que permite visualizar las conexiones entre palabras. El modelo que inspira nuestro estudio es el de Collins y Loftus (1975). Dicha red es una representación visual compuesta de asociados semánticos, sintácticos y fonológicos.   

Las redes semánticas tienen una multitud de usos prácticos; uno es su utilización en la enseñanza del léxico a aprendices de una segunda lengua. De acuerdo con Udaya (2022), al ser presentadas visualmente, las relaciones entre palabras facilitan la memorización de léxico nuevo. Debido a que la red semántica se basa en las primeras asociaciones de personas con distintas experiencias, permite una visión abarcadora de las relaciones semánticas al ofrecer un contexto a través de las agrupaciones creadas. Estas categorizaciones pueden ser de carácter fonológico o semántico, por colocación o experiencia, entre otros. Además de ser útil para personas que buscan adquirir otra lengua, también puede utilizarse para facilitar el proceso de aprendizaje de material académico. Al-Otaibi (2016) llevó a cabo una investigación con estudiantes de medicina en King Saud University para determinar qué métodos de estudio eran más efectivos para la memorización de términos médicos: leer el material del texto (grupo control) o incorporar las redes semánticas (grupo experimental). Los resultados mostraron que el grupo experimental obtuvo calificaciones más altas que el grupo control. De esta forma, el mapa semántico muestra su eficacia como una herramienta para facilitar el proceso de memorización y aprendizaje del léxico. Como demuestran estos artículos, las redes semánticas se han utilizado en el pasado con propósitos educativos, un uso que se debe explorar en investigaciones futuras nacidas a partir de esta. 

Las asociaciones semánticas describen las relaciones del significado de una palabra con otras, cuyos vínculos varían dependiendo de la categoría a la cual pertenecen estas palabras (Espinal et al., 2020). Puede ser una relación por significado similar tal como naranja y china. Esta relación es conocida como sinonimia. También puede haber palabras en el lexicón que se opongan, y cuya relación semántica sería la antonimia; un ejemplo es dulce y salado. Del mismo modo, pueden relacionarse palabras que existan en el mismo nivel jerárquico (coordinación). Por ejemplo, dos palabras coordinadas en el mismo nivel jerárquico son limón y toronja, ya que ambas son subcategorías de la categoría general de frutas. Por otro lado, existen palabras en la jerarquía que se refieren a conceptos generales (hiperonimia) versus palabras más específicas (hiponimia). En el caso presentado anteriormente, fruta es el hiperónimo de limón, que es el hipónimo. Asimismo, hay asociados que representan el todo (holonimia) y palabras que representan una parte (meronimia). Por ejemplo, la pata es merónimo y la mesa es holónimo. Aparte de los asociados semánticos, también hay asociados sintácticos. En lugar de relacionarse por el significado de las palabras, estos se basan en la categoría sintáctica (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, 2025). Están las palabras de clase abierta: sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios. Del mismo modo están las palabras de clase cerrada, como los artículos, los pronombres, las preposiciones y las conjunciones. Un ejemplo de estas asociaciones son limón y torre, que son asociados sintácticos porque ambos son sustantivos. De la misma manera, el y la son asociados sintácticos, esta vez porque ambos son artículos. Finalmente, existen los asociados fonológicos. Contrario a la categoría anterior, los asociados fonológicos son palabras que se relacionan debido a que comparten características de sonidos similares por patrones o por rima. Un ejemplo lo constituyen poco y loco, que, aunque tengan significados diferentes, comparten la mayoría de sus sonidos y riman. 

Objetivo  

Este estudio se dedica a analizar las respuestas de los participantes a seis palabras específicas, evaluando no solo el número total de asociaciones generadas, sino también la frecuencia de las tres respuestas más comunes. Además, se busca clasificar estas respuestas en categorías semánticas, sintácticas y fonológicas. Al hacerlo, se obtiene información sobre qué tipo de asociación predomina entre las palabras proporcionadas y qué características comparten aquellas que son almacenadas y recuperadas con mayor facilidad. 

Este análisis no solo contribuye a nuestra comprensión del procesamiento del lenguaje, sino que también ofrece información sobre el funcionamiento de la memoria y la forma en que los individuos conectan conceptos. En las siguientes secciones, se detallará la metodología utilizada para llevar a cabo el estudio, así como los resultados obtenidos y las conclusiones derivadas de este análisis. 

 Metodología 

Cada miembro del equipo de investigadoras reclutó entre cinco y siete participantes al azar, considerando únicamente que fueran mayores de 18 años, residentes en Puerto Rico y hablantes de español a un nivel nativo. Estos participantes eran, en su mayoría, conocidos de las entrevistadoras. Antes de comenzar la actividad, se les presentó una hoja de consentimiento informado, en la que se explicaron los objetivos del estudio y se garantizó la confidencialidad de sus respuestas. Una vez que las personas consintieran a participar en la investigación, se les explicó que se les presentarían seis palabras, una a una. Las seis palabras fueron universidad, sol, amor, religión, naranja y creatividad. Se escogieron palabras que las investigadoras consideraron que tenían una definición concreta (universidad y sol), de naturaleza simbólica o variable según cada persona (amor, religión y creatividad) y una ambigua (naranja). Esto se hizo para obtener la mayor cantidad de respuestas diferentes posibles. Esperábamos que las palabras que tuvieran una definición más concreta generaran menos asociados y que se repitieran más los mismos asociados. También esperábamos que la palabra naranja, al ser ambigua, generara asociados relativos a sus dos definiciones (como fruta o color). Finalmente, también consideramos la posibilidad de que las palabras con definición simbólica o variable generaran la mayor cantidad de asociados. 

A medida que cada palabra era presentada, se les pidió que respondieran lo más rápidamente posible con las primeras tres palabras que se les ocurrieran. Este enfoque buscaba capturar las respuestas espontáneas y naturales de los participantes. Las respuestas fueron anotadas en una hoja de documento Excel, donde se registraron diversas métricas para cada palabra estímulo. Estas métricas incluían la cantidad total de respuestas generadas, así como la frecuencia de las tres respuestas más comunes. Además, se clasificaron las respuestas en categorías semánticas, sintácticas y fonológicas, y se registraron detalles como el tipo de relación semántica entre las palabras. Al finalizar la recopilación de datos, se realizó un análisis cuantitativo para identificar patrones en las asociaciones y obtener información valiosa sobre cómo los participantes conectan o relacionan mentalmente las palabras. Este procedimiento permitió un análisis detallado del almacenamiento y acceso a las palabras en la memoria humana. Asimismo, basándonos en las tablas generadas, creamos una red semántica. La palabra estímulo que escogimos para dicha red semántica fue naranja, e incorporamos y resaltamos todos sus asociados de forma que se percibieran las diversas relaciones entre las palabras y la fortaleza de las conexiones entre ellas. 

Resultados 

Se registraron los datos obtenidos de cada palabra en una hoja de documento Excel. Se obtuvieron un total de 84 respuestas por cada palabra estímulo, para un total de 504 respuestas. Cada enunciado, sin embargo, tuvo un número diferente de asociados. La palabra universidad tuvo 43, sol, 38, amor, 51, religión, 54, naranja, 35 y creatividad, 50 (ver Figura 1). En general, la palabra con más asociados fue religión, mientras que la que tuvo menos asociados fue naranja. Entre esta variedad de asociados, hubo algunos que se repitieron más que el resto. En la Tabla 1 se pueden ver las seis palabras estímulo y sus tres asociados más frecuentes, con la cantidad de veces que fueron repetidas y la frecuencia. 

 

Figura 1: Cantidad de asociados por palabra estímulo, 2025 

Fuente: Elaborado por autores 

Tabla 1: Palabras estímulo y asociaciones más frecuentes, 2025 

Fuente: Elaborado por autores 

Todos estos asociados se dividieron en tres categorías: asociados semánticos, asociados sintácticos, y asociados fonológicos. De los 271 asociados diferentes que se obtuvieron entre las seis palabras estímulo, 253 eran asociados semánticos. De estos asociados semánticos, muchos no entraban en las categorías tradicionales de meronimia, hiperonimia o las demás, así que se tomó la decisión de crear categorías como “simbólico” y “experiencia”. Esto se hizo porque muchas de las asociaciones que hicieron los participantes se relacionaban con experiencias personales o con palabras que simbólicamente se conectaban con las palabras estímulo. Por otro lado, 231 de las asociaciones eran sintácticas y solo hubo una asociación fonológica (anaranjado para la palabra naranja). En general, predominó la asociación semántica. Esto se debe a que muchos de los participantes describieron la palabra inicial o la relacionaron con experiencias de su vida. Sin embargo, el porcentaje de asociación sintáctica estuvo muy cerca. Los participantes tendieron a responder con adjetivos, igual que las palabras estímulo. 

De todos los enunciados, se escogió naranja para crear una red semántica que demostrara el tipo de asociaciones que hicieron los participantes al completar esta tarea (ver Figura 2). 

Figura 2: Red semántica de naranja, 2025 

Fuente: Elaborado por autores  

Los asociados más repetidos fueron colocados cerca del núcleo (la palabra estímulo naranja) y utilizamos distintos colores para identificar las distintas relaciones semánticas. Los colores de los círculos indican la relación directa entre la palabra estímulo y su asociado; por otro lado, las flechas identificadas con los mismos colores según la categoría correspondiente señalan las relaciones semánticas que se pueden trazar entre todos los asociados mencionados. Las respuestas de los participantes demuestran que las palabras que más rápidamente se acceden y que más cerca se almacenan son las palabras con una asociación semántica y también, en muchas ocasiones, sintáctica. Las palabras concretas tienen más asociaciones repetidas; relacionan sol comúnmente con calor y playa, ya que una es su función y, en la playa, el sol se considera parte de la experiencia. Como otro ejemplo, universidad tuvo asociados funcionales como estudiar y trabajar o partes (merónimos) como estudiantes. También, salieron a relucir relaciones más personales, como es el caso del participante que dijo yo para la palabra estímulo sol porque esas son las iniciales de su nombre completo (SOL). Por otro lado, las palabras más abstractas como religión tenían muchos asociados diferentes y dependían de la experiencia que la persona hubiera tenido; si la persona ha tenido malas experiencias, podían brindar asociados negativos como engaño o fanatismo. Además, muchos de los asociados están relacionados con el catolicismo, ya que es la religión más comúnmente practicada en el archipiélago puertorriqueño. Para resumir, las relaciones podían variar dependiendo de la palabra —si esta era abstracta o concreta— y esto podía tener un peso en cuán personales (específicos a cada individuo) o generales (comunes a una comunidad más amplia) eran los asociados. 

Conclusión 

A lo largo de este estudio, se analizó el tipo de asociaciones que predominan entre un grupo variado de participantes cuando se les presentaron las mismas seis palabras. De igual forma, se propuso identificar las características que comparten las palabras almacenadas y recuperadas con mayor facilidad. Encontramos que gran parte de las asociaciones creadas por los participantes son semánticas, aunque las sintácticas también tienen una presencia significativa. Los participantes utilizaban palabras para describir la palabra estímulo o brindaban palabras que se relacionaban a la vida, ya fuera algo más personal o general (como es el caso de corazón para la palabra estímulo amor). Otro punto que cabe resaltar fue que, dentro de la asociación semántica, muchas de las relaciones que encontramos no fueron las clásicas de meronimia e hiponimia, o hiperónimo e hipónimo, sino que muchas cayeron en la categoría que creamos sobre relaciones simbólicas, como es, de nuevo, el ejemplo de la palabra corazón. Por último, debido a la selección de palabras que hicimos, podemos observar que los sustantivos abstractos resultaron tener más asociados que los concretos, lo que muestra que más que máquinas (donde predominarían los otros tipos de relaciones más clásicas), somos seres complejos y sofisticados. Los resultados confirmaron nuestras predicciones: las palabras con definición concreta (universidad y sol) generaron menos asociados, mientras que las palabras con definición abstracta (religión, amor, creatividad) produjeron una mayor cantidad de asociaciones. Por su parte, la palabra ambigua (naranja) generó asociaciones correspondientes a sus dos definiciones. 

Esta investigación no solo contribuye a nuestro conocimiento del procesamiento del lenguaje y la memoria, pero también sugiere que los modelos de red semántica que describen las relaciones entre las palabras del lexicón deben añadir categorías de asociación a las que tradicionalmente se discuten (como la categoría simbólica que propusimos en esta investigación). Tal y como se observó en los resultados, una gran cantidad de las respuestas no cayeron bajo las categorías tradicionales, pues la mente humana crea conexiones complejas que nos identifican como especie.  

En investigaciones futuras, se propone que se refina el método de recolección de datos utilizado, de manera que se incluya la recolección de datos sociodemográficos y de dominio lingüístico como elementos clave para la interpretación de las respuestas de los participantes. En el caso de esta investigación, todos los participantes tenían un dominio nativo del español. No obstante, el nivel de pericia que tengan los participantes en el español y en cualquier otra lengua, particularmente su repertorio léxico, sin duda, afectará los resultados obtenidos. Asimismo, se propone que se estudien las respuestas de los participantes si se escogen palabras relacionadas entre ellas, ya sea por tema, como colores u objetos, o por eventos pasados y presentes. Los resultados de esta investigación podrían, incluso, provocar estudios posteriores en que se explore la contribución de las redes semánticas en el ámbito académico. De esta forma, se podría determinar su efectividad al utilizarse como herramienta para la enseñanza y el aprendizaje de nuevo léxico en las diversas lenguas de una persona. Por ejemplo, al pedirles a los estudiantes o a los aprendices de una lengua que generen redes semánticas, se les ayuda a establecer conexiones entre el vocabulario que dominan y el que aprenden y a reflexionar sobre las distintas formas en que se relacionan las palabras. Si se discuten los resultados en grupo, las diferentes asociaciones entre palabras se pueden considerar en relación con los contextos y las experiencias propias de cada individuo. Esta exposición a otras perspectivas fortalecerá la comprensión de nuevo vocabulario. Finalmente, se les podría pedir que integren las palabras nuevas a oraciones completas, permitiéndoles familiarizarse con las relaciones sintácticas entre las palabras y aplicar el nuevo vocabulario a escenarios de la vida diaria. En fin, además de proporcionar información interesante sobre la manera en que las palabras se organizan en la mente humana, la tarea de libre asociación de palabras, puesta en práctica en un salón de clases de lengua, puede culminar en el robustecimiento de la concepción de las palabras y de la memoria que se tenga de ellas, facilitando así la adquisición lingüística. 

Referencias 

Al-Otaibi, G. M. (2016). The effect of semantic mapping on students' vocabulary. Arab World English Journal, 7(1), 279–294. https://doi.org/10.24093/awej/vol7no1.16 

Collins, A. M., & Loftus, E. F. (1975). A spreading-activation theory of semantic processing. Psychological Review, 82(6), 407–428. https://doi.org/10.1037/0033-295X.82.6.407 

Collins, A. M., & Quillian, M. R. (1969). Memory and the structure of semantic networks. En Proceedings of the 1st International Joint Conference on Artificial Intelligence (pp. 30–36). https://doi.org/10.5555/2881740.2881750 

Cronenberg, D. (Director). (2011). A Dangerous Method [Película]. Sony Pictures. 

 Espinal, M. T., Macià, J., Mateu, J., & Quer, J. (2020). Semántica. Ediciones AKAL. https://books.google.com.pr/books?id=yB4EEAAAQBAJ 

Hankamer, J. (1989). Morphological parsing and the lexicon. En L. Feldman (Ed.), Lexical representation and process (pp. 403–420). MIT Press. https://doi.org/10.7551/mitpress/4213.003.0018 

 Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. (2025). Clase de palabras. Glosario de términos gramaticales. https://www.rae.es/gtg/clase-de-palabras 

 Udaya, M. (2022). Using semantic maps as a teaching strategy for vocabulary development. European Journal of English Language Teaching, 6(5). http://dx.doi.org/10.46827/ejel.v6i5.4095 

Vannest, J., & Boland, J. E. (1999). Lexical morphology and lexical access. Brain and Language, 68(1-2), 324–332. https://doi.org/10.1006/brln.1999.2114 

Vernon, M. (30 de mayo de 2011).  Carl Jung, part 1: Taking inner life seriously. The Guardian.  

Nota

El título de la película no alude específicamente a la tarea de libre asociación de palabras, sino al psicoanálisis, también llamado “la cura parlante”, una terapia —desarrollada por Freud y, luego, adoptada por Jung— que explora el inconsciente por medio de la conversación y la interpretación de los sueños, con el objetivo de resolver conflictos internos y mejorar la salud mental de los pacientes. Muchos de los médicos de principios del siglo XX consideraban que la terapia del psicoanálisis era potencialmente peligrosa. 


Posted on May 30, 2025 .